🌹25🌹

9.7K 906 195
                                    

Lado positivo de la situación: Minho al fin había logrado pedirle salir al omega.

Lado negativo: el entrenador le había mandado a llamar después de haberse cambiado y duchado. Chan le había dicho algo como “es que te lo dije, ¿Por qué tenías que ser tan cabezota?”, Hyunjin le dijo que tuviera en cuenta que fuera cual fuera el castigo, al menos merecía la pena. Así que ahí estaba, ya cambiado y aseado dirigiéndose acompañado por Jisung hasta el lugar donde le había citado su entrenador.

—Espérame aquí, no quiero que veas cómo me echan la mayor reprimenda de mi vida.—se quejó Minho una vez fuera del despacho. Jisung le dió unas palmaditas en el hombro.

—Esperemos que sea un castigo leve...

—No te preocupes, bonito, yo siempre salgo ganando en estas cosas.—contestó el alfa, con una sonrisa altanera, antes de entrar en el despacho, donde el entrenador y el director le esperaban con el ceño fruncido.

Bueno, sí era cierto que se había librado de varios castigos anteriormente, pero quizá esa vez no iba a salirse tan con la suya.

—Lee Minho, has desobedecido órdenes delante de alumnos de un montón de universidades diferentes.—reprochó el entrenador Min una vez vio a Minho sentado en la silla. El alfa solo sonrió como si no hubiera roto un solo plato en toda su vida.

—Y además le quitaste su protagonismo al equipo ganador.—agregó el director Park con más tranquilidad. Eran una pareja que se complementaba bastante bien: Yoongi era más irascible, Jimin guardaba la calma hasta que le tocaban demasiado las narices.—Eso no ha estado bien, lo sabes.

—Ha sido por una buena causa, director Park.—contestó Minho. Había pasado tantas veces por ese lugar que ya se permitía tratar al omega mayor con algo de confianza. Jimin negó con la cabeza, ya sabía que ese chico era un caso perdido.

—Una buena causa para ti, Minho.—intervino Yoongi.—Sabes que vas a recibir un castigo.

Minho hizo un mohín. Jimin sonrió divertido. Sabía que su esposo tenía en bastante estima a ese niño, pero como el alfa mayor era un gruñón de primera no se lo iba a demostrar.

—Yoonnie, no seas tan duro, que lo estás asustando.—el aludido se cruzó de brazos.—No seas quejica, no me hagas recordarte la que montaste tú para que saliera contigo.

Uy, eso a Minho sí que le interesaba. Pero para su desgracia no iba a tener el chisme porque el alfa no estaba dispuesto a dejar que sus alumnos supieran que era una masita con su esposo.

—Dos días de expulsión.—le informó el entrenador. Jimin le dio una patada por debajo de la mesa.—Iba a ser una semana, ¿¡Por qué me pegas!?

—¡Porque ese era mi trabajo, Yoonnie!—se quejó el omega, logrando automáticamente con un puchero que su alfa le revolviera el cabello y le diera un pico en los labios. Minho comenzaba a sentir que sobraba ahí.

—Bueno... Creo que ya... Si eso... Me voy.—dijo el alfa, antes de salir casi corriendo de allí para dejar solos a la pareja. Aunque probablemente, él y Jisung se verían igual.

—¡Ah, y felicidades por tu noviazgo!—escuchó gritar a Jimin antes de que saliera por la puerta.

Hablando de Jisung: el omega lo seguía esperando en el mismo sitio, y cuando lo vio salir se acercó a él para saber qué le habían dicho.

—¿Entonces? ¿Qué tal ha ido?

—Dos días de expulsión.—respondió el alfa, encogiéndose de hombros.—Es decir: dos días de vacaciones para pasarlos con mi lindo omega.—aclaró, tomándolo por la cintura para pegarle a él. Jisung pasó sus brazos por los hombros de Minho, y el alfa juntó sus frentes para rozar sus narices. Jisung sintió la necesidad de enterrar su naricita en el cuello de Minho para aspirar el olor a té verde de su alfa.

—Creo que al final no he sido un buen amuleto de la suerte para ti, Honnie.—habló el omega con un puchero tras finalizar. Realmente se sentía algo culpable por el castigo de su alfa. Minho le sonrió con coquetería y aprovechó la oportunidad:

—Entonces tendrás que darme una recompensa, ¿No crees, bonito?

—B-bueno... Eso depende de qué recompensa me vayas a pedir...

—Quiero que me dejes besarte hasta que me duelan los labios.

—Eso sí puedo dártelo, Honnie.—contestó el omega, dejando un piquito en sus labios antes de separarse.—Pero cuando lleguemos a casa.

🌻🐿️🌻🐿️🌻

Promesa cumplida. Ahí se encontraba Jisung, sentado encima del regazo del alfa siendo apresado por la cintura, mientras le daba besos que llegaban a durar hasta que alguno de los dos tenía que separarse para coger aire.

—¡Honnie!—se quejó Jisung cuando el alfa decidió que era una buena idea darle un apretón a su trasero. Los colores se le habían subido a la cara tan rápido como el Rayo McQueen.

Minho soltó una carcajada.

—Es que quería saber cuán blandito era.—se excusó. Automáticamente recibió un manotazo en el pecho, y su reacción fue atraer más hacia sí (si es que era posible) el cuerpo del omega para darle un beso esquimal.—Te quiero.

—Yo también te quiero, Honnie.

FIN

¡Devuélveme mi sudadera! | Minsung¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora