Capítulo 17.- La Guerra en la sombra

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20 de Julio del 2024, algún lugar del Imperio Parpaldia

Natasha Kotov es una mujer de ojos azules, y pelo castaño cobre, de 1.70, era pequeña comparada con sus compañeros varones, tenía una figura delicada y estaba bien formada, pechos grandes y una cadera ancha, era atractiva y si no fuera una agente de smersh seguramente hubiera triunfado en el mundo de la moda o la actuación, actualmente observaba  a sus subordinados 

Dos hombres estaban comiendo, sentados a una mesa, mientras también jugaban a las cartas, un tercero estaba dándole mantenimiento a los subfusiles Bizon que portaban como salvaguarda en caso de que fueran descubiertos, y un cuarto estaba interrogando a un Parlpaldiano de nombre Ianos, una mujer de quiza 17 años, el hombre se detuvo un momento antes de darle otro golpe para colocar sus manos sobre el cuello de la chica

- Mierda - murmuró el hombre, y Natasha lo miró un segundo

- Dejame adivinar Sergei... - Natasha le dedicó una sonrisa a su subordinado quien evitaba mirarla fijamente - ¿Acabas de matarla? - el hombre asintió

- Si... parece que el cuerpo humano no aguanta 12 horas de torturas interrumpidas - murmuró, Natasha bajo de su asiento y se acercó a la chica cuyo rostro estaba deformado por los golpes, tomándolo por el mentón

- Bueno... al menos tenemos algo - indico ella mientras soltaba la cabeza de la chica la cual caía sobre su pecho, luego se acercaba a una carpeta donde estaba anotado todo lo que habían sacado del interrogatorio - Lastimosamente no es suficiente, una operación militar ¿Pero quién es el destinatario de este regalo? - pregunto

- Deberíamos ser más cuidadosos al momento de tratar con estos imbéciles - Natasha se giró para ver al armero del grupo volviendo a armar la Bizon pieza a pieza

- Gracias por la sugerencia Dimitri, la anotare en mi agenda de cosas que no haré - le contestó Natasha mientras se apartaba del cadáver - Vlasov y Maksim, saquen el cadáver antes que apeste el lugar y nos huelan - ordenó

Los dos hombres que estaban jugando a las cartas se levantaron, tomaron sus balaclavas y se las colocaron, Maksim que era más alto que todos, con 1.92 sacó una bolsa para basura, mientras Vlasov, desataba el cadáver, Natasha miró hacia Sergei quien se estaba sacando los guantes blindados 

- Saca la sierra y las cubetas, necesitamos reducir el tamaño para que no se note - ordenó

Los tres hombres la miraron, pero asintieron, Vlasov dejó el cadáver para abrir la puerta del baño, donde varias cubiertas estaban esperando en una pila, Maksim se acercó a donde Sergei para ayudarle a buscar las sierras, los cuchillos, y los demás instrumentos que le servirán para hacer menos notorio un cuerpo humano

Natasha en cambio se acercó a la mesa, para tomar un sándwich recién hecho y darle un bocado, viendo a Sergei y Maksim forcejear para sacar una tina de buen tamaño de fuera del baño, Natasha puso los ojos en blanco

- Metan el cadáver dentro, es más fácil - ordeno los dos asintieron entrando al baño nuevamente

Vlasov los siguió con el cadáver en sus brazos, cerrando las puertas tras de él, dejando solos a Natasha y Dimitri, quien estaba revisando el último Bizon, el de Natasha, el cual estaba impecablemente limpio, salvo por una fina capa de pintura de grasa en el cerro que aseguraba que el arma no se atascara al momento de disparar, Dimitri dejó el arma de lado para mirar a Natasha comiendo tranquilamente su Sándwich

- ¿Como puedes comer con esos tipos trabajando en el baño? - pregunto, ella le sonrió a su subordinado

- Es bastante fácil cuando tu padre te cuenta como ordenaba pelotones de fusilamiento - comentó recordando a su padre y su hermano, uno era presidente de rusia y el otro era coronel en el ejército - Parece que la sangre y muerte está en la sangre de la familia - comentó

- Preferible a tener otro Zar o Stalin al poder - comento Dimitri levantándose y caminando hacia la salida 

- ¿A dónde vas? - pregunto Natasha

-  A dar un paseo, necesito salir de esta pocilga - le contestó antes de abrir la puerta, salir y cerrar de golpe

Natasha sonrió, antes de levantarse y mirar por la ventana, esperando ver a Dimitri, cuando salió y empezó a caminar en círculos por la calle, pudo dejar de vigilar a su compañero, y centrarse nuevamente en su comida 

22 de Julio del 2024, Rodenius, colonia de Nueva Irlanda, antiguo Territorio del Norte de Louria

Roxana Alvirn, comandante de la guarnición colonial de Nueva Irlanda, la colonia recién establecida del Imperio Británico en este nuevo mundo, estaba teniendo un buen día, despues del saqueo de la capital de Louria, una parte de los objetos fueron enviados al museo británico, otros fueron comprados por coleccionistas privados, y lo restante (el oro, la plata, piedras preciosas) fueron repartidas entre el gobierno y las tropas, dejando a cada soldado con una pequeña ganancia en efectivo que enviaron a sus familias en las Islas Británicas

Roxana por otra parte junto a su hermano Thomas Alvirn habían 3/4 partes a su madre que vivía en Liverpool, viuda y con sus únicos dos hijos sirviendo en el ejército, era de menester que tuviera los mejores cuidados en su vejez, por lo que ahorraba casi todo para ese momento, ahora bien, Roxana no le interesaba volver a Liverpool en un largo periodo de tiempo, estaba destinada y preparada para lidiar con unos cuantos miles de salvajes

La puerta de su despacho se abrió, dejando entrar a un Obispo de la iglesia Anglicana, Roxana rápidamente se puso de pie bajando sus botas del escritorio, para acomodar su cabello, y estar "presentable" ante el pastor

- Comandante, soy el Obispo James Evans, encargado por su majestad a establecer una congregación en las nuevas tierras del imperio - dijo el hombre extendiendo su mano la cual Roxana estrecho

- Buenas tardes obispo, se me ha ordenado ayudarle en todas las maneras posibles, así que siéntase cómodo de pedir mi ayuda - declaró el hombre asintió

- Estoy agradecido, ¿entonces podría prestarme a un batallón de sus hombres para desalojar un templo pagano? - dijo el hombre bastante emocionado para gusto de Roxana

- Señor obispo, soy una fiel anglicana - realmente no, Roxana hacía tiempo no iba a una iglesia, pero odiaba a los fanáticos de cualquier denominación, y el obispo aparenta ser uno - Pero dudo que a los nativos les guste que profanen sus templos - declaró

- No se preocupe por eso comandante, el imperio británico ha sobrevivido por más años de los que usted está viva, unos cuantos salvajes no lo derribaran - expresó el obispo

- ¿Qué dirán los rusos? - pregunto a modo defensivo Roxana

Si bien, eran aliados, estos rusos no eran como los del Imperio ruso de su mundo, estos eran más liberales con los asuntos religiosos, permitiendo el islam, el catolicismo y el protestantismo de manera abierta en sus tierras, así como otras religiones menos... conocidas, por no decir que permitían a los que quisieran mantener la creencias en los dioses que adoraban los antiguos eslavos, dudaba que al gobierno ruso le gustara que el Imperio británico estableciera a la fuerza su religión nacional

- Oh, los rusos, ya nos han dado permiso para enviar misioneros a Qua-Toyne y Quira, a cambio enviaran misioneros ortodoxos a la colonia, es un trato justo a mi parecer - dijo el obispo satisfecho

 - Oh vaya - Roxana se mostró algo incómoda, pero no pudo seguir negándose a la solicitud del obispo - Organizaré el batallón que solicitó y podrá dirigirlos mañana por la mañana, solo... solo no se exceda - el obispo asintió con una sonrisa ante la petición de roxana

- Tranquila comandante, no soy un bárbaro - dijo antes de darse media vuelta y salir, sin preguntar a qué hora de la mañana debía presentarse

Para roxana, el obispo era un bicho raro, pero qué más podía hacer, sin muchas ganas de hacerlo, pero con las órdenes de arriba acosandola, llamó a su hermano quien era su segundo al mando para que prepara a los hombres para lo que sería un día muy ocupado

Rusia Invocada: El AlzamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora