Capítulo V Desesperación

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Lion

Me despierto con el suave roce de la nariz húmeda del rolly en mi mejilla, Abro mis ojos, bostezando mientras me incorporo sobre el colchón me siento, el ser se acurruca a mi lado moviendo su cola. Aprovecho a estirar un poco los brazos y hacer sonar algunos huesos, extiendo mi mano hacia el ser anaranjado que yace a mi lado y acaricio su cabeza.

-Buenos días amigo-susurro aún entre sueños. dirijo mi mirada hacia la derecha, Mara dormía profundamente abrazando la almohada como si su vida dependiera de ello y la pequeña bola azul duerme panza arriba sobre el colchón.

Decido levantarme, el suelo de la madera cruje ligeramente bajo mis pies, en lo que me acercaba a ella, su cabello anaranjado cae en ondas sobre la blanca almohada, estiro mi mano y la muevo un poco pero no recibo respuesta, vuelvo a intentarlo y nada ¿Estará muerta?, le quito la sábana con cuidado, el rolly salta a la cama de ella siendo mi cómplice en esta situación.

-¡Arriba estrellita! ¡Ya es la mañana!-le hago cosquillas mientras el rolly saltaba y ladraba.
Mala idea, en respuesta recibí una patada por parte de ella.

-¡Auch!-me quejo mientras revisaba mi labio, al menos muerta no estaba, le regaló una sonrisa para que no se preocupara.

-¡Bobo! ¿Te lastimé? - pregunta fijando sus ojos verdes en mi, negué en respuesta y la oigo soltar un respiro.

-Iré a ducharme y luego iremos a desayunar-sonrió, tomando mi saco y mis botas para meterme al baño, me despojo de mis prendas y las dejo a un lado antes de entrar a la ducha, abro la canilla dejando que el agua tibia recorra mi piel y despierte mis sentidos, uso el jabon blanco haciendo espuma entre mis manos, comienzo por mi cabello dejando que el elimine el jabón, luego paso mis manos por todo mi cuerpo eliminando todo rastro de suciedad. Toda parte de mi cuerpo recibe atención desde mi cuello hasta los pies, después de enjuagar cierro la llave, tomando rápidamente la toalla atandola a mi cintura.

Después de secarme, me coloco de nuevo mi ropa, mi chaqueta y botas, antes de salir cepillo mis dientes y colocó la toalla alrededor de mi cuello. Mara seguía en la cama bostezando,seguro en lo que yo me bañé ella se tomó otra siesta.

En lo que ella se levantaba de la cama, el Rolly me seguia atras en todo momento, me acerco a la ventana tirando sus cortinas hacia los costados para que la luz diurna entre e ilumine la habitación, agarró el picaporte y abro un poco para que el aire fresco se adentre al cuarto.

Me giro para ver a Mara colocarse los zapatos mientras se mantenía sentada en su cama , traía su cabello suelto hasta los hombros, me senté en una de las sillas del comedor a esperarla, secaba mis cabellos y cada cierto tiempo volteaba a verla, no podía resistirme, las pocas veces que la vi traía el cabello atado, verla con el cabello suelto era algo que no pasaba todos los días. Sacudo mi cabeza dejando la toalla sobre el respaldo de la silla, ella apareció poco después por el marco de la puerta lista, con su bolso y su cabello atado. Le regalo una sonrisa levantándome y tomando las llaves de la habitación.

Una vez salimos de la posada, como buen guía turístico caminamos juntos hasta la plaza principal hasta la taberna "Dulce Centellante", buscamos una mesa afuera para estar con nuestros animales. Le pedí que me esperara en lo que yo iba a pedir el desayuno que serían dos té, tostadas y frutas. Simple y económico.

Vuelvo a la mesa y en pocos minutos traían nuestro desayuno, el reconfortante aroma a té caliente y el pan recién tostado nos abría el apetito, mientras Mara daba un bocado al pan, corto pedacitos de fruta para los pequeños seres peludos y se los sirvo en un plato pequeño.

-¡Ay! Esta caliente...-oigo a la chica quejarse y alzó la vista a ella, estaba abanicando su lengua con las manos, suspiro sirviendo un vaso de agua que no duda ni un instante en beberlo.

Astard I Las Tierras PrometidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora