Capítulo 11. El amor del pasado vive

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Xezbet lleva a Cassiel a su cama y ve el estado de los demás demonios, a diferencia de Cassiel, éstos parecían tener cadenas negras simbolizando el pacto con un demonio de alto rango y justamente sabía de quien le pertenece esas cadenas, al amanecer mira que Cassiel parecía que no recordaba nada de esa noche.

Xezbet: que forma tan sucia de jugar Kuraitsuki… pero encontraré un punto débil a tu juego.

En el Imperio de la Corte se encontraba una celda especial para demonios custodiado por un ángel oscuro quien se estaba encargando de vigilar al demonio encerrado.

Gwenyth: humm, retírate DarkCrystal, yo me ocuparé de él.

El ángel oscuro asiente, hace reverencia y se retira, la emperatriz se acerca para lograr ver a aquel demonio de la familia MoonLight…o aquel que se suponía que estaba en el rombo de la familia MoonLight.

Gwenyth: buen intento… Kuraitsuki Doll… por poco te pierdo el rastro, pero supongo que soy más lista que tú.

Desde las penumbras se notan unos intensos ojos dorados y avanza hacia la emperatriz, era un gato infernal con ropa negra con dorada y roja, unos guantes que cubrían sus manos, las cuales se veían contaminadas por unas raíces grises, su presencia se sentía algo indiferente, no era tan pesada pero dejaba contaminación en el suelo de la celda de forma natural, tenía una gema negra brillante en el pecho.

Kuraitsuki: ¿Tú crees que me has capturado y derrotado? Piénsalo bien… ahora que me tienes, debes tener cuidado.

Gwenyth: lo tomaré en consideración no te preocupes —crea unas cadenas con su poder, era nieve con luz, abre la celda para colocarlas de forma un tanto brusca.

Kuraitsuki: me imagino que has estado planeando tanto como para saber que hacer conmigo.

Gwenyth: silencio…

Lo jala de las cadenas para obligarlo a caminar, el demonio accede y bajan aún más por unas escaleras hasta encontrar una temperatura sumamente fría, tanto que hasta la emperatriz tenía que usar un abrigo grueso, lo lleva a una cúpula de cristal congelada donde, para sorpresa del demonio, reconoce a quien estaba en esa cúpula de hielo.

Kuraitsuki: R-Ruby… —al mirarlo se le escapan unas lágrimas de sangre e intenta avanzar, pero la emperatriz se lo impide— ¡¿Qué haces con su cuerpo?!

Gwenyth: guarda silencio demonio, necesito tu sangre y finalmente completar la resurrección, por el momento su cuerpo está siendo conservado bajo este crudo frío.

Kuraitsuki: esto es inaceptable…¡Déjalo descansar! —se mueve de forma brusca que casi tumba a la mujer, pero ella aprieta las cadenas para que se arrodille.

Gwenyth: ¿No lo quieres ver?...recuerda que tu fuiste el causante de su muerte.

Kuraitsuki: ¡No fui yo!

Gwenyth: no…y tampoco lo protegiste… ahora apártate.

La oscuridad de Kuraitsuki se acumulaba pero esas cadenas impedían que pueda atacarla, solo le quedaba ver esa cúpula y es llevado de nuevo a su celda, donde su sangre es sacada por inyecciones.

Finalmente la emperatriz lo logró, logró revivir a un humano cuya alma se resguardaba en una nueva gema azul hielo, pero había un pequeño defecto, Ruby no podía despertar y Gwenyth revisa su libro, desesperada va con el demonio.

Kuraitsuki: mmm… espero que no hayas dañado su cuerpo…

Gwenyth: está respirando, pero no puede despertar…me imagino que los demonios saben de éstos temas, ¿No? Es decir, dudo mucho que ahora quieras dejar que Ruby se quede en un estado vegetal.

El demonio aprieta sus brazos con fuerza y sus colmillos con rabia, se levanta y va hacia ella.

Kuraitsuki: lo haré, llévame con él.

La emperatriz lo lleva a donde se encontraba el cuerpo con signos vitales, le permite acercarse con la amenaza de solo estar con él unas horas, así para mostrarse un poco piadosa ante su enemigo.

Al retirar el cristal congelado, el demonio se acerca a revisar el estado del cuerpo, notaba la suave respiración, pero algo estaba incompleto, junta su gema con la nueva gema de Ruby, susurra un conjuro en ese idioma demonio, para después morder el cuello del alpha con sus colmillos para sellar el pacto, ahora la vida de Ruby estaba atada a la vida del demonio.

Después de unos momentos Gwenyth se retira, el demonio mira al hombre y acaricia su mejilla helada, al traerle recuerdos derrama unas lágrimas y junta su frente con la de él mientras junta sus cuerpos.

Kuraitsuki: Ruby… perdón por lo que Gwenyth te hizo…mereces descansar —mira su gema— exacto, eso es lo que diría un humano… —acaricia su blanco y suave pecho— estoy seguro de que entiendes lo que estoy a punto de hacer… perdón… perdóname Ruby pero es lo mejor… —le susurra en el oído— si no estás de acuerdo por favor detenme… devuélveme a la cordura…

Al terminar se levanta un poco y limpia sus lágrimas, para después regresar a esa fría celda listo para cometer su siguiente movimiento en el plan...

Kurayami No AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora