Sasuke.

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Eran periodos de exámenes finales, muchos estaban preocupados ya que necesitaban sacar de 8 a 10 en su último parcial para acreditar ciertas materias, otros estaban relajados al haber juntado más de 18, 18 o casi 18 puntos ya en los dos parciales anteriores, y unos más cómo Naruto en inglés, que estaba estudiando directamente para hacer el extra de la materia, pues necesitaban de 11 a 15 puntos para pasar, y la calificación máxima era 10.

¿Quien mejor que Sasuke para enseñar inglés?, NADIE, Así que ahí estaban, en casa del rubio, Sasuke con una regla al lado de Naruto, y el pobre rubio obligandose a retener información en su pobre cerebro.

Kurama observaba con gracia la situación, podría jurar que el perro se estaba burlando de él.

¡Flap!.

Un golpe en seco por la regla sobre el escritorio del rubio resono por la habitación cuando Naruto se distrajo a ver feo a Kurama.

Con un pequeño salto Naruto regreso a su posición de manera casi robótica, el aura que Sasuke emanaba causaba más que miedo, TERROR y lo tenía sudando frío.

-Escucha Dobe, mas que aprobar esa materia por que tengas conocimiento vas a aprobar porque yo te estoy enseñando ¡cabeza hueva! - Dijo Sasuke acercándose de manera peligrosa a Naruto.

Recargandose sobre los costados de la silla y el respaldo acorralo al rubio.

-¿Escuchaste? - Pregunto ahora con una sonrisa sádica en su rostro.

Si había algo que Sasuke disfrutara más que ganar, era demostrar que era el mejor, y sip, justo en ese momento iba a demostrar que era incluso mejor que el profesor con el que Naruto había tronado la materia, el simple hecho de pensar que Naruto aprobaria gracias a él producía emoción en su estómago bajo, solo por eso había cedido a ayudar al rubio, y porque no le gustaría tener que pasar un semestre sin el reboltoso remolino en tonos calidos, pero no lo admitiria en voz alta al menos.

Con miedo Naruto había subido su vista de la mano con regla en la posadera de su silla a los ojos del azabache, podía ver el brillo de maldad y emoción en sus ojos.

Embellezado por su pulcro perfil se permitió recorren con sus azules ojos las finas facciones de su acompañante.

La tensión del lugar paso de un color morado por el miedo a un rojo por amor.

Un solo empuje, un milímetro, un simple movimiento y todo se saldría de su control, ¿Naruto daría el paso?, ¡NO!.

Fue el valiente azabache, quien no soporto más la tentación, al ver esos preciosos y gigantes ojos azules devorar sus finos y rosados labios.

Fueron fragmentos de segundo, un simple toque, un roze de labios lo que Sasuke había hecho, ¿Pero que es el hombre si no es codicia? y en ese arrebato de valentía enredo sus largos y pálidos dedos en el sedoso cabello amarillo y volvió a juntar sus labios, esta vez de manera más desesperada, y claro, Naruto se dejó hacer, sintiendo la lengua del otro invadir su boca, mordiendo sus labios rosados, y sintiendo los pequeños tirones en su cabello.

Sus, a diferencia de Sasuke, toscas manos se posicionaron en las caderas de Sasuke y con un hábil impulso sin intenciones de romper el beso se levantó y acorralo ahora a Sasuke sobre la puerta, cerrandola en el proceso.

¿Segundos?, ¿Minutos?, ¿Horas?, ¡Maria!, no supieron cuanto tiempo estuvieron besándose de esa manera tan desesperada hasta que su cerebro les indicó que el aire en sus pulmones ya no era suficiente y que respirar por la nariz no les estaba dando la cantidad que necesitaban.

Se separaron agitados y sonrojados, con los labios rojos y las manos sudadas, sus ojos conectaron y sin esperarlo Sasuke volvio a juntar sus cuerpos, esta vez de manera más tranquila, y dándose el tiempo de saborear lo que tanto tiempo había estado esperando.

Cuando el segundo tirón de aire se hizo necesario Sasuke tomo sus cosas y de manera rápida huyó del cuarto del rubio, saltando por las escaleras.

-Kushina-San, Minato-San, nos vemos luego, ¡Me voy!- Grito desde la puerta y se fue, dejándolos confundidos.

En el marco de las escaleras estaba Naruto, respirando agitado y muy rojo.

Sus padres se asomaron aun más confundidos y en ese momento Naruto se dio el lujo de tocar sus hormigueantes labios y susurrar

- Me beso - y segundos después grito - ¡ME BESO, EL AMOR DE MI VIDA ME BESO! - Y brincoteo feliz

- ¡Diablos! - Ahora fue Kushina quien maldecia, había perdido.

Accidente (NaruSasu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora