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― N-no, Go-jo~

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― N-no, Go-jo~

Un pequeño jadeo salió de los labios del menor, enloqueciendo sin saber al peliblanco. Éste continuó lamiendo y mordiendo aquella zona del cuello que volvía loco a su pequeño, succionando y dejando una notable marca en la hermosa piel. Decidió subir, dejando una hilera de besos, hasta llegar a aquellos labios que tanto amaba y le eran adictivos. Le besó con fuerza.

― Gojo~

Dejaron un pequeño espacio entre ambos, aunque aún estaban a pocos centímetros, intercambiando respiraciones.

― Tenemos clases.

El mayor rodó los ojos y le dio otro beso a su novio.

Megumi puso sus puños en el pecho de Satoru.

― T-tengo examen, no puedo faltar.

― Esta bien...

Satoru junto sus labios por última vez, soltó un suspiró y se levantó con pereza de la cama, seguido por el pelinegro que fue con rapidez al baño.

― ¡mi lindo cuello! ― chilló al verse al espejo. Su suave piel tenía un notable chupetón ― ¡No puedo salir así! ― lloriqueó.

El mayor únicamente rió con ternura.

Satoru mantenía un semblante serio, con aquellos ojos totalmente fríos y rostro sin ninguna expresión

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Satoru mantenía un semblante serio, con aquellos ojos totalmente fríos y rostro sin ninguna expresión. Algunas personas que pasaban por ahí bajaban la mirada asustados e intimidados. La verdad es que la sola presencia del peliblanco por los pasillos intimidaba, con aquellas pintas de matón, lleno de piercings y tatuajes, si que intimidaba.

― ¡Gojo!.

El nombrado levantó la mirada del suelo al escuchar aquella dulce voz que conocía a la perfección. Éste llegó agitado, seguramente corrió por los pasillos hasta encontrarlo.

― ¡G-gojo! ― intentaba recuperar el aire, sosteniéndose de sus rodillas.
El peliblanco pasó una mano por su cabello negro y le acarició. El menor levantó la cabeza y mostró una gran sonrisa.

― ¡Hay leche de fresa en la cafetería!, ¿me compras? ― pegó un par del saltitos ― anda, anda, cómprame una.

Estaba seguro que tanta ternura lo mataría algún día.

Estaba seguro que tanta ternura lo mataría algún día

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― Oye Satoru...

― Se escucha lindo que me llames por mi nombre ― enterró su rostro en el sedoso cabello de su novio.

― Yo... quiero preguntarte algo.

― ¿Mmm...?

― ¿Tu me amas? ― dijo tímido, agachando un poco la cabeza.

― Te amo mas que a mi propia vida.

Sonrió de oreja a oreja.

― Y-yo también te amo.

― Gojo que te parece, ¿Me veo bien?

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― Gojo que te parece, ¿Me veo bien?.

El ojiazul no pudo evitar abrir la boca al ver lo que tenía en frente. Su adorable pequeño con una blusa color rosa con un estampado de gatito en el centro y... una falda corta del mismo color, además de unas sexys bragas negras.

― T-te ves hermoso Megumi~Chan.

Mentiría si dijera que su entrepierna no dolía.

Mentiría si dijera que su entrepierna no dolía

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¡ gojo sαtoru !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora