3. MANHATTAN

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Vestido negro. Me puse un negro con bordado en una noche de verano. Con mi melena de pelo castaño claro suelto y unas convers. Outfit sencillo y para nada provocativo, como me gustaban. En ese momento, me encontraba leyendo junto a mi ventana cuando a lo lejos vi a un rubio bajarse de una moto negra. Alzó la mano como si ya supiera anteriormente dónde vivía y abrí la ventana para apoyarme sobre el tejado del porche y bajar agarrándome a la tubería lateral de mi casa. Por suerte, mi madre estaba cansada por el trabajo y no se despertaría.

- Vale, ahora si que estoy flipando. - me llevé las manos a la boca y aún así se me notaba la cara de emoción.

Era una fanática de las motos y de las carreras de coches. Mi padre de pequeña me llevaba a ver carreras, él era mecánico de coches de carreras y ayudaba en centros así. Crecí con esas máquinas, pero desde que mi padre murió en un accidente, mi madre tenía un pánico extremo a este vehículo y a todos en general. Jamás me dejaría montarme en una moto, ni siquiera podía hablar en casa sobre el tema.

- Una Buell color negro en perfecto estado. - rodeé la moto y me fijé en todos los detalles que tenía. - Nunca había visto una, es preciosa.

- Anda monta. - dijo mientras me tiraba un casco negro.

Me acerqué y me monté detrás suyo después de atarme el casco. Rodeé mis manos por su torso y ahí me di cuenta de que no comía hace mucho. Arrancó y puso rumbo desconocido para mi, sin embargo, por alguna razón, confiaba plenamente en ese chico.

Pasé mis dedos por cada curva de su torso mientras él conducía a toda velocidad por el puente de Manhattan. Su piel era suave y su pelo se agitaba con el viento, me había dejado su casco y eso me hizo sentir protegida. Tenía un rostro despreocupado, como de niño de diez años que está probando su juguete nuevo. Yo le miraba hipnotizada, no podía apartar ni disimular lo bello que lo veía; con ese pelo rubio que cogía distintos tonos con cada farola, con esa sonrisa tranquila y esos ojos que miraban hacía la carretera.

Giró y entró por callejuelas hasta llegar hasta un aparcamiento al lado de un acantilado. Aparcó, me quitó el casco y comenzamos a caminar.

- ¿A dónde vamos? - pregunté mientras observaba el cielo desde allí arriba.

- Te dije que íbamos a divertirnos Abigail. - dijo y siguió caminando.

Me asombré cuando mencionó mi nombre, él no podía saberlo, no se lo había dicho y mi madre no le había visto.

- ¿Cómo sabes cómo me llamo? - pregunté extrañada.

No dió respuesta y estuvimos en silencio hasta llegar a una cala, entre acantilados. Se sentó y contempló la noche en todo su esplendor. Me senté a su lado y cogí un cigarro de mi cajetilla para después encenderlo.

La luna estaba casi llena, por lo que había una luz especial en el ambiente. El mar estaba tranquilo y las olas apenas hacían ruido al chocar contra las longevas rocas del acantilado.

- Es un lugar bello Aidan, ¿cómo lo encontraste? - le miré.

- Este era el lugar favorito de mi madre. - él miró la arena y suspiró.

- Pués tu madre tiene buen gusto para escoger sitios. - le di una calada a mi cigarro.

- Tenía. - una mirada melancólica se posó en los ojos del chico y en ese instante, mi corazón se rompió en pedazos.

- Lo siento muchísimo. - me acerqué y le abracé lo más fuerte que pude, quería que sintiera que no estaba solo. - Mi padre murió en un accidente cuando era pequeña, no te preocupes que yo si te entiendo.

Cerré los ojos y una ráfaga de aire me acarició todo el cuerpo agitando mi vestido.

- Gracias. - me susurró al oído.

Sus labios se movieron lentamente hacía los míos esperando a que se encontraran. Noté su aliento a alcohol y cuando lo tuve cerca, nos fundimos en un beso, pero no uno de esos besos corrientes, uno acompañado de melancolía y soledad. Cuando apartó sus labios noté como si me hubieran arrebatado algo muy preciado, noté que mi luz interior volvía a apagarse.

- ¿Tú querías divertirte verdad? - me dijo acompañado de una sonrisa, pero no una de esas sonrisas arrogantes, si no una cálida. - Anda ven, quítate la ropa.

MI CHICO DE OJOS TRISTES [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora