Suspiré y me di por vencida. No podía impedir que mi madre se juntara con todo tipo de hombres, sin embargo, tampoco podía adaptarme a ella y aceptar a regañadientes a todas sus parejas. Me levanté y mi instinto me llevó a un paseo cerca de la costa. Pronto iba a anochecer y el sol poco a poco se acomodaba en el liso horizonte anaranjado. Llevaba escuchando la misma canción desde que había salido a dar el paseo, pero no me aburría en absoluto, solo me hacía estar más baja de ánimo que antes. Adoraba poner canciones tristes cuando estaba triste, porque sabía que eso me ponía aún más triste. En cierto modo sonaba irónico, pero a estas alturas me daba igual.
Caminaba y caminaba esperando encontrar un final al camino, el cual era de piedrecillas anaranjadas que iban en conjunto con el cielo en aquel atardecer. La mochila me pesaba y el sudor aumentaba, era verano y el calor en la costa no era muy elevado, sin embargo aquel día si lo estaba siendo. A lo lejos, me fijé en un chalé blanco, era enorme y parecía estar lleno de gente. Me acerqué caminando a paso de tortuga y a medida que iba teniendo más visibilidad a aquel edificio, me percaté de que se trataba de una fiesta. Mi humor no estaba para fiestas, pero había algo que me empujaba a entrar, solo para ver qué se cocía por allá.
Nada más ingresar un chico en bañador se acercó a mi.
- Hola preciosa, ¿estás en la lista? - me preguntó y después le dió un sorbo a la bebida que llevaba en las manos.
- ¿Había una lista...? - me sentí idiota al preguntarlo. Por supuesto que había una lista en una fiesta de ese tipo.
- Anda pasa, te estaba tomando el pelo. - me regaló una sonrisa y entré al enorme chalé.
Tenía tres pisos y unas cristaleras enormes, sin duda alguna quien viviera aquí tendría que tener mucho dinero encima. Fuí al piso de abajo, donde había una enorme barra de bar con licores de los lugares más extraños. Me serví un puerto de indias rosado y me lo bebí, así a palo seco. No conocía a nadie, así que si hacía el ridículo, no me importaría en absoluto. Miraba a todos lados y me fijaba en el cuerpo ideal de todas aquellas chicas que iban agarradas de otros tíos. Ojalá yo también ser así de bonita. Al rato, se me volvió a acercar el mismo sujeto de antes y lo que me nació fue mirarle con cara de asco.
- Hey, ¿qué pasa? ¿por qué no te diviertes un rato? - me acarició el brazo y un escalofrío recorrió mi cuerpo entero.
- No estoy de humor. - escupí por mi maleducada boca.
- ¿Problemas con el amor? ¿Familia? ¿Amigos?
- Algo parecido. - quise cambiar de tema pero no me lo permitió.
Se giró y cogió dos vasos enanos y un licor. Hecho la mezcla de alcohol y me la ofreció.
- Anda bebe un poco, no quiero verte así. - se acercó lentamente.
Accedí y le dí un sorbo para luego apoyarlo de nuevo en la barra. Me agarró de la mano y me llevó al piso de arriba, al último que quedaba. Pasaron los minutos y el extraño licor me estaba mareando más de lo esperado, apenas recordaba cómo había llegado allí y por qué estaba yendo con un desconocido de la mano.
Me llevó a su dormitorio y me sentó en la cama, me dijo que esperara un rato hasta que volviera preparado. Mi cabeza daba vueltas y mis ojos cogieron un color rojizo junto con mis mejillas. De repente hacía mucho calor, así que como pude me quite la camiseta y me quedé en sujetador.
Oí pasos que se acercaban con rapidez y eso hizo que mi respiración se agitara.
- Vaya, veo que ya estás casi lista. - dijo con una sonrisa coqueta y se abalanzó hacía mi cuello.
En ese momento estaba en shock. No sabía ni su nombre y ya me estaba succionando el cuello. Me moví hacia los lados pero fue en vano ya que el chaval tenía mucha más fuerza que yo. Intenté deshacerme de él de mil formas, pero la puerta estaba cerrada y no se escucharon mis gritos. Lo siguiente que recuerdo son unas luces rojas y azules parpadeando en las ventanas.
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MI CHICO DE OJOS TRISTES [BORRADOR]
Romansa<<Cuando las estrellas colapsaron formaron el color de tus ojos>> Abby es una joven perdida en el tabaco cuando de repente, una cosa le lleva a la otra y se vuelve adicta a Aidan, un joven "sin futuro"