SENTIMIENTOS CONTRARIOS

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LISA

- ¿Te vas a casar? ¿En qué carajos estás pensando Lisa? - grita Irene y su voz inunda el consultorio.

- Lleva a mi hijo en su vientre.

Ella respira hondo. Es más que obvio que hace un esfuerzo para no colapsar. Posiblemente yo sea su paciente más compleja.

- ¿Estás lista para ello? - habla con una calma forzada.

No estoy lista para nada. No estoy lista para tener hijos o casarme, pero la situación lo requiere. Me hierve la sangre con solo pensar que Jennie y ese tipo podrían terminar follando de nuevo o después terminarían siendo una pareja. De hecho, me hierve la sangre imaginar a Jennie con alguien más que no sea yo. ¿Cómo podría dejar que se marche?

- Lo superará.

- Eso no es un experimento, Lisa. Tampoco es cuestión de suerte o una de esas historias con finales felices donde el amor cambia todo; porque si fuese ése el caso...habrías cambiado por Soyeon.

Mi cuerpo se tensa. Ella siempre toca ése tema.

- Jennie no es Soyeon.

- Amaste a Soyeon y posiblemente más de lo que amas a Jennie.

- No amo a Jennie.

Ella alza la ceja.

Honestamente esta historia está empezando a sacarme de quicio. Me levanto de la silla.

- Hago eso porque...

-...no lo digas. Ambos sabemos que nos es cierto. Lo haces porque quieres tenerla a tu lado sin importar qué. Solo crees que ella te pertenece.

- No lo creo, es así.

- Lisa...

- ...esta será nuestra última terapia - digo volteando a verla.

Llevo muchos años metida en eso y nada ha cambiado. Me he hecho a la idea de que nada cambiará. Solo debo aceptarlo y ya.

- No puedes simplemente dejarlo todo, Lisa. Puedes vencer tus demonios...

-...llevamos en eso muchos años, creo que ya no tiene sentido seguir con ello. Puedes mantener tu consultorio en este lugar. Es mi regalo por tu paciencia.

Ella abre la boca para decir algo, pero no lo hace. Abandono el lugar y voy a subir en mi auto. Marco a mi asistente para que me informe sobre el paradero de Jennie. En cuanto lo hace conduzco hacía el lugar. Al parecer se encuentra en una cafetería en el centro de la ciudad. Para mi desagrado, justo cuando estoy llegando, veo a través de las paredes de cristal que rodean la cafetería, que su folla-amigo de la infancia  estaba sentado en la misma mesa que ella, mientras ella le estaba sonriendo tan felizmente.

Trato de mantener la calma y actuar con cordura. Bajo del auto y entro en la cafetería. Noto que la expresión de Jennie cambia automáticamente en cuanto me ve. Ahora la ira y el desagrado ocupan el lugar de la alegría y simpatía en su expresión.

- ¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? ¿Es el bebé? - pregunta el idiota con extrema preocupación.

Tengo ganas de matarlo. De hecho, ahora estoy pensando en las mil formas que podría hacerlo.

- No, es-estoy bien - dice Jennie.

Tiro de una silla y me siento sin pedir permiso. Noto que el idiota me mira con ojos muy abiertos, pero no le doy importancia. Solo es un parásito que empieza a cabrearme aún más.

- ¿Por qué estás aquí con él? - le pregunto a Jennie.

- ¿Necesito tu permiso para ver a mis amigos?

REGLAS DEL JUEGO (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora