PREOCUPACIÓN

195 15 0
                                    

LISA:

Irene sostiene su cuaderno de consultas sobre el regazo tras cruzar una piena sobre otra mientras anota lo que va saliendo de mi boca.

Hacía mucho que no necesitaba sus servicios. Las pocas veces que ella llamaba hablábamos de cualquier cosa, siempre manteniendo la profesionalidad y la amistad sin segundas intenciones que habíamos creado en mis largos años de terapia. Ella me había tratado por tanto tiempo que hasta la consideraba parte de mi familia, pero nunca le he comentado ése pequeño detalle.

Después de lo sucedido con Jennie esta mañana no me sentí tranquila, no estaba en paz y temía que pudiera pasar algo peor, algo que no podría controlar y terminaría lastimándola de alguna manera; y de paso, terminaría alejándola también.

- ¿Eres consciente de que hacía mucho no te pasaba eso?.- pregunta mirándome fijamente.

- ¿Enserio? No me digas.- respondo con alto sarcasmo.

Ella sonríe y baja la mirada hacia la hoja y la mueve. Los papeles emiten un familiar sonido al ser desplegados unos de otros con sus manos. Parece estar buscando algo en particular.

- Es extraño.- detiene el movimiento de las hojas, y a continuación levanta la mirada hacia mi-, la primera vez que tuviste estos ataques después de tratar con tu trauma fue hace tres años.

- Eso lo sé.

- Pero con esa mujer había algo emocional y lo sabes.

Lo que está intentando decir es totalmente absurdo. Tan absurdo que no puedo evitar reirme y levantarme de la silla.

- Es verdad, habían sentimientos con Soyeon, pero las cosas no salieron como yo quería. Al parecer tuvo tanto miedo de mí que salió huyendo. Ahora vive felizmente casada en Francia con un idiota mucho más mayor que ella y tienen un hijo. Estoy consciente de todo lo que trató de soportar. Quizo aceptarme tal como soy y ceñirse a mi estilo de vida sexualmente. Lo intentó, pero llegó un momento en que el control, la furia y la ira se apoderó de mí y no pude detenerme mientras ésa voz en mi cabeza me recordaba:

"Cuando te gusta lo que estás sintiendo, solo debes desearlo un poco más hasta saciar tus propios ganas y sentirte satisfecha".

Recordar eso solo me aturde aún más. ¿Es necesario que abra esas heridas? claramente no fue nada agradable en aquél tiempo.

Me detengo junto a la pared de cristal y aprecio las hermosas vistas del exterior; eso a veces me relaja; saber que ahí a fuera hay alguien que tal vez lo pasa peor, o que hay alguien mucho peor que yo. Escucho sus tacones acercarse y en menos de nada ya la tengo a mi lado.

- ¿Sigues huyendo de ése tema?

- ¿Quién dijo que estaba huyendo?

Ella sonríe mientras me dedica esa mirada que deja en claro que no me cree. Odio cuando alguien me conoce, y peor cuando me conoce más de lo que me gustaría, me siento expuesta ante ésa persona, y de paso me siento totalmente indefensa. Siento que podría atacarme y no sabría cómo defenderme.

Irene me ha tratado por varios años. Ha sido mi primera terapeuta y hasta ahora lo sigue siendo, estoy segura de que me conoce mejor que mi propia madre. No la maldita madre falsa, loca y aterradora con la que se casó mi padre y me crió, según todos, como si yo fuera su propia hija; sino la mujer que me trajo al mundo y se vio obligada a separase de mi por su bien y supuestamente por mi bien, dejándome en manos de una psicópata y un padre ausente.

- ¿Qué clase de relación tienes con ésa nueva chica?

- ¿Qué otra clase de relación sería?

- Deseaste tanto a Soyeon que el placer que sentías en ella te consumía y te llevaba a otro nivel. Te llevaba a tu pasado; pero la ira y la necesidad te cegaban. Querías más de lo que su cuerpo podia ofrecerte y terminaste lastimándola.

REGLAS DEL JUEGO (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora