CUATRO

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El chico en la foto estaba aún vestido, pero se podía apreciar su estilizada cintura, las hermosas caderas y el prominente trasero. Ese trasero que ya lo tenía babeando.

Jodida mierda.

A Yoongi sí que iba a contarle mucho esa llamada, pero porque no iba a poder resistirse a decirle tantas cosas sucias que ya se le estaban ocurriendo solo de ver la foto e imaginar todo lo que había debajo de la ropa.

C: ¿Te gusta? Sé que no se ve nada, pero al menos te darás una idea. Espero tu foto señor Agust y luego la llamada.

Yoongi gimió ronco y sintió como su polla despertaba.

Miró hacia abajo a su ropa. Seguía usando traje porque aún estaba en la oficina. Podría enviar una foto más sugestiva que seguro tendría en su galería, pero decidió ir por el mismo camino que su cliente al elegir la foto.

Puso el ordenador portátil sobre la mesita frente al sofá de la oficina y se acomodó para que la cámara, en la parte superior de la pantalla tomara la foto.

La imagen no mostraba realmente nada, pero le diría al chico que no estaba tratando con alguien desagradable a la vista. Aún no sabía hasta dónde estaba dispuesto a llegar el cliente.

A.D: Me gusta tu foto. Deja mucho a mi imaginación y tengo una muy buena.

A.D: Disculpa mi atuendo. Sigo en la oficina.

Yoongi no esperó respuesta al mensaje y se dispuso a conectar la llamada a una línea privada y segura.

***

Jimin no podía creer lo que estaba haciendo. Realmente iba a tener sexo telefónico con un desconocido. La sola idea lo comenzaba a excitar.

El hombre al otro lado de la pantalla le hablaba o más bien escribía muy formal, pero no se sentía mecánico. Podía asegurar que no estaba en un chat con un boot. Cuando decidió qué tipo de servicio quería, optó por la sexcall. Sería más divertido escuchar lo que el hombre podría decirle y saber si tenía voz sexy o era un viejo con voz desafinada y jadeante, como un cerdo asqueroso.

Por eso fue que decidió al final que podía tener un poco de ambos servicios. Al menos para conseguir una ligera apreciación de con quién iba a interactuar esa noche.

Puso su teléfono móvil sobre el estante a un lado de su cama y programó un shot cronometrado para luego lanzarse al colchón y que la foto saliera de la mayoría de su figura aún vestida. No iba a mostrarse desnudo a un desconocido, no de esa manera.

Envió la foto y esperó una respuesta, mientras se quitaba la ropa.

Cuando la tuvo, casi se ahoga con su propia lengua.

Era una fotografía similar a la que él envió, solo para apreciación, y el hombre se veía endemoniadamente caliente del cuello para abajo. Totalmente relajado en ese traje no tan formal, porque esa camisa era sexy y Jimin ya quería perderse debajo de ella.

Antes de que se diera cuenta su teléfono estaba sonando con una llamada entrante de una línea desconocida.

Supuso que era la línea segura de la que le habló Agust y respondió tan rápido como pudo.

—Hola.

—Hola, Chim. Este es Agust. Es un placer escucharte.

Y la polla de Jimin dio un salto emocionado al escuchar aquella voz profunda, grave y seductora. Un sueño húmedo para cualquiera. Tuvo que morderse los labios para no gemir —tan pronto.

—También es un placer Agust. Y, antes que nada, te ves jodidamente caliente con ese traje y esa camisa de seda.

—Gracias. No es mi mejor outfit, pero en mi defensa, no estaba realmente preparado para recibir a un cliente. Y tú, precioso, con todo y esa ropa luces ardiente. Tienes un cuerpo hermoso.

—También gracias. Eh... ¿Qué se supone que debemos hacer ahora? Dijiste que dependía de mí y mis condiciones, pero... instrúyeme por favor.

—Verás, Chim. —ronroneó la voz de Agust al otro lado de la línea—. Cuando se dice que es lo que tú quieras, es justo eso. Si sólo quieres conversar, conversaremos. Si quieres que te hable sucio, lo haré y tú decidirás qué haces con eso ¿Qué te parece? Tú decides hasta dónde yo debo llegar.

Escuchando esa voz e imaginando a ese hombre encima suyo, Jimin quería que el hombre llegara hasta su casa y lo follara contra la pared hasta desmayarse.

—Uhhg. Me gusta como suena eso. Tú hablándome al oído de manera sugerente, es justo lo que quiero. Y quiero que seas lo más explícito que puedas.

***

—Muy bien. Entonces, antes de empezar, debo preguntarte: ¿Te gusta dar o que te den?

Jimin sintió como su apretada entrada pulsaba de anticipación. Si Agust supiera que era más pasivo que las deudas de la empresa de su padre. (Chiste contable)

—Me gusta estar en el lado receptor —respondió dudoso.

—Oh, precioso. Eso es perfecto porque a mí me encanta ser el que da ¿Estás listo para esto bebé? Porque yo ya tengo mi polla muy dura y deseando enterrarse en es culito tuyo que, debe estar tan apretado que podría asfixiar a mi pene... Para tu deleite, me he dejado la camisa puesta. Dijiste que te gustaba y puedes imaginar lo que quieras con ella —La voz de Agust había bajado una octava completa y Jimin ya se retorcía del deseo al escuchar el cambio en el tono.

Jimin iba disfrutar mucho esa noche. Tenía ya un tubo de lubricante y un par de juguetes sobre la cama por si eran necesarios.

—Ummm sí. Estoy listo. Llevo puesto ahora sólo un sujetador y tengo lubricante a la mano.

Sexting  |YM| +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora