SEIS

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Yoongi jamás había querido ser un scort, aunque irónicamente era el dueño de una empresa que se dedicaba a eso. Era un empresario que sólo había buscado una manera de hacer dinero y a la vez dar a la gente un servicio de calidad. Y pensando en la calidad fue que decidió tomar la solicitud de aquel cliente. Sólo para dar información.

Si le hubieran dicho que terminaría dando -él- personalmente el servicio, no lo hubiera creído. Pero ya no se arrepentía. Algo le decía que así era como tenía que ser y no había necesitado mayor estímulo que un par de fotografías nada explícitas y una voz de ángel al otro lado del teléfono. Ahora se esforzaba por dar al singular cliente todo el placer que necesitaba y de paso obtener el suyo, sería un ganar-ganar.

Oyó a Jimin gemir un poco más fuerte y supo que se había quedado ido en sus pensamientos por un par de segundos.

—A-agust... mmmmmg

—Eso es, cariño. Lleva tu dedo hacia adentro. Lento y profundo. —El jadeo ahogado que resonó en los oídos de Yoongi le dijo que Jimin hizo exactamente lo que le pidió—. Un poco más, precioso, hazlo... ¿Sabes? Podría hacerlo yo mismo ahora si pudiera. Sentir lo caliente que está tu culo con mis propios dedos. Tú no tendrías que hacer nada más que disfrutar, mientras yo te jodo fuerte y rápido... ¿Estás bien, precioso?

—Agust... ahhhh... se siente bien, muy bien. Sigue hablando, por favor.

—Uno más, bebé. Un dedo más y tócate. Acaricia tu hermoso cuerpo como si fuera yo quien lo hace.

Jimin tocaba con su mano libre su torso y se estremeció cuando sus dedos se deslizaron por sus pezones y abajo hacia su abdomen. La adrenalina y el deseo no cabían dentro de su cuerpo. Se sentía a punto de explotar y tuvo que detenerse cuando llegó a su palpitante polla. Si se tocaba ahí iba a correrse. Sus dedos entrando y saliendo de su ano eran ya bastante estimulación.

Hacía todas esas cosas muy seguido desde que no lograba tener citas por culpa de su ex, pero está vez era diferente. Esa voz en sus oídos potenciaba las sensaciones y movía algo dentro de él. El deseo de estar piel a piel y sentir el calor de otro cuerpo, ese cuerpo que se construía en su imaginación justo como en sus más grandes fantasías.

Escuchando los gruñidos de Agust, su deseo aumentaba de forma impresionante. El hombre estaba más que excitado con sólo darle instrucciones y escucharlo disfrutar a él.

Tocó su polla húmeda por fin y aumentó la velocidad de sus dedos dentro de su culo. Sabía que estaba por terminar y no podría detenerlo por más tiempo. Su cuerpo se sacudía de placer y su frente sudaba por el esfuerzo.

Ni siquiera había necesitado de los juguetes. Ese era el efecto de Agust sobre él.

—¿Estás ahí, precioso?

—Mmmmh —fue toda la respuesta que obtuvo Yoongi.

—Eso es, bebé. Estoy imaginando que me entierro en ti hasta las bolas. En ese culo caliente, húmedo y apretado. Mierda. Dime que tú también lo haces, dime que estás imaginando lo mismo. Que me sientes dentro de ti, golpeando ese punto una y otra vez. Vamos, piensa en que te aferras a mi camisa mientras te corres.

Yoongi bombeada su polla con fuerza y jadeaba por aire para poder hablar y guiar a Chim. Estaba a nada de correrse y quería asegurarse de que Chim lo hiciera.

—Oh Agust... estoy... estoy a punto. Voy a correrme, Agust... ahhh...

—Hazlo, precioso. Córrete para mí y gime mi nombre con esa voz sensual que tienes.

Justo después de eso un gemido estrangulado sonó fuerte y claro y un gruñido bajo se metió en la mente de Jimin, que se corrió sobre sus sábanas al mismo tiempo que Yoongi daba los últimos golpes a su polla y se estiraba sobre el sofá de su oficina.

Ambos hombres eran un desastre jadeante y se quedaron en silencio, solo escuchando sus respiraciones por unos momentos.

—¿Estás bien, precioso?

—Sí, sí... eso fue...

—Lo sé... fue impresionante. ¿Estás satisfecho?

—Mucho.

—Excelente. Ahora descansa, precioso. Suenas agotado y te mereces una muy buena noche de sueño.

—La próxima vez que llame ¿me atenderás tú? —Preguntó Jimin mientras trataba de mantenerse despierto después de haber abandonado la bruma de su orgasmo.

***

Yoongi no respondió a eso.

Por una parte, sabía que esa sería la única vez. Él no era un scort, era el jefe y su sesión había sido solo una contingencia para no perder un cliente.

Por otra parte, algo dentro de él se retorcía con sólo pensar que Chim llamaría de nuevo y sería atendido por cualquier otro scort, uno que si se dedicaba a eso. Otro hombre al azar escucharía esos preciosos gemidos y vería aquellos hermosos labios.

¿Qué debía hacer?

—Los scort se eligen al azar, bebé. Podría atenderte cualquiera ¿Volverás a solicitar el servicio?

Jimin sintió una punzada de decepción. No conocía al hombre, pero estaba seguro de que no sentiría lo mismo con la voz de otro, ni se atrevería a enviar fotos ni de sus uñas a alguien más.

—Esperaba que dijeras que serías tú, pero no sé si me sienta cómodo con alguien más. Tú has sido muy, eh... atento y has sabido exactamente qué decir y cuándo.

—Gracias por eso, precioso. Realmente me hubiera gustado atenderte nuevamente.

—Dijiste que había servicio de scorting personal-

—Yo no aplico para ese servicio, hermoso. Lo siento.

A Yoongi le sobraban las ganas de decir que sí, pero le asustaba lo fácil que había conectado con un desconocido y lo que se sentía dispuesto a hacer. No era correcto.

—Pero si deseas una nueva sesión, puedo hacer algo por ti. Está fuera del protocolo de la compañía, pero por ti vale la pena.

—Dime qué es Agust.

—Puedo darte mi número personal y concretar una nueva llamada si deseas.

—¿En serio harías eso?

—Por ti, sí. He disfrutado mucho esta sesión y no me opongo a repetirla alguna vez. Sólo contigo ¿Qué dices?

—Sí, eso me gustaría. Si está bien para ti.

—Entonces descansa, precioso. Te enviaré un mensaje desde mi número personal para que lo agendes. Gracias por utilizar nuestros servicios.

Yoongi cortó la comunicación y se quedó viendo su teléfono móvil.

¿Realmente iba a hacer eso?

¿Qué tenía ese chico, que lo hacía querer volver a hablar con él, darle sexo telefónico una vez más?

No lo sabía, pero quería correr el riesgo. Después de todo no conocían sus rostros, aunque Yoongi podía imaginar un rostro hermoso, delicado y sublime y a través de sobrenombres no se revelaban sus identidades.

Envío un mensaje de buenas noches al número en el servidor e inmediatamente recibió una sorpresiva respuesta.

Chim: Buenas noches, Agust. Disfruté cada segundo. Gracias.

Adjunto había una fotografía de Chim, o más específicamente su cuerpo. El cuello largo y delgado a la vista y un camisón que no era nada más que una camisa de vestir demasiado grande para ese pequeño cuerpo caliente. Las clavículas a la vista, al igual que los muslos tonificados y piernas tan largas como una carretera.

Yoongi supo que estaba perdido.


Sexting  |YM| +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora