SEIS

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Capitulo 6

Lucía se despertó a la mañana siguiente en una cama vacía, le tomó unos segundos recordar lo que pasó la noche pasada, y cuando lo hizo se levantó rápidamente y escaneó la habitación, Rosina no daba señales de estar en ningún lado.

"¿Rosina?" Llamó levantándose y caminando hacia la puerta de su habitación. Hubo un sonido detrás de ella cuando abrió la puerta. Se pausó un segundo y siguió el sonido acabando en frente de su armario. Cautelosamente abrió la puerta de este y se encontró con Rosina, ampliando sus ojos cuando la vio.

"¿¡Qué estás haciendo?!" gritó sin aliento, se agachó y la encontró revisando su libro de dibujos. "¿Dónde has encontrado esto?"

"Lo encontré." ella dijo levantándose y sonriendo extensamente. Lucía frunció las cejas cuando vió las marcas de rotuladores en las manos de Rosina. Ella agarraba el cuaderno de dibujo muy fuerte.

"Es mío." Lucía bufó, caminó de vuelta a la habitación sentándose en el suelo e instantáneamente abriendo la primera página. Su ira era más fuerte cuando se dió cuenta que Rosina había cubierto cada uno de sus dibujos con garabatos sin sentido. Horas y horas de trabajo duro y ahora estaban arruinadas.

"¿En qué demonios estabas pensando?" Lucía gritó, levantándose y lanzando el cuaderno de dibujos, este pegó en la pared, esparciéndose los papeles alrededor de toda la habitación, Rosina al instante se tapó las orejas.

"¿Tú sabes cuanto tiempo gasté en esto?" Lucía continuó con los brazos cruzados y mirando a Rosina en la otra punta de la habitación.

"Son bonitos." Rosina asintió levantándose y recogiendo un papel de los que Lucía había tirado.

"Eran bonitos Rosina, hasta que los arruinaste." Lucía espetó. "Justo como las flores. ¿Qué te dije de mantenerte alejada de las cosas bonitas?"

Rosina la miró inexpresivamente antes de caminar hacia Lucía con un dibujo en la mano, la ojiavellana gruño y apartó el dibujo de la cara.

Confusa, Rosina inclinó la cabeza. "¿Luchi?"

"Ese no es mi nombre." La voz de Lucía era de enfadada. "No quiero hablar contigo, vete de mi habitación." gruñó señalando la puerta.

Rosina dió un paso hacia atrás todavía con el dibujo en la mano. "Yo... lo siento." miró a la Lucía suplicante.

"¡No me importa!" dijo agarrando a Rosina por los hombros y sacándola al pasillo "Déjame sola" dijo dando un portazo en la cara de Rosina y asegurándose de que estuviese bien cerrada, esperó hasta que escuchó pisadas alejarse de su habitación antes de colapsarse en su cama.

El cuaderno de dibujo era el tesoro más preciado de Lucía, nunca dejó que nadie lo tocase. Tenía que estar sola para abrirlo y dibujar en él, meses y meses de trabajo duro ahora a la basura, La ojiavellana se sentó y observo los papeles esparcidos por el suelo. Tenía que haber sabido que pasaría esto cuando dejo entrar a Rosina a su cuarto.

Con un gesto de frustración se levantó y recogió cada hoja que había en el suelo, iban revisándolos, pero todos los dibujos estaban llenos de garabatos, rezaba porque hubiese uno o dos sin impecable.

Obviamente no lo había, cada página tenía marcas de rotulador. Un dibujo en particular cazó su atención, sin embargo, el dibujo a medio acabar de las margaritas de ayer, parecía como si Rosina hubiese intentado terminarlo, añadiendo flores encima de los tallos que Lucía había dibujado con lápiz. Cerró sus ojos y suspiró, dejando los dibujos de vuelta en el cuaderno y guardándolo.

YELLOW - ADAPTACIÓN LUSINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora