CAPÍTULO 7

389 43 24
                                    

Mash iba a acercarse pero sí hacía cualquier movimiento en falso perdería por completo a panecillo, no sabía de lo que esos dos locos eran capaces de hacer, sabía que no les agradaba pero ¿Por qué llegar a tal punto? ¿Qué de malo les había hecho el?
Apretó sus manos con todas sus fuerzas, sí necesitaba darles al menos un golpe para recuperar su preciado conejito iba a hacerlo, no importa sí después el señor Marcus lo castigaban por golpear a uno de sus hijos.

— ¡ Te dije que me lo des ! – grito Delisaster y de un momento a otro...

¡ Se fue sobre Famin para golpearlo !
Esto hizo que Mash se detuviera antes de meterse, con un movimiento Delisaster le quitó el peluche, antes de poder hacer algo más y que los golpes se reanudarán aprecio alguien.

— Ustedes dos... – les miro molesto. – ¿Que creen que hacen? ¿Es correcto golpearse entre ustedes acaso?

— padre... – Delisaster aún sostenía a panecillo y se lo mostró. – yo solo quería recuperar esto.

— ¿Es tuyo acaso? – pregunto Cyril. – no sabía que aún te gustaban los juguetes.

Delisaster de tomo un momento pero finalmente hablo con firmeza en sus palabras y seguridad en cada una de ellas.

— No, no es mío... Pertenece a cabeza de ho... A Mash.

Mash se quedó aún más desconectado al presenciar ese momento. ¿De verdad Delisaster le había llamado por su nombre? ¿Quien siempre le molestaba por ser el más pequeño? ¿El que solía verlo de mala gana en cada hora de comida?

— << Debo estar soñando verdad. >> – pensó

— entiendo, entonces, Famin, ve a tu habitación ahora mismo.

Cyril era consciente de que su segundo hijo podía ser alguien codicioso por las pertenencias de los demás y deja darle un castigo... Otra vez.
Su vista se fijó en la entrada de la sala que ocurría la discusión, allí estaba, el mas pequeño de sus hijos. Famin de retiro de mala gana a su habitación, cuando lo hizo Cyril soltó un suspiro.

— Delisaster, porque no le das a Mash lo que es suyo.

— ¿Eh? – exclamó y al voltear sobre su eje miro a Mash allí de pie, probablemente había visto todo. – ah...

— ¿Puedes..? – antes de terminar la oración Delisaster le estaba dando a panecillo. – oh, gracias.

— tú... Debes cerrar tu habitación... – por fuera parecía serio pero por dentro en realidad estaba nervioso. – sabes que no es seguro dejar cosas nuevas a la vista de ese loco.

Mash lo observo, quizás y en el fondo, muy en el mundo, aquel hombre que era su hermano, bueno, medio hermano no era tan malo. Aún así estaría alerta de todo, que hubiese sido amable una vez no significaba que todo iría bien.

— Gracias, Delisaster. – sonrió por poder tener a panecillo en sus brazos.

Delisaster rápidamente miro a otro lado, visiblemente nervioso.

— <<Viéndolo bien... Quizás no es tan malo. >> – pensó el rubio. – bien, bien, me voy

— Oh, bien. – lo miro irse rápidamente y quedó a solas con el señor Marcus.

— Mash... – le miró con calma. – ¿Todo está bien ya?

— sí, señor. – respondió con calma.

— ¿Es un regalo valioso cierto? – pregunto tratando de hacer conversación con su hijo menor. – fue...

— No, no fue ella... – sabía que hablaba de su madre. – ¿puedo irme ya?

Tu nombre. ( Rayne x Mash ) EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora