CAPÍTULO 2

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A la mañana siguiente, Mash se preparó para irse a su escuela, Easton, a decir verdad era lo mejor que podía tener en la vida, porque la jaula en la que vivía realmente le hacía sentir prisionero, había hecho su rutina de ejercicio y dejo todo en orden, al bajar de encontró con su padre a la cabeza de la mesa y a sus hermanos cada uno en su lugar, mirando a Domina fue junto a él y se sentó, nunca le dirigía la palabra a alguno de los otros, sabia bien que sería ignorado y mejor no humillarse. Aunque en ocasiones ellos empezaban a hablar mal de él.

— aash... Es necesario que cada mañana veamos esa fea cara, deberías quedarte en tu habitación. – se quejo Delisaster. – además...

— Domina, puedes pasarme la mermelada por favor. – Aunque eso a Mash no le importaba y solo se limitaba a ignorarlos, nunca le importaba la opinión o los demás.

— Tonto no me ignores. – reprochó al ver a Domina pasarle lo que le pidió.

— • • • – Cyril, los observó un momento y luego de pasar su mano por el rostro. – suficiente, dejen de estar discutiendo desde temprano, apresurense de una vez o van a llegar tarde a sus destinos.

Todos obedecieron y se fueron en autos diferentes, bueno excepto por Domina y Mash quienes siempre disfrutan de ir juntos, ambos estaban en diferentes escuelas por diferentes razones pero eso no era importante.

— ¿Todo bien? – se preocupo por lo de la mañana. – No lo escuches, Delisaster es un idiota.

— No importa, puedo con eso. – saco un panecillo de su bolsillo.

— ¿Aún tienes hambre? – le miro sorprendido.

— Necesito reponer calorías.

El de cabello rosa suspiró aliviado, puede que al principio sintió poco de recelo contra Mash, lo aceptaba, pero luego de conocerlo, fue el único que realmente lo apreciaba tal cual era, era divertido ser el hermano mayor de alguien, se había prometido así mismo cuidar de él de lo que fuera, verlo estar haciendo sus ejercicios y comer sus panecillos era algo que le entretení.

Mientras se encaminaban casi a la entrada de la escuela, los Ames y los Madl se percataron de que una camioneta negra se estacionó un poco lejos de la entrada, los ojos de Rayne se iluminaron cuando de ella vio bajar a la persona en la que tanto pensaba.

— Que tengas un lindo día Mash, cualquier cosa sabes que puedes llamarme. – hablo Domina desde la ventana del auto.

— Lo haré, nos vemos. Cuídate. – se despidió moviendo su mano de un lado a otro.

- Mash Burnedead. - sus labios se curvaron en una suave sonrisa.

- Al menos disimula justo ahora luces como un idiota. - se quejo Orter. - o por lo me...

- Cállate Orter, lo dices porque tú eres soltero. – de enojo Wirth.

Cuando el vehículo se fue, Mash suspiró y andar un paso para entrar miro hacía un lado y noto la presencia de cuatro chicos, al ver a Finn se sintió aliviado.

- Mash... - se acercó. - Hola, que bueno verte. ¿Cómo estás?

- • • • . - no respondió y observo en dirección a los otros tres.

- Ah, mira Mash, ellos son Orter Madl y creo que conoces a Wirth, está con nosotros.

- Un gusto. - dijo Orter en un tono frío pero cortes.

- Y él, es mi hermano, Rayne Ames.

Al momento en el que escuchó el nombre del chico de cabello bicolor, sus ojos se agradaron, quiso salir corriendo pero se contuvo, no iba a armar tal escena allí mismo. Pero es que en ese momento de solo seguir escuchando ese nombre sonando en su cabeza le hacía sentir un nudo en el estómago y su corazón latía con demasiada fuerza.

Tu nombre. ( Rayne x Mash ) EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora