Capitulo 10

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-No oí que te quejaras en ese momento.

-Es difícil quejarse con cinta adhesiva sobre la boca. ¿Protección?

_____ juntó los muslos en un intento desesperado de aliviar el dolor mientras garabateaba la frase.

-No era necesario. Tomo la píldora y los caballeros de esa empresa tienen el certificado de salud. -Ella echó un vistazo por encima del hombro-. A menos que quieras decirme algo de lo que preocuparme.

-No, no tengo nada malo. Escribe. No tengo toda la noche.

Lanzándole una mirada furiosa continuó.

Harold se apalancó en una de las mesas. Su polla pulsaba por liberarse. Se la tocó a través de los pantalones mientras observaba su culo sonrosado contoneándose con cada movimiento de brazo arriba y abajo. La vio meterse la otra mano entre las piernas.

-¿Estás cachonda, _____? ¿Caliente y húmeda? ¿Necesitas tanto correrte que quieres acabar?

Le temblaron las piernas mientras apoyaba la frente en la pizarra.

-Sí -susurró.

-Entonces hazlo -dijo él-. Siéntate en el borde la mesa frente a mí, extiende esas preciosas piernas bien abiertas y mastúrbate.

-No... no puedo. No delante de ti.

-Sí. Puedes. -Largos pasos lo llevaron a su lado. Le atrapó los dedos y tiró de ella hasta la mesa. Acostándola de espaldas le presionó los dedos en el clítoris.

_____ se arqueó en la mesa cuando sus dedos danzaron sobre su mini erección. Sacándose un condón del bolsillo, Harold se lo deslizó en la polla y se acarició. Se corrieron a la vez. Él le dio algo de tiempo para recuperarse.

-Mejor que vuelva a esa pizarra, profesora.

Ella le disparó una mirada feroz.

-¿Al menos puedo vestirme?

-No -dijo, dándole un pequeño empujón.

_____ no se había sentido tan vulnerable en su vida. ¿Qué más quería este hombre de ella? La había zurrado. Sabía que la ponía muy cachonda. Ambos se habían corrido. ¿Y ahora qué? Interrumpió la última frase, lanzó la tiza a través de la clase y se dio la vuelta.

-Ah, ah, ah. -Le hizo un gesto admonitorio con el dedo-. Esa pequeña demostración de genio te costará algo. -Señaló hacia la mesa-. Inclínate.

_____ alzó la mirada hacia el cielo y asumió la posición. Oyó deslizarse la cremallera y levantó las piernas. Entró tan de golpe en ella con un empujón tan fuerte que la levantó. Se sentía... ensartada.

-Ahora... -penetrándola-. Quiero que digas: "No ataré a Harold sin su permiso"

_____ empezó a reír. No estaba aquí para arrestarla. Estaba aquí para reclamarla.

-Dilo. -Empujó más fuerte sacándole un gemido.

-No ataré a Harold sin su permiso -dijo en una ráfaga de aire.

-Otra vez. -Moviéndose más profundo y fuerte.

-No ataré a Harold sin su permiso.

Se apoderó de su clítoris con los dedos.

-Otra vez -exigió.

-N... No atare a Ha... Harold sin su... Ahhhh...

-Buena chica. -Se posicionó y se corrió dentro de ella.

Permanecieron juntos varios minutos antes de que por fin Harold moviera su peso de encima.

The Favorite of professorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora