Capitulo 32 (Había una vez una princesa)

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Llegue a casa queriendo desaparecer de la faz de la tierra, me era imposible pensar que esta sería mi última noche en esta casa, que mañana tendré que estar en un hogar que no es el mío, que tendré que estar con una familia que no amo, ni mucho menos poder disfrutar de las comidas deliciosas de mis padres

Ni mamá ni papá dijeron ni una sola palabra en el camino de regreso a casa, mi tía también estaba demasiado callada, todos estábamos sumergidos en un silencio demasiado incomodo

Debido al silencio de todos me fui a mi habitación, no pensaba empacar talvez lo haría mañana por ahora quería ignorar completamente el hecho de que mis padres habían perdido mi custodia, mientras me acostaba en la cama escuche la puerta de mi habitación sonar, abrí enseguida y me encontré con mi tía algo decaída ahí

— ¿Puedo hablar un momento contigo? – preguntó

— Si, claro pasa tía – me hice a un lado y ella paso observando mi muy ordenada habitación, bueno estaba hecha un desastre, pero eso era muy común en mi habitación, no me gustaba que la limpiaran

— Quería pedirte disculpas Nara – lo dijo mientras casi le salían las lagrimas

— No tienes por qué tía

Aunque habían perdido mi custodia soy lo suficientemente consiente de que ella lo dio todo, fui testigo de las noches en las que se acostaba demasiado tarde revisando todo lo referente al caso, así que no fue su culpa, ni siquiera había culpables que no fueran los Velarde ellos planearon tener algo y no midieron lo que me hacían en el camino

— Te falle, sabes que nunca eh perdido un caso y no quería perder este, talvez si hubiera investigado más, si hubiera....

— No tía, no es tu culpa, es culpa de los Velarde que se encapricharon en tenerme como su hija sin medir las consecuencias, lo querían y no había nadie que les quitara esa idea de la cabeza

— Aun así, desde mañana estarás lejos de tu familia, y estaba en mis manos defenderte

— Tía Hanna yo te agradezco todo, no me emociona mucho la idea, pero sé que no es tu culpa y sé que lo diste todo, ahora ¿me permites olvidarlo? Por lo menos las siguientes 24 horas

— Claro que si cariño

Después de la charla con mi tía decidí que esto no me destruiría y que tenía un poco más de un día para disfrutarlo con mis padres, así que baje a toda prisa las escaleras, mis padres estaban en la cocina, haciendo el almuerzo, me acerque sigilosamente y los abrace

Ellos se voltearon y me envolvieron entre sus brazos, sabía que ellos también estaban tristes por la situación y aunque eso me dolía demasiado, era experta en fingir sonrisas y ellos lo merecían, merecían pasar este tiempo con su hija antes de que me arrebaten de su lado

— ¿Les parece si vamos por un helado? – les pregunté

— Si claro, hace mucho que no vamos por uno – dijo mi padre muy emocionado

Le gritaron a James y todos fuimos, excepto mi tía Hanna que no quería pues dijo que tenía trabajo que hacer, aunque le insistí le llego una llamada de un cliente y no pudo acompañarnos

Mamá condujo hacia nuestra heladería favorita de niños, cada que veníamos de vacaciones aquí que solía ser seguido mamá nos traía aquí, era el lugar que papá usaba para calmarnos cuando peleaba con James o cuando simplemente no queríamos dormir, la condición era ir por el helado y después iríamos a dormir

Pedimos nuestros helados favoritos y salimos a caminar por un parque que estaba justo al frente, aunque nuestros padres nunca nos han descuidado, los planes han cambiado con el tiempo, planes increíbles, como campamentos, picnics, ir al cine, e ir de viaje, sin embargo a veces solo nos hacía falta caminar por el parque mientras nos preguntan cómo nos fue en la semana, nunca vivimos en España mucho tiempo pero pasábamos casi todas las vacaciones aquí, así que era nuestro segundo hogar, especialmente porque mamá creció aquí, también hemos visitado México su lugar de nacimiento pero ella no está muy familiarizada con el lugar puesto que no lo frecuentaba cuando era niña

¿Me Dejas Cuidarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora