La lujuria de Gryffindor

Capítulo 20 : Un Slytherin se somete

A mediados de mayo trajo un clima aún más cálido, y la mitad del alumnado se podía encontrar afuera cuando no estaban en clase. Harry se regocijó por ello. Entre sus vuelos diarios, sus indulgencias nocturnas en el Pride y sus relaciones con Fleur y Tracey, casi podía olvidar las presiones de la tercera tarea que se acercaba.

Pero su cicatriz no le permitía olvidar el peligro en el que se encontraba. Ahora le picaba constantemente, especialmente cuando sentía una emoción fuerte. A veces se despertaba con una vaga sensación de temor. Había visto el rostro encogido de Pettigrew una vez más en sus sueños. La ansiedad se apoderó de él cada vez que recordaba la expresión del rostro de Apolline Delacour después de que ella lo examinó. Con suerte, estaba trabajando en una manera de abordar el problema.

Finalmente le confesó toda la verdad sobre su cicatriz a Hermione. Los dolores y molestias. Las sensaciones de hormigueo. Las visiones. El horror de Madame Delacour ante lo que había sentido. Hermione estaba tan angustiada por la revelación como esperaba y le hizo jurar que la mantendría informada. A cambio, él le hizo jurar que no acamparía en la biblioteca en busca de una respuesta. Ambos ya tenían muchas otras cosas de qué preocuparse.

Harry y Cedric ahora peleaban entre sí dos veces por semana. Estaba cada vez más seguro de que ambos podrían superar a Fleur y Viktor cuando llegara el momento. Si tan sólo supieran lo que implicaría la tercera tarea.

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"¡Y Gryffindor lidera 100 a 20!" La voz de Lee Jordan resonó por todo el campo.

Harry flotaba alto en el aire cerca de Malfoy, ambos chicos escaneaban el suelo en busca de la snitch. Sonrió cuando Katie anotó otro gol ante los pánicos de Slytherin. Había pasado la mayor parte del partido siguiendo a su oponente, únicamente con el propósito de meterse bajo su piel.

"Sabes, Draco, tienes mucha suerte de tener tu magia ahora mismo", gritó a través del viento.

"¿De qué estás hablando, Potter?"

"Tus matones a sueldo. Siempre supe que eras un cobarde, pero ¿sabes qué habría pasado si hubieran logrado eliminarme?"

"No tengo idea de qué estás balbuceando."

Intentó volar pero Harry lo siguió obstinadamente.

"Tengo un contrato mágico para competir en el Torneo. Si la Copa cree que alguien está intentando sabotearla, ¿quién sabe qué hará? Podrías convertirte en un squib si intentas lastimarme otra vez".

El chico rubio lo miró impotente y permaneció en silencio.

Harry estaba casi seguro de que el Cáliz de Fuego no haría tal cosa, ya que su contrato no era con Malfoy. Pero él y Hermione habían especulado sobre las consecuencias de interferir con el torneo, y no vendría mal sembrar algo de miedo y duda entre sus enemigos.

Se rió cuando Katie anotó una vez más, provocando un rugido de la multitud.

"¿Es un rasgo de Slytherin que no puedes pelear tus propias batallas? Me parece un poco patético."

"Soy diez veces más mago que tú jamás serás".

"Eres mejor creando insignias bonitas, lo admito. Pero probablemente ni siquiera lo hiciste tú mismo. Averigüemos qué tan mago eres después del torneo. Tendremos ese duelo al que me retaste en primer lugar. año. A menos que tengas miedo."

Malfoy se alejó de él, fingiendo haber visto el soplón. Harry lo siguió casualmente.

"¿Fue una finta? Puedes hacerlo mejor que eso".

Normalmente no era dado a las burlas, pero tanto el Orgullo como su entrenamiento le habían otorgado una nueva fe en sus propias habilidades. Después del ataque en su contra, quiso humillar a Malfoy, tanto en el juego como en un duelo real. Con suerte, podría provocarlo para que hiciera algo tan estúpido que lo expulsarían.