Ep.3: La compré porque era barata (3)
"Uh-huh.".
Al ver la expresión desamparada de Carla, una satisfacción inexplicable se extendió desde lo más profundo de mi corazón.
Esta debe ser la razón por la que la Carla original terminó así.
La emoción de atormentarla era demasiado buena.
Bueno, la propia Carla parecía pensar que le había tocado una mala mano, pero... una cosa es segura.
Ser mi esclava fue una suerte para Carla.
Si yo no hubiera estado allí, el conde Kipros la habría comprado.
El noble que pujó 10.000 oros por ella era una persona mucho más maliciosa que yo.
En H&A, el protagonista empezó matriculándose en una academia y, para entonces, Carla ya había sido vendida al conde Kipros.
Carla era mencionada simplemente como un NPC más en la academia; el rumor era que su familia había cometido traición y ella había sido vendida como esclava.
Pero con el tiempo, Carla reapareció.
Como jefa intermedia del segundo curso, primer semestre.
La caída de Carla tuvo como telón de fondo una mansión mazmorra del conde Kipros.
A medida que explorabas la grotescamente fastuosa mansión, encontrabas trozos de memos rotos aquí y allá, que resultaban ser una especie de objetos de diario.
Recoge los 37 trozos y se transformarán en el objeto diario del conde Kipros, a través del cual podrás averiguar cómo Carla se convirtió en jefa.
El conde Kipros, en pocas palabras, sufría de disfunción eréctil. Debido a ello, sus gustos se volvían cada vez más perversos... y Carla era el sujeto perfecto para sus retorcidos deseos.
Era claramente temerosa y reaccionaba con fuerza, lo que la hacía perfecta para atormentarla, e incluso era guapa.
Totalmente encaprichado con Carla, el conde Kipros recurrió a la magia negra e incluso adoró a una deidad maligna para curar su incurable disfunción eréctil.
Esa deidad era el grotesco Dios de la Fertilidad.
Creía que si adoraba a una deidad que extraía su poder de retorcidos deseos sexuales, encontraría la solución a su problema.
El conde Kipros consiguió invocar a una parte del grotesco Dios de la Fertilidad sacrificando a todos sus sirvientes, esclavos acumulados e incluso a su propia familia...
Por desgracia para él, Carla, que más que miedo albergaba auténtica malicia, encajaba perfectamente en los retorcidos gustos de la malvada deidad.
Ignorando al invocador, el Conde Kipros, la deidad optó por transferir su poder a Carla.
Carla, animada por el deseo de venganza, aceptó el poder.
Convertida en la santa de la malvada deidad, Carla se vengó del Conde Kipros, cubriendo los alrededores de tentáculos y haciéndose con el control...
Así, se convirtió en una jefa intermedia, bloqueando el camino del protagonista.
Cuando yo era un novato, era una jefa complicada que me costó decenas de intentos derrotar.
Comparado con el conde Kipros, yo era realmente un maestro misericordioso.
De todos modos, al recordar la versión de Carla, que se convirtió en un monstruo medio tentacular en el juego, quizá sus últimos restos de orgullo aristocrático habían sido vencidos por el hambre. Se arrodilló ante mí y empezó a suplicar con voz desesperada.
