32. El ejército de Valentine

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-¿Haz hablado con Lydia? -le pregunta Alec a su madre llegando hasta ella en la sala de control- Nadie la ha visto desde la boda -pero la mujer lo ignoraba- Mamá, vamos.

-Maryse -le habla su esposo-.

-Mamá, entiendo que estés molesta, pero esto es..

-Cancelar la boda habría sido una cosa, pero... ¿Atreverte a besar a Morgana frente a todo el Instituto? -cuestiona Maryse- Nos avergonzaste a todos.

-¿Por qué? ¿Por que es una bruja? -inquiere Alec alzando las cejas- Es la parabatai de tu hija.

-No. El hecho de que sea una bruja como tú dices, es la menor de mi preocupaciones -niega la mujer-.

-¿Y cual es el problema? -cuestiona sin entender la actitud de su madre-.

-Que hayas elegido a una Karlson -dice frunciendo el ceño-.

-La reputación de la familia de su madre no es la mejor -informa Robert mirando a su hijo- Hay muchas cosas que no sabes de los Bane.

-No me importa la reputación de su familia -niega Alec serio- A ustedes tampoco debería. Y si tienen un problema con ello, les sugiero que lo acepten. Ahora, tengo que ir a buscar a Lydia.

-Quizás está empacando para volver a Idris en la oficina de su padre. Lo que ella hizo... -habla Maryse-.

-Me salvó la vida, así que debería ir a agradecerle -interrumpe Alec con firmeza-.

Alec se alejó de allí para ir a buscar a Lydia, en el camino se encontró con Morgana, quién al ver la expresión de el joven hace una mueca asustada.

-En una escala del uno al diez.. ¿Qué tan desagradable fue? -le pregunta ella-.

-Fuera de rango -responde- Nunca los había visto tan enojados.

-Solo dales tiempo.

-Bueno, tu eres semi inmortal, el tiempo está de tu lado. Después de lo que hice, creo que nunca me perdonarán -murmura Alec-.

-No hay que subestimar el amor de un padre, Alec -dijo deteniendo su caminar y lo mira dudosa- No te arrepientes, ¿verdad?.

-Todo pasó tan rápido que no tuve tiempo de pensar -responde él. Morgana no esperaba esa respuesta, pero decide no decir nada- Ahora solo quiero asegurarme de que Lydia esté bien. Ahora le debo mucho.

Morgana asiente y abren la puerta de la oficina, allí se encontraron a la mujer tirada en el suelo inconsciente. Rápidamente se acercan a ella, Morgana toma su pulso y le da una mirada tranquilizadora a Alec.

-Tiene pulso -asegura-.

Alec levanta la manga de su abrigo y activa su runa de curación.

-Hodge... -susurra Lydia a penas y ellos comparten una mirada-.

 -susurra Lydia a penas y ellos comparten una mirada-

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|𝐂𝐀𝐙𝐀𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐎𝐌𝐁𝐑𝐀𝐒| Alec Lightwood ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora