En toda la semana no faltó algún día sin un mensaje proveniente de Changbin en el celular de Felix, desde los buenos días hasta las buenas noches, luego de que ambos contaran todo lo que les había sucedido en el día. La sensación de tener a alguien a quien comentarle lo más cotidiano de tu vida se volvía reconfortante para Felix. Había olvidado la sensación de tener a alguien pendiente de que llegase bien a casa, que le preguntase qué comería de almuerzo y cuáles son sus planes para los siguientes días libres. El viernes por la noche, luego de una reconfortante ducha, Felix recibió una llamada del chico expresso, algo que aún no habían hecho.
-¿Hola? –la voz de Seo se escuchó- Espero no molestarte.
-Para nada, acabo de salir del baño. Estaba por acostarme.
Felix colocó la toalla sobre su pequeño perchero y saltó a la cama, hundiéndose en sus almohadas.
-Llamaba porque me daba curiosidad cómo sonaba tu voz a través del teléfono.
Se podía oír el carraspeo del castaño oscuro, y el rubio trató de contener la risa. Algo que le gustaba de Changbin era lo decidido que podía ser por sus acciones, pero jamás lo diría directamente; buscaría alguna excusa para cubrirla cuando su intención era sumamente obvia.
-Creo que suena menos grave que en persona –Felix aclaró su garganta- Pero puedo hacer que suene más fina –su voz sonó como la de un dibujo animado.
Las risas de Changbin no tardaron en estallar. Se encontraba acostado en su cama, mirando el techo mientras sonreía; aquella sonrisa no se borró de su rostro en toda la llamada. Felix permitió sacar su lado tonto, lo resguardaba por temor a que Changbin se asustara, sin embargo, este parecía fascinado por todas sus facetas. La conversación pasó con naturalidad, acordando que se verían mañana temprano; Changbin pasaría a buscarlo desde su departamento. La llamada no duró más de una hora; debían descansar para estar de buen ánimo al día siguiente. Cuando iba a apagar las luces, escuchó golpear su puerta.
Era Hyunjin.
-¿Ya ibas a dormir?
Felix soltó un bostezo repentino y asintió. Hyunjin resistió las ganas de envolverlo con sus brazos y pedirle que solo por esta noche volvieran a dormir juntos.
-Lo siento, quería saber si las expensas del mes van por mi parte o la tuya.
-Ya las pagué a inicio de mes con el alquiler. Está bien con que compres lo básico para el hogar. Y creo que la leche ya se acabó, si quieres te preparo una lista con lo que falta.
-Sí, me parece perfecto.
Felix creyó que la conversación había acabado. Prosiguió a cerrar su puerta, pero Hyunjin no se inmutaba en moverse. Lo miró confundido.
-¿Sucede algo más?
-Oh, nada, solo estaba pensando en los brownies que hiciste esta mañana. ¿Está bien si me como uno?
En realidad, quiso preguntar ¿Para quién eran esos brownies? Pero pensó que al pedir permiso obtendría alguna respuesta. No obstante, Felix no soltó ninguna información, solo otorgó el permiso y cerró la puerta para finalmente dormir. Hyunjin siempre esperaba más, creía que de alguna manera aún tenía hipnotizado a Felix con su belleza, como todos los hacían. Lo malo es que él sabía que Felix no lo amó por eso, lo hizo por otras cosas.
Hyunjin siempre fue halagado por su atractivo. Desde pequeño, era común recibir comentarios de las señoras del barrio o de las amigas de su madre. "Jinnie, eres tan hermoso", "De grande será algún actor o modelo famoso", "Deberías traerlo a mi casa para que juegue con mi hija, deberían ser amigos", entre otras frases que eran habituales para él. Ya en la adolescencia, aparte de traer beneficios, también conllevaban sus molestias. Rechazaba mujeres constantemente, no podía formar relaciones profundas de amistad porque lo ponían en un pedestal y, finalmente, todos los profesores tendían a facilitarle los exámenes o tareas. Nadie lo tomaba en serio.
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Un latte con expresso. || changlix
Roman d'amourEn el bullicio de una pequeña cafetería en Seúl se conocen dos personajes singulares: Changbin, un fiel cliente y apasionado agente inmobiliario, y Felix, el extrovertido barista. A pesar de sus notables diferencias, ambos comparten una pasión inque...