CAP 5 : OSCAR

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Abro los ojos. Un punzante dolor de espalda me da los buenos días. Vuelvo la cabeza para ver donde me encuentro. No puede ser. Grandes estanterías de libros me saludan. Otra vez me he quedado dormido en la biblioteca. Levanto la cabeza hacia el reloj encima de la chimenea. Las 7:30.

Acaricio mi rostro para intentar despertarme. Debí de quedarme dormido mientras leía acompañado de la señorita Austen. Me acerco al aguanil y me refresco la cara. El agua fría me congela la cara. El sonido rugiente de mis tripas me saluda. No cené anoche. Qué hambre.

Debería prepararme. Hoy es lunes. Debo asistir a mis supuestas clases en la academia.-Sonrío mentalmente.

Salgo de la biblioteca y me dirijo a mi habitación.

Mi habitación está enfrente de la Lena y Livy. Me extraña no verlas levantadas. Livy y Lena asisten no asisten a una academia como yo, reciben clases particulares desde casa de francés, español , escritura, gramática e historia. Lena siempre ha anhelado mi suerte al poder estudiar en una academia, ella desea ser enfermera. Le encanta ayudar a las personas. Si por ella fuese, daría toda su dote para los menos afortunados. Aunque, Lena es una excelente modista. Casi todas sus prendas son diseñadas y hechas por ella, al igual que las de Livy. Me enorgullezco de tener chaquetas hechas por ella.

En el caso de Livy, ella desea ser pintora. Nos ha mostrado sus dibujos y en el caso de que existieran tales palabras para decir lo que uno siente al ver sus dibujos, las diría. Son preciosos.

Abro la puerta de mi habitación. La habitación desprende un olor a laurel, supongo que Ima habrá entrado a limpiar. La habitación está limpia e impecable. Al lado de la ventana, hay un pupitre con mi querida pluma y mis papeles. Sobre la silla está mi morral. En el lado izquierdo, está una cama con un dosel negro. Enfrente de la cama, está mi estimada estantería.Hay cuadernos con mis escritos y algunos libros. Lo abro y busco algo decente para ponerme. Encuentro una camisa carmesí, un chaleco gris, una preciosa chaqueta con detalles de ribetes azules y un pantalón estrecho negro. Madre siempre me recuerda que los caballeros debemos llevar sombrero, pero, son terriblemente incómodos.

Me acerco a la silla, agarro mi morral.-La cual en su interior hay un cuaderno, un pluma y un par de libros de texto.- Guardo la copia de Orgullo y Prejuicio en la morral.

Salgo de la estancia. Me dirijo hacia el comedor.

Mientras camino por el pasillo,los retratos de mis antepasados me dan los buenos días.

Escucho voces provenientes del comedor, probablemente hayan empezado a desayunar.

Si tuviera que quedarme con lo mejor de esta casa infernal sería sin duda, la comida. Siempre bajo a las cocinas a ver a Poncia, Lupe y Petra.-las cocineras.- vuelvo con una amplia cesta llena de bollos. Cocinan de maravilla. Cuando mis padres dan una fiesta o un baile, ellas hacen unos manjares inconcebibles. Cada vez que esto ocurre, bajo a felicitarles por la maravilla de comida, ellas me ahogan de abrazos y besos. Son como mis abuelas para mí.

Entro al comedor. La gran lámpara de araña es lo primero que mis ojos ven. Bajo la lámpara de araña, una extensa mesa de roble oscuro la acompaña. Donde veo sentada a mi familia. Sobre la mesa un considerable desayuno. Mis ojos llegan a ver, boles de fruta cortada, bollos de chocolate, tostadas de pan blanco, mermeladas de frutas, miel, porridge de avena, tartaletas de limón, scones de frutas, una pequeña tetera de café y por supuesto, no puede faltar, el té.

En los polos opuestos están sentados mis padres y mis hermanas se sientan juntas en el lado derecho de la mesa.

Lena al verme entrar, sonríe. Le devuelvo el saludo. Livy segundo más tarde, hace lo mismo. Madre fuerza una sonrisa al verme.

Doy los buenos días.

Todos salvo en la estancia hacen lo mismo, salvo mi padre. No alza la vista al verme entrar.

Con un suspiro, tomo asiento. Coloco mi morral en el suelo.

Cojo una de las tartaletas de limón.-El sabor cítrico del limón combinado con el dulce sabor de la mantequilla es un deleite para mis sentidos. Tomo un sorbo de té.-Como buen británico que soy-

Parece que ha pasado un ángel. Nadie habla, hay un silencio sepulcral.

Toso, con ademán de romper el silencio.

Mi madre, entiendo mis intenciones, trata de entablar una conversación.

-Vuestro padre me comentó del malentendido de ayer. No debéis preocuparos, el asunto ha sido zanjado-dice madre mirando a Livy y Lena.

- ¿Zanjado, madre?-pregunta Lena

- Exacto.-responde padre

- Vuestro padre y yo hemos hablado, y creemos que lo mejor sería que fuerais vosotros tres, hijos míos, a hacer una visita amistosa a los nuevos vecinos esta tarde. Representando a la familia, y aprovechando la ocasión, les invitaremos a cenar mañana por la noche.

Livy parece muy emocionada, Lena intenta encubrir su excitación, pero fracasa.

Al fijarme, me doy cuenta de que Lena lleva una blusa blanca con volantes en las mangas y en el cuello, hecha por ella. Livy, lleva una gran falda negra, con volantes alrededor y detalles en el dobladillo y con una cintura acampanada acompañada por dos botones dorados, también hecha por Lena.

Cuando dejo de admirar el arte de mi hermana, recuerdo que esta tarde debía ir a la biblioteca.

- Padre, no creo que pueda hacer honor a la familia esta tarde . Los exámenes están muy cerca, y no quiero disgustos. Me quedaré estudiando-digo intentando sonar lo más convincente que puedo.


¿Por qué no seré actor?

Padre sonríe de manera vil

- Agradezco tus deseos por el estudio del derecho, Oscar. Pero no debes preocuparte, si es necesario, me encargaré de proporcionarte un profesor particular.-dice de manera siniestra.

- No, padre.Preferiría que no gastarán más dinero en mí.- digo forzando una sonrisa.

- Oscar, es tu deber como primogénito de la familia.-dice mi madre con rostro serio.-Además, en el caso de que no aprobaras los exámenes, ofreceríamos, una... ¿Cómo llamarle? Compensación. Eso es. Para que volvieras a hacer los exámenes.

- ¿Madre? ¿Insinuas un soborno?-me llevo la mano al pecho, como gesto de dolor.- Me duele que piense así, Madre. Eso no es propio de usted. No quiero ser partidario de esta mentira-digo de la manera más dramática.

- Oscar-dice madre, cansada de mi actuación-sólo serán unas horas. Además, pienso que de esta manera ayudarías a tus hermanas.


Lena y Livy me miran desde el otro lado de la mesa, con gesto suplicante.

Agh, a veces detesto ser el primogénito.

De malas ganas, accedo.

Livy salta de la silla y corre a abrazarme. Madre la regaña por su indecencia

- ¡Gracias, gracias y gracias! ¡Te compraré todos los libros de Charles Dickens que quieras!-dice emocionada.

Al escuchar estas palabras, sonrío. 

Me es imposible no sonreir.

Hecho de páginasWhere stories live. Discover now