Classroom of the elite - El diablo en ANHS

Vulnerabilidad

Dicen que el humano es el único animal que cae dos veces con la misma piedra, cuanta verdad hay en esa frase.

—¡Ya se los dije! Fue en defensa propia, esos idiotas de la clase C me atacaron primero.

—Ese no es el problema, si no hay pruebas, serás tú el que sea penalizado.

—Vamos, cálmense los dos, encontraremos la manera de resolver este problema, ¿verdad, Ayanokoji-kun?

—Solo hagan que retiren su queja, no es tan complicado.

—¿Y cómo se supone vamos a hacer eso?

Hoy no me encuentro de muy buen humor, lo último que necesito es resolverle los problemas a un idiota que no es capaz de controlarse.

¿Por qué estoy de mal humor? Verás...

Hace dos días

Después de clases, Suzune y yo fuimos a España, hemos estado viajando bastante seguido últimamente, más que nada es Suzune queriendo conocer el mundo.

—¿No puedes ir más lento? Siempre termino con náuseas por viajar tan rápido.

—Lo siento, es la costumbre.

—Está bien, vámonos antes de que se haga tarde.

—Apenas son las nueve de la mañana aquí, no te preocupes.

Estuvimos todo el día visitando tiendas y lugares turísticos, sorprendentemente, a Suzune le gustan mucho los peluches, y desde que empezamos a recorrer el mundo, empezó a coleccionar los más populares de cada región.

—Así que, ¿qué será el día de hoy?

—Un toro.

—Me pregunto si existen peluches de ese animal.

—Solo hay que buscar, es imposible que siendo el animal más representativo de este país, no haya mercancía de él.

—¿No te parece algo prejuicioso decir que el toro es representativo de España? Oficialmente, no hay ningún símbolo como ese.

—Tonterías.

Me sentí derrotado al ver como la primera máquina de garra que encontramos efectivamente tenía un peluche de un toro.

Suzune estuvo un buen rato intentando conseguirlo, pero parece que la máquina está alterada.

—No logro conseguirlo, ayúdame, Kiyotaka-kun.

—Sí, sí.

Utilicé mi telequinesis para mover el peluche al lugar correcto y lo conseguí al primer intento.

—Eso fue trampa.

—¿Acaso importa? Solo toma el peluche, no te preocupes por los pequeños detalles.

—... Gracias.

Por alguna razón, cuando la vi formar una pequeña sonrisa mientras abrazaba su peluche, sentí una punzada en el pecho. Extraño.

Cuando salimos del centro comercial en el que nos encontrábamos ya estaba oscureciendo, en Japón deben ser las dos de la mañana.

—Tengo sueño, por suerte mañana tenemos el día libre, ¿deberíamos aprovechar y visitar otro país? Tengo muchas ganas de conocer América.

—Si ese es el caso, mi recomendación personal es Colombia, allá la harina no sirve solo para hacer pan.

—¿Qué significa eso?

Pasé mi dedo por mi nariz, pero Suzune no comprendió lo que quise decir.

—En otras palabras, hay mucha coc-

Brrr Brrr

No pude terminar mi oración, ya que una parvada de palomas pasó volando por mi cara.

—Ptff, JAJAJAJA—Suzune estalló en carcajadas viendo mi situación.

—Me alegra ver que mi sufrimiento sea divertido para ti—dije mientras me quitaba a las palomas de encima.

—L-Lo siento, es solo que fue muy aleatorio, incluso te rasguñaron la cara, es demasiado divertido.

Ya veo, tal vez eso sea— ¿Eh?

Pasé mi mano por mi rostro y efectivamente, tenía rasguños dejados por las patas de las palomas.

¿Acaso me lastimaron? ¿Unas simples palomas?

Parece que Suzune pasó por alto ese detalle, ya que continuó riendo sin prestar atención a mi rostro.

Dejé a Suzune en su habitación para que descansara, y yo me dirigí al Lux en Los Ángeles.

Necesitaba un trago para pensar con claridad, hoy había ocurrido algo insólito, fui lastimado por unas meras palomas.

Pero, ¿cuál es la causa? ¿Está esto relacionado con el hecho de que Suzune sea inmune a mí?

Tomé el cuchillo que había en la barra, y al pasarlo por la palma de mi mano, nada ocurrió, no hubo sangre, ni una sola marca.

En ese momento, una idea cruzó por mi cabeza.

Volví a Japón, más específicamente, a la habitación de Suzune, ella estaba durmiendo.

Una vez más, pasé el cuchillo por mi mano, y tal y como lo pensé, esta vez la sangre empezó a salir por la herida que acababa de hacerme. Parece que solo soy vulnerable cuando estoy cerca de Suzune.

—¿Qué me está pasando?