El imponente Rolls-Royce negro se detuvo frente a la lujosa boutique. Las puertas se abrieron con un suave susurro, revelando la imponente figura de Max Verstappen, uno de los magnates más poderosos de la ciudad. Vestido con un traje impecable a medida, exhalaba un aura de arrogancia y poder que intimida a cualquiera que lo rodeara.
Con pasos firmes y seguros, Max se dirigió hacia la entrada de la boutique. Dos guardias, vestidos con uniformes impecables, se apresuraron a abrirle las puertas, inclinándose profundamente en señal de reverencia. Emilian asintió con un gesto de aprobación, sin siquiera mirar a los empleados a los ojos.En el interior de la boutique, reinaba un ambiente de exclusividad y sofisticación. La decoración era minimalista y elegante, con muebles de diseño y obras de arte de renombrados artistas. La iluminación tenue creaba una atmósfera íntima y acogedora, perfecta para exhibir las piezas más preciadas de la tienda.
El alfa dominante paseó por la boutique con aire de dueño. Sus ojos recorrían cada estante y vitrina, buscando la última adquisición que le permitiría reafirmar su posición como el hombre más rico e influyente de la ciudad.
Un vendedor, entrenado para atender a clientes de este calibre, se acercó a él con una sonrisa servil. Pero antes de que tan siquiera pudiera abrir la boca, Max, sin mirarlo siquiera, le extendió un billete de 500 euros.
- toma - dijo con desdén sin dejar de mirar la joyeria - y no me molestes mientras estoy viendo.
El empleado confundido tomó el billete con una enorme sonrisa.
Emilian siguió su camino, dejando al empleado atrás. Su gesto de desdén y poder era una muestra más de su carácter arrogante y egocéntrico. Para él, los demás eran simples peones en su juego, personas que no merecían su tiempo ni su atención.
El zumbido del teléfono del alfa vibró insistentemente en su bolsillo. A medida que paseaba por la boutique, ignorando las llamadas y mensajes de su amante, una expresión de molestia se apoderó de su rostro.
Max no tenía tiempo para las trivialidades de su relación clandestina. Su mente estaba concentrada en la adquisición de nuevos lujos y en la reafirmación de su poderío. Las súplicas de atención de su amante eran una molestia inoportuna que amenazaba con distraerlo de sus objetivos.
Con un gesto brusco, sacó el teléfono de su bolsillo y lo miró con desdén. La pantalla mostraba una serie de llamadas perdidas y mensajes de texto sin leer, todos ellos de su amante desesperado por contactarlo.
Suspiró con exasperación. La insistencia de Lando era irritante. En su mundo, los omegas solo debían obedecer y satisfacer sus deseos, no reclamar su atención.
Sin pensarlo dos veces, apagó el teléfono. El silencio que siguió fue reconfortante, una señal de que había recuperado el control de su entorno.
Todo eso se borró cuándo se detuvo a observar un costoso collar de diamantes. Chasqueo los dedos en dirección del empleado quién estaba a una distancia respetuosa y atento a lo que el señor Verstappen deseé.
ESTÁS LEYENDO
Eclypton
FantasyEn la lujosa ciudad de Eclypton, controlada por la mafia, Sergio, un joven omega se ha visto envuelto en un peligroso juego de poder, llama la atención de Max, el despiadado líder del clan criminal más poderoso. Atrapado en una peligrosa red de pode...