En la lujosa ciudad de Eclypton, controlada por la mafia, Sergio, un joven omega se ha visto envuelto en un peligroso juego de poder, llama la atención de Max, el despiadado líder del clan criminal más poderoso. Atrapado en una peligrosa red de pode...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sergio despertó en la lujosa habitación de Max, sintiéndose desorientado por un momento. Fue entonces cuando un mayordomo familiar se acercó a él.
– ah, joven amo, me alegro de verlo despierto. El señor Verstappen tuvo que atender unos asuntos urgentes, pero me pidió que cuidara de usted en su ausencia – le informó el mayordomo con una leve reverencia.
Sergio parpadeó, procesando la información. Max no estaba aquí, lo que significaba que tenía el día libre.
Y que mejor que descansar en su hogar.
– entiendo. Agradezco su atención, pero creo que prefiero retirarme a mi propio departamento para descansar. ¿Sería tan amable de ayudarme a salir? – solicitó Sergio, tratando de sonar lo más sereno posible.
El sirviente asintió con comprensión.
– por supuesto, joven amo. Permítame acompañarlo y asegurarme de que llegue a salvo a su residencia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando Sergio entró a su departamento, se sorprendió al encontrar al alfa que lo había estado cortejando en el pasado. Parado en medio de su sala.
– Mark...
– hola Checo...
– ¿Qué haces aquí? – preguntó Sergio, retrocediendo instintivamente ante la presencia del alfa – ¿Como entraste?
El austriaco levantó las manos en un gesto conciliador, notando la reacción asustada del omega.
– tranquilo, Sergio, no voy a hacerte daño. Aún conservo la llave que me diste – mojó sus labios con la lengua – sé lo que estás pasando con Max Verstappen y quería ofrecerte mi ayuda para escapar de él – explicó el alfa con seriedad.
Sergio escuchó con atención la propuesta del alfa, pero su expresión era de profunda preocupación.
– ¿Escapar de Max? ¿Acaso te has vuelto loco? – exclamó, sacudiendo la cabeza – Nadie puede escapar de él ¡Tiene a toda la ciudad en la palma de su mano!
– lo sé, sé que Max es poderoso, pero no es invencible. Tengo un plan que podría funcionar si trabajamos juntos – insistió, acercándose un poco más tomando su mano.