III. Tulipanes jaspeados

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Cuando te vi con esa sonrisa de oreja a oreja mientras mirabas el ramo de gerberas no pude evitar sonreír yo también, pude ver que entendiste el mensaje que te quería dar. ♡

Y espero que estos tulipanes jaspeados sean de tu agrado, ya que significan que tienes unos ojos preciosos, y es que para que mentirte si cada vez que puedo verte cara a cara no puedo evitar perderme en tu mirada; tus ojos, de ese azul marino que me hipnotiza y que siento que necesito un mapa porque sino me perderé en lo profundo de tus irises, hacen que me enamore cada vez más de ti.
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Kageyama no se sorprendió al ver las flores pero no pudo leer la carta inmediatamente ya que estaba atrasado para el entrenamiento, y ese día más que nunca debía de entrenar muy bien ya que pronto tendrían un partido amistoso contra el Aoba Johsai y no se iba a permitir perder contra ellos.

Cuando llegó al gimnasio dejó sus cosas y sin querer la nota se cayó del ramo, así que la tomó y aprovechó para leerla. Sus compañeros ya se estaban acostumbrando de a poco a las flores, pero no estaban para nada acostumbrados a ver a un Tobio Kageyama rojo de pies a cabeza con la cara entre sus palmas, ya que no pudo evitar sonrojarse y avergonzarse por los elogios de aquella misteriosa persona.

Sus compañeros junto con el entrenador Ukai y el profesor Takeda se acercaron para verlo, Kageyama les entregó la nota avergonzado para que la leyeran y al hacerlo todos pegaron un grito, uno tan fuerte que lo pudo escuchar toda la escuela.

Luego de eso el entrenamiento siguió como siempre solo que entre medio los chicos le hacían una que otra broma sobre la nota, sobretodo Tsukishima, quien disfrutaba de incomodarlo.

Finalmente volvió a casa con el ramo en mano y releyendo por milésima vez la nota. Cuando iba poner el ramo en algún florero se dió cuenta que ya no quedaba ninguno disponible ya que los dos ramos anteriores los estaban ocupando así que tuvo que idearselas para crear uno nuevo y posteriormente preguntarle a su hermana si podía comprar otro al día siguiente.

EL LENGUAJE DE LAS FLORES | Kageyama TobioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora