XV. Su belleza

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Otra vez ella lo estaba llenando de cumplidos en la carta y el no pudo evitar sonrojarse al leer todo lo que ella pensaba de él.

Junto con la carta venían unas flores bastantes pequeñas a las cuales había llamado "Kolkwitzia amabilis" o arbusto de la belleza y una leche de vainilla.

Tobio abrió la leche y comenzó a beber para seguir leyendo mientras iba hacia el gimnasio.

Le gustaba lo mucho que ella reconocía su esfuerzo. Le gustaba que lo viera como alguien que saca a relucir a los demás y también a el mismo. Le gustaba como ella hablaba con el a través de aquellas cartas y como era tan transparente con él. Le gustaba que ella gustará de él. Y aún más importante: "Me gusta ella." Se dijo para si mismo al entrar al gimnasio, dónde todos lo oyeron y se apresuraron donde él para comenzar a hostigarlo con preguntas.

Una vez que Kageyama respondió todo, prosiguieron con el entrenamiento como siempre.

EL LENGUAJE DE LAS FLORES | Kageyama TobioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora