Capítulo 11: Noiz

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Noiz


Me encontraba sentada sobre el tejado de alguna casa desconocida. No quería tener que lidiar con Aoba y Ren, soy una cobarde, lo sé, pero hasta que se aclaren las cosas, prefiero mantenerme alejada de los problemas. Quería que llegara Clear sin aviso y me abrazara, necesitaba de sus brazos, de su paciencia, de su comprensión. 

No tenía sueño, de hecho, había dormido casi todo el día, pero estaba agotada, psicológicamente, quizás. Bajé del tejado, resignada a que Clear no llegaría y empecé a caminar, las calles estaban casi desiertas por la hora, pero había solo algunas cuantas personas, que por ser fin de semana, habrían ido de fiesta. Unas voces se me hicieron familiares a la hora de pasar cerca de un callejón, no me importaron mucho hasta que escuché SU risa. ¿Qué hacía ella a estas horas de la noche lejos de su casa? ¿Por qué se encontraba en un callejón? ¿Por qué reía? ¿Con quién se encontraba? 

¿Por qué me hago tantas jodidas preguntas si ella no me importa? Es su vida y ella puede hacer lo que quiera con ella. 

Pero igualmente, la curiosidad me ganó, caminé en silencio por el callejón, y al doblar la esquina la vi. 

Y la curiosidad mató al gato.

La ira se apoderó de mí. Qué carajos le pasaba. ¿Estaba borracha? Porque ella estando sobria no haría eso, ni reiría como una histérica en un callejón mientras Virus besaba su cuello y Trip prácticamente violaba a Virus con sus manos. Me acerqué a ellos y al oír mis fuertes pasos se separaron, al notar mi presencia sonrieron de forma extraña, también estaban borrachos así que no podía deducir sus expresiones. 


—Gatita —Habló Mink con fuerza, esbozando una gran sonrisa. 

—No sé por qué me dices así. 

Mascullé, mirándola fijamente. La primera vez que lo hizo fue en su casa, pero no supe por qué. No podía creer que había terminado con esos dos rubios haciendo cosas asquerosas en medio de un callejón. La tomé de la muñeca con fuerza, tirando de ella para llevarla a casa, ella no opuso resistencia. 

— ¡Te amo Mink! —Gritó uno de los rubios. 

— ¡Nos vemos pronto, amor! —Gritó aún más fuerte el segundo. 

Cerré los ojos para contenerme de golpear a ese par de borrachos, apretando con mayor fuerza de la muñeca de Mink, y cerrando en puño mi otra mano. 

—Me...me estás haciendo daño —Dijo cuando ya estábamos en una calle, pero no le hice caso, había sido una idiota—. Noiz...

Se quejó y la solté, tirando su brazo hacia ella, volteándome a mirarla, habrá notado la ira en mis ojos, porque su expresión de niña llorona cambió inmediatamente a otra que no pude reconocer. 

—Gatita... —Comenzó a decir, levantando su brazo para tocar mi mejilla pero yo me alejé. 

Sus ojos miraban fijamente a los míos y pude notar un brillo en ellos cuando empezaron a cristalizarse. ¿Qué carajos le pasaba? Hace unos momentos estaba riendo como una loca mientras por poco tenía sexo en un callejón y ahora iba a llorar. Mordí mi labio inferior sin darme cuenta, me daban unas inmensas ganas de abrazarla, pero me contuve. 

—Debemos ir a casa —Dije luego de un silencio. 

—Está muy lejos —Habló de forma exagerada, el alcohol que corría en su sangre era notorio, no lo podía ocultar. 

—Entonces a un hotel. 

Su rostro se iluminó y empezó a dar saltos por el medio de la pista, que por suerte ya era demasiado tarde y no pasaba ningún auto...ni persona que pueda verla así. Parecía conocer algún hotel cercano, así que la seguí. 

_____________

—Wow —Fue lo único que pude decir cuando entramos a la habitación, era enorme, fácilmente podría vivir una familia completa aquí. 

Caminé de un lado a otro, asombrada por el lujo de la habitación, Mink había entrado en el baño y podía escuchar cómo se cepillaba los dientes. Abrí con ambas manos las persianas y el paisaje que teníamos era precioso, no recordaba el piso en el que estábamos, pero la ciudad parecía tan pequeña desde esta altura. Deslicé la mampara con facilidad y di unos cuantos pasos para apoyarme en el borde metálico del balcón. El aire frío de madrugada chocó contra mí, se sentía bien. Tenía la ciudad a mis pies, era hermoso. 

Me sobresalté cuando sus manos rodearon mi cintura, pero luego me tranquilizó el calor de su cuerpo contra el mío, aunque nos separaran unas cuantas capas de ropa. Recostó su mentón sobre mi hombro, girando su rostro hacia mi cuello, pude sentir su cálida respiración y cerré los ojos, tratando de calmarme, no podía ser que tan solo sentirla así me empezara a calentar.

—Eres hermosa —Murmuró cerca de mi oído. 

—Y tú estás borracha —Reí, girando hasta quedar frente a ella, sus ojos se clavaron en los míos y me sonrió tiernamente. 

—Sí —Volvió a susurrar, acercándome a ella con sus brazos— Aunque mañana yo estaré sobria, pero tú seguirás siendo hermosa.

Entrecerré los ojos, levantando una ceja. ¿Acaso lo había sacado de algún libro? O se creía poetiza cuando estaba borracha. Pero eso ya no importaba ahora, mis manos se posaron sobre sus brazos, subiendo lentamente por ellos hasta llegar a su cuello, lo acaricié para luego abrazarla y pegarme a ella. Mordió su labio inferior de forma seductora, dándome muchas ganas de comerla a besos, pero no, no podría. Ella estaba borracha, Noiz, mañana no recordará nada de lo que haremos. Posé mis labios suavemente sobre los suyos para luego separarme, fingí una sonrisa, haciendo que me soltara y volví a entrar en la habitación. 

— ¿Qué pasa, gatita? —Murmuró mientras cerraba la mampara de vidrio detrás de ella. 

—Nada, solo...quiero dormir —Mentí.

—Ah —El estar borracha hacía que sus expresiones sean más notorias, y no pudo ocultar hacer un puchero. 

Empecé a desnudarme hasta quedar únicamente en mi camiseta negra y ropa interior, me dirigí al baño sin mirar a Mink para lavarme los dientes. Pude escuchar la forma en que lanzaba sus prendas al suelo y supe que volvería a estar completamente en ropa interior como antes. Qué provocadora que era su pijama. Me hizo recordar la noche anterior, la forma en que sus manos me tocaron no se salían de mi mente, la calidez de sus labios sobre mi cuerpo, todo lo que ella me hizo sentir, que ningún hombre había logrado.


Terminé de lavarme y me miré fijamente al espejo. Deja de pensar en ella, joder. Al salir del baño me encontré con una Mink inconsciente. Estaba recostada sobre la enorme —y única— cama que nos habían dado, había quedado vencida por el cansancio y el alcohol. Por lo menos no vomitó, pensé. Reí por la extraña pose en la que se encontraba y luego la acomodé sobre la cama, tapándola hasta el cuello. Después de unos minutos observándola, apagué las luces y me recosté a su lado, se veía tan tierna durmiendo que podría verla toda la noche. 

Pero aún estaba caliente, haber recordado todo lo que habíamos hecho hizo que mi cuerpo reaccionara rápidamente y mis bragas se mojaran. Mink no iba a despertar, así que yo misma debía arreglar esto; pasé mis manos por debajo de las mantas y empecé a acariciarme sobre la ropa, incluso podía sentir lo mojada que estaba a través de la prenda. Jadeé, tratando de no hacer mucho ruido, pero el simple hecho de pensar que me estaba tocando con ella al lado me calentaba aún más. Acaricié el interior de mis piernas, recordando la forma en que ella lo hacía, torturarme de la manera que ella me había torturado se sentía tan real. No aguanté más y metí mi mano dentro de mis bragas, pude sentir lo mojada que estaba, sin siquiera tocarme ya estaba así, mordí mi labio inferior con algo de fuerza al acariciar mi clítoris.


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Jaja...esto de subir un capítulo cada mil años se les va a hacer costumbre conmigo (?) Bue, ya estoy de vacaciones de la universidad, así que podré subir más seguido... durante un mes fjhsd. Bai, subiré otro pronto para que no me odien :c

Mundos opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora