Habían pasado quience años desde la última vez que lo vio, aún recordaba a la perfección su cabello negro y sus hermosos ojos dorados, esos ojos que al verlo hacían que su corazón latiera descontrolado; desde el momento en que tomó el poder de la compañía de su abuelo, dedicó cinco años a la búsqueda de Suguru, el chico del cual se enamoró cuando a penas tenía doce años, el recuerdo de esa despedida aún seguía doliendo, ver los ojos llorosos del pelinegro había dejado una marca en él, pero para su mala suerte cada pista que prometía llevarlo hasta él siempre terminaba siendo falsa y nuevamente debía volver al principio y seguir buscando, no podía darse por vencido aún tenía una promesa por cumplir, lo último que supo de Suguru fue que al llegar a los quince años se manifestó como omega y que en ese mismo año había sufrido un accidente en el cual fallecieron sus padre, no podía siquiera pensar en lo doloroso que fue para el pelinegro pasar por todo eso, así que debía encontrarlo para poder cuidar del él de manera adecuada.
— Itadori, ¿Estas seguro de que es en este lugar? — inquirió al ver por la ventanilla del auto que entraron a uno del los lugares más peligrosos de Kioto.
— Si señor, este fue el lugar que indicó el investigador — respondió con seriedad.
— Esta bien — suspiró.
— Estoy seguro que esta vez si tendremos éxito — aseguró con una sonrisa.
Él solo imitó el gesto, Itadori había llegado a él de manera poco convencional, era mucho menor que él, pero el compromiso y determinación con la que lo servía había ayudado a que él le guardara mucha confianza, siempre tenía una sonrisa para todos, a pesar de haber crecido en un ambiente hostil logró salir adelante, para él aún era un misterio su actitud, siempre se veía feliz, cuando lo vio por primera vez Itadori apenas había cumplido los dieciocho años y verlo en la calle tratando de sobrevivir fue un golpe muy fuerte, por eso decidió contratarlo como su asistente y así desde ese día el joven de cabello rosa se quedó junto a él y lo ha ayudado en su búsqueda.
— Llegamos señor — habló el pelirrosa llamando su atención.
Él asintió y ambos bajaron del auto, pero antes de siquiera poder acercarse a la entrada del lugar dos personas pasaron junto a ellos y los empujaron, el olor de uno de ellos lo hizo abrir los ojos en sorpresa, desde que se manifestó como alfa no había sido capaz de sentir ningún aroma a feromonas omega y éste sin duda era uno, su instinto lo hizo reaccionar y los siguió, las dos personas caminaron con rapidez hasta llegar a un edificio abandonado al final de uno de los callejones del sector, era un lugar solitario y muy oscuro en comparación con el centro de la ciudad, lo único que ellos lograban ver era que la segunda persona que salió del burdel trataba de detener al primero, pero todos sus esfuerzos fallaban, su ceño se frunció cuando los vio entrar al edificio y empezar a subir por las escaleras.
— ¡Suguru por favor, espera! — gritó el chico en tono desesperado, pero no escuchó ninguna respuesta del primero.
Su corazón latió desesperado, no había que pensar mucho para saber que era lo que pensaba, al llegar al noveno piso notó qué se detuvieron por que ya no había más escaleras, agradecía que aún no habían notado su presencia.
— Él dijo que me daría mi libertad, pero no fue así — habló con voz rota — Él no me dejará ir y yo ya no puedo más — suspiró y se encaminó al la orilla.
El viento soplaba fuertemente, sus mechones de cabello se movían descontrolados, él no pudo resistir más, el miedo lo invadió y salió de su escondite, lo abrazó por detrás y lo atrajo a él.
— No dejaré que mueras, desde hoy yo cuidaré de ti, no dejaré que nadie vuelva a dañarte — susurró cerca de su oído y lo sintió sollozar, el aroma a flores de cerezo invadió sus fosas nasales y el solo lo abrazó.
Holi...
Hoy doy inicio a esta hermosa historia, honestamente estoy muy emocionada por este nuevo proyecto.
ESTÁS LEYENDO
EN LA OSCURIDAD (SatoSugu)
FanficCon la promesa de ser su alfa cuando se hicieran mayores el pequeño Satoru Gojo dejó Japón después de haber compartido maravillosas experiencias con su primer amor, Suguru Geto. ¿Podrá Satoru salvarlo de la oscuridad? Lo sabremos mientras esta hermo...