30 Días OTP (Bombwin)

⭐Día 4⭐

En una cita
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Todo se pronosticaba perfecto. Un sitio para comer, no era muy elegante, pero era un buen lugar, un horario acordado, un hermoso pretendiente y una deliciosa comida pedida a un extraño mesero insistente.

Julius se sentía algo nervioso por esa cita, pero al mismo tiempo sentía cierta emoción por ver pronto a Darwin allí. Comer junto con él y pasar el tiempo. Era una idea que lo trabquilizaba conociendo la personalidad de Darwin. Quien era agradable y simpático, que generaba en Julius sensaciones de paz y tranquilidad que realmente agradecía sentir.

Llegada la hora el moreno se presentó sonriente. Él también se notaba genuinamente emocionado por esa cita.

-¡Hola Julius! -Saludo con dicha sonrisa animada, tomando asiento frente a un chico pálido ligeramente ruborizado.

-Hola - Respondió con una media sonrisa. Por debajo de la mesa, sobre sus muslos, Julius se tomaba de las manos nervioso. Las sentía algo sudorosas porque estaba inquieto con la presencia de Darwin y con el resultado de aquella cita. Podía salir muy bien como muy mal.

No quería decir nada tonto frente al rizado, nada agresivo o obsceno sin querer. No era como sus amigos, brutos y sin tacto alguno es sus comentarios. Tampoco manejaba mucho el humor negro...y tal vez esa parte era para una confianza más íntima.

-¿Has pedido algo? -Cuestiono el joven de ojos verdes. Mirando a su entorno y luego a Julius.

-Si, si. No te preocupes, pedí algo que supongo te gustará - Rió ciertamente molesto y nervioso al ver que la comida estaba tardando en llegar.

Pronto un sospechoso mesero se acercó a su mesa con dos platos de comida cubiertos en una tapa de acero.
Aquel mismo los coloco frente a ellos y anuncio su presencia.

-Con ustedes, jóvenes tortolos, su comida -El sospechoso mesero saco ambas tapas de los platos dejando ver en ellos una comida totalmente diferente a la que Julius había pedido.

Era pescado...puro pescado, ni siquiera era un plato hecho con pescado o que contuviera pescado. Era pescado puro, cocido, pero era solo un pescado sobre su plato, sin guarnición ni nada.
Julius se sintió bastante molesto con aquella falta que en cierta forma lo humillaba. Pero su preocupación no era golpear al mesero en aquel momento.

Un silencio se presentó en la mesa, Julius miro los platos y notaba que Darwin estaba haciendo lo mismo...

-Darwin yo... -Intento dar una explicación, pero fue interrumpido.

-¡Ay July! -Se sonrió el moreno -¿Cómo supiste que era mi plato favorito? -Aquello sorprendió tanto a Julius como al mesero sospechoso.

-¿Plato favorito?...

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