Con el pulso martillando en sus sienes, Helaena despertó en el frío suelo de piedra, desorientada y dolorida. Intentó incorporarse, pero un tirón agudo en sus muñecas y tobillos le recordó que estaba atada con cuerdas firmes, inmovilizada y vulnerable. La confusión dio paso a un creciente pánico al darse cuenta de que había sido secuestrada y retenida en algún rincón oscuro de Hogwarts por alguien con intenciones desconocidas.
Mientras forcejeaba en vano por liberarse, una voz familiar resonó en la oscuridad, aumentando su ansiedad.
"Ah, entonces finalmente se despierta," dijo la voz serena, pero con un tono que no auguraba nada bueno.
Helaena entrecerró los ojos, tratando de ajustar su visión a la penumbra de la habitación mientras la figura de su captor comenzaba a materializarse desde las sombras. A pesar de la situación, su mente seguía trabajando frenéticamente, intentando entender lo que estaba sucediendo.
"¿Profesor Quirrell?" murmuró con incredulidad, reconociendo la voz y la figura que se acercaba lentamente. Solo un pensamiento corría por su mente MIERDA.
"Bien hecho, señorita Potter."
Helaena intentó mantener la calma mientras Quirrell la elogiaba, pero su mente seguía en un estado de pánico. Observó nerviosamente su entorno, buscando desesperadamente una vía de escape. Se encontraba atada en una estrecha cámara redonda, bajo un techo abovedado, con unas escaleras poco profundas a su alrededor y sin su varita a la vista. El profesor Quirrell estaba frente a ella, mientras que detrás se encontraba una pequeña puerta de madera, y justo enfrente...
"El espejo..." susurró en voz baja, su corazón latiendo con fuerza mientras reconocía el objeto frente a ella.
Quirrell se volvió hacia el espejo al escucharla, mostrando un rastro de interés. "Ah, ¿así que lo conoces?" preguntó con amabilidad, acercándose para examinar el reflejo. "Me ha intrigado durante meses. Una creación notable, debo decir. Puedo verme a mí mismo con la piedra, pero no puedo alcanzarla. ¿Tienes alguna idea, Potter?"
Helaena mantuvo su expresión neutral, tratando de ocultar cualquier indicio de que sabía de qué estaba hablando. "¿La piedra?" repitió, fingiendo confusión. "¿Qué piedra? No entiendo de qué está hablando, profesor."
Quirrell se alejó de Helaena y se dirigió hacia el espejo, ignorando su pregunta fingida de confusión. Con un movimiento fluido de su varita, hizo que luces multicolores surgieran y danzaran alrededor del espejo, intentando romper las protecciones mágicas que Dumbledore había puesto en su lugar. Sin embargo, cada intento resultaba inútil; las luces chocaban con una barrera invisible y se disipaban sin efecto alguno.
Helaena, aún atada, aprovechó la distracción de Quirrell para intentar, con movimientos sutiles y discretos, aflojar las cuerdas que restringían sus manos y pies. Observaba en silencio, pero con atención, cada gesto y murmullo del profesor, quien cada vez parecía más frustrado y agitado.
"¿Tal vez una protección basada en la intención?" murmuró Quirrell para sí mismo, claramente frustrado por la falta de progreso. Continuó hablando en voz baja, casi como si pensara en voz alta, revelando más de sus planes y frustraciones. "Veamos... Dumbledore colocó múltiples protecciones sobre la piedra: un enredadera del diablo, un juego de ajedrez conjurado y agrandado, un grupo de llaves aladas encantadas, un troll, mi propio arreglo, y una prueba de conocimiento y lógica en pociones. Pero parece que la protección más astuta de Albus es el espejo. Sólo él podría desactivarla, o eso parece..."
Helaena no podía evitar preguntarse por qué había sido arrastrada a esta situación. "¿Por qué me secuestró este desgraciado?" pensó, luchando por entender su papel en este peligroso juego. No tenía sentido que ella, que había evitado deliberadamente el corredor prohibido y cualquier rumor sobre la Piedra Filosofal.
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Entre Mundos: La Travesía de Helaena Potter en el Mundo Mágico
FantasíaEn su vida pasada, Milagros había dado por sentado muchas cosas: una familia amorosa, acceso a terapia y la ausencia de psicópatas obsesionados con estúpidas profecías. Sin embargo, en este nuevo universo, todo parece ser diferente. Las tramas compl...