En su vida pasada, Milagros había dado por sentado muchas cosas: una familia amorosa, acceso a terapia y la ausencia de psicópatas obsesionados con estúpidas profecías. Sin embargo, en este nuevo universo, todo parece ser diferente. Las tramas compl...
McGonagall regresó y bruscamente les dijo que se alinearan en filas ordenadas y la siguieran al gran salón para su clasificación.
La ceremonia en sí transcurrió sin problemas. Como era de esperar, Hermione fue clasificada en Gryffindor como Helaena esperaba, estaba segura de que ella había argumentado fuertemente a favor de Gryffindor.
No era que Helaena no pensara que ella era valiente, porque lo era, pero Gryffindor no era la casa que la haría feliz. Hermione se preocupaba por los libros y las notas, algo que no era el caso del resto de sus compañeros de casa. Habría encajado mucho mejor con los Ravenclaw, al menos habrían apreciado sus talentos en lugar de despreciarla. Lamentablemente, seguramente le esperaban algunos años difíciles.
"¡Longbottom, Neville!" La voz de McGonagall se filtró entre las masas y Helaena le dio al otro chico un suave codazo y una sonrisa alentadora.
Estaba feliz de ver que Neville ya no parecía tan asustado como antes. El sombrero se hundió sobre los ojos del chico rubio y ahora todo lo que podían hacer era esperar.
No fue una declaración rápida como lo había sido para algunos niños, ni tampoco la larga espera que había sido para Hermione, pero después de un minuto más o menos, el ala del sombrero se abrió y gritó "¡Hufflepuff!"
La mesa de tejones aplaudió y vitoreó, felizmente incorporando a su nuevo compañero de casa. Helaena sonrió, aliviada de que Neville estuviera en una casa donde podría encontrar algunos amigos reales. Tampoco sabía qué tan práctica era Pomona Sprout con sus deberes de Jefa de Casa, pero esperaba que fuera mejor que McGonagall, que había sido casi inexistente tanto en las películas como en los libros.
El resto de la clasificación transcurrió sin incidentes, la gente fue exactamente a donde había ido en el libro.
"¡Potter, Helaena!" McGonagall declaró y la reacción fue inmediata. Los estudiantes de cada mesa se estiraron y murmuraron, tratando de vislumbrar a su nueva celebridad. Helaena simplemente avanzó en silencio y con una expresión en blanco. Hasta el taburete y dejando que le bajaran el sombrero sobre la cabeza.
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"Oh... ¡Oh Dios! Qué mente tan interesante tiene, Sra. Potter". Dijo el sombrero seleccionador dentro de su cabeza, con una voz casi sin aliento.
"Supongo que tienes razón. Aunque interesante no habría sido mi primera elección de palabras". Helaena respondió.
"No es frecuente que pueda clasificar a un adulto, Sra. Potter. Pero no estamos aquí para ¿Discutir tu pasado o es tu futuro? No, estoy aquí para clasificarte en el presente. Hmm".
Helaena se había preparado mentalmente solo para esto, permitiendo que el sombrero seleccionador tuviera libre acceso a todos sus recuerdos. No le preocupaba que el sombrero revelara sus secretos, ya que era literalmente incapaz de hacerlo. Durante la creación del sombrero hubo numerosos hechizos de privacidad y runas en juego. Ninguna familia, noble o no, permitiría que las mentes de sus hijos quedaran al descubierto y posiblemente se expusieran sus secretos familiares.
