✰ 𝗜 𝗟 𝗘 𝗚 𝗔 𝗟 𝗜 𝗗 𝗔 𝗗 ✰

𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐...

Vicky literalmente no dijo nada sobre la noche anterior, creo que ni lo recuerda.

Pasamos el día como si nada, pero saben algo? Generé una desconfianza terrible hacia Victoria...

Estábamos acostadas para dormir, me dolía en el alma desconfiar de ella, pero hasta que no le pregunte no me iba a quedar tranquila.

- Vic... -
Hablé desde su pecho en el cual estaba acurrucada, y ella acariciando mi pelo.

- que pasa, baby? -

- tú serías capaz de estar con otra mientras estás conmigo...? -
Susurré, pero llegaba a ser un tono audible.

- nunca, que te da a pensar eso? -

- nada... Olvídalo -

- alguna vez te pusiste a pensar en el futuro? - dijo, a la vez que jugaba con mis delicadas manos. - yo me imagino un futuro de nosotras dos juntas, casadas, con una hija, y en una casa ni muy pequeña ni muy grande, con un patio que tenga pasto, y una piscina. ¿Tu te imaginas un futuro a mi lado? -

Asentí con la cabeza, aunque no se si la verdad no sé si esto iba a durar mucho más, pero si me imaginaba casarme con ella, vivir en una casa perfecta...
Vicky hizo el amague de que sus manos vayan a mi culo.

Le saque la mano, pero no tardo de subir su mano hasta mi nuca, la cual su agarre se volvió fuerte, haciéndome doler.
Desde su agarre, me hizo mirarla, quedando frente a ella.

- que te pasa últimamente? Estás rara -
Me hablo en un tono como desafiante.

- yo estoy normal... -

- pues si estas normal, ¿Porque coño no te dejas tocar? Anda mami, si yo sé que te encanta como te lo hago -

Me estaba comenzando a dar asco la situación... Entre que me hundía en mis pensamientos, sentí su mano que estaba en mi nuca ir a mi cuello, haciendo fuerte su agarre contra mi tráquea, obstruyendo el paso del oxígeno.

- o te dejas, o te mueres, es simple -

La falta de aire se me estaba haciendo muy presente, haciendo que mi pálida piel se comience a poner de un tono aún más pálido, pero como si estuviera tirando a violeta...

Apoyé mi mano en su brazo intentando hacer una leve fuerza para sacar su brazo, y lo saco rápidamente.
- muy bien, mi vida, así me gusta, que te dejes -

No me gustaba nada la idea, pero era eso o que me muera asfixiada. Con cada toque que tenía con mi piel desnuda, me llenaba de escalofríos y me hacía recordar toda la mierda, lloraba, gritaba, le rogaba que no me toque, pero por cada queja, o cada vez que me negaba, su mano volvia a mi cuello, y su agarre se volvía cada vez más, y más fuerte. Hasta que me tenía que dejar obligadamente...

(. . .)
A la mañana siguiente, me desperté, desnuda, junto a ella que tenía toda su ropa puesta. Me levanté rápidamente, yendo al baño para vestirme, drogarme, y cortarme...

Le había agarrado miedo a Victoria...