III.- Los Hale

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Stiles suspiró cuando dos chicos se acercaron a él, uno era de cabello castaño oscuro de ojos azules así que por su parecido con Cora se imaginaba que era su primo mientras que el otro era un rubio castaño de ojos verdes azulados.

— Soy James Hale. — se presentó el primero.

— Yo soy Dante Parrish. — se presentó el otro.

— Me imagino que son los dos que Cora menciono. — dijo Stiles mientras guardaba sus libros y libreta en su mochila.

— Así es. Desde hoy te vamos a adoptar. — el castaño alzó una ceja — Serás nuestro amigo desde hoy, además le agradaste a Cora y no le agrada cualquiera. — dijo James con felicidad.

— Es verdad, además lo más probable es que tu hermana se lleve muy bien con nuestros hermanos y sus amigos, que también son como nuestros hermanitos. — dijo esta vez Dante.

— Aunque a Dante le gusta uno de esos chicos.

— ¡Cállate! Es que Scotty es muy tierno y adorable, es un encanto.

— Hablan demasiado. — se quejó Stiles mientras empezaba a caminar fuera del aula, pero esos dos le siguieron sin parar de hablar. El castaño no sabía como los estaba soportando, no era de estar con personas que hablaran tanto, claro que su hermana no contaba en eso. Aunque esos dos le agradaban bastante por alguna razón.

— Es que nuestro Dante esta como un bobo enamorado. — se quejó James mientras pasaba su brazo sobre los hombros del castaño.

— Tu también estás así con la chica Lahey, sabes que lleva siendo parte de tu familia desde hace años, ¿verdad?

— Que mi hermosa novia sea parte de la manada Hale desde que tenía diez años no la hace mi hermana, es mi novia que fue adoptada por mis padres aunque solo es un papel para que no terminara en el orfanato después de la muerte de sus padres.

Stiles solo pudo suspirar.

Definitivamente esos dos están locos, pero le agradaban.

— ¡Hermanote!

— ¿Esa es tu hermana? Oye se parecen bastante. — le dijo Dante sin apartar su brazo de los hombros del castaño.

Stiles había notado que esos dos eran demasiado de contacto físico y solo llevaba como tres horas conociéndolos y ya estaban sobre él todo el tiempo. No podía creer que fuera así. Él no era mucho de contacto físico, solo con su papá y hermana, fuera de eso no era común que fuera permisivo con los extraños, pero ahí va otra vez ese sentimiento dentro de él que le causaba mucha curiosidad. También le había pasado con Cora y con Lydia, él era la persona más desconfiaba que alguien podrían conocer pero por alguna razón con ellos se sentía tranquilo.

El castaño frunció levemente el ceño al ver como un chico moreno miraba a su hermana. No le molestaba que la mirara como la reina que era sino que la miraba diferente y su instinto de hermano sobreprotector podía salir a la luz.

— Hola, Syl. ¿Cómo te fue? — le preguntó Stiles una vez que se paró frente a la chica.

Los otros dos rieron con diversión. James pudo notar que su nuevo amigo se relajaba y ya no les prestaba tanta atención, ahora toda esa atención estaba en su hermanita.

— Bastante bien. El profesor Harris es bastante amable y explica las cosas como tu. Oh y me regaló un libro de texto. — le enseño el libro.

— Harris solo es amable con ella. — dijo Lydia con diversión.

— Me alegra que te haya gustado.

— Veo que a ti también te fue bien, ahora tienes dos amigos.

— No somos amigos.

— Mucho gusto, pequeña princesa. Me llamó Dante Parrish, soy uno de los nuevos amigos de tu hermano.

Stiles lo miró de manera seria y Erika solo pudo sonreír con diversión.

— Pequeño yo soy James Hale. Un gusto hermanita de mi nuevo amigo.

— Lo siento mucho, Stiles. Desde hoy no podrás deshacerte de ellos. — le dijo Cora con diversión al ver el rostro de terror del castaño.

— Me lo advertiste. Me lo merezco. — dijo Stiles viendo a los menores.

Ese día los hermanos conocieron a los jóvenes betas de la manada Hale. Todos ellos quedaron encantados con los hijos del sheriff.

*

Noah sonrió con diversión al ver a su hijo entra a la comisaría con James y Dante a su alrededor. Stiles les reclamaba cosas mientras saludaba a los demás oficiales. No podía creer que su hijo ahora tenía amigos, regresar a casa fue lo mejor que pudo hacer. Aún no se había encontrado con sus viejos amigos como Thalia, Peter, Jeremy, Chris o incluso Bobby y Harris, había estado muy ocupado.

— Hola, Mica. — saludó el mayor a su hijo una vez que entró a su oficina con esos dos. Era obvio que ellos eran los hijos de sus amigos, había conocido al primer oficial Parrish antes de que muriera en acción, no eran tan amigos, pero que era un buen tipo y ahora uno de sus hijos estaba bajo sus órdenes y el otro parecía ser amigo de su hijo.

— Hola, papá. Te traje el almuerzo y la cena. Si no llegas a casa después de turno vendré a recogerte. — le dijo Stiles mientras abrazaba a su padre y dejaba una lonchera sobre el escritorio.

— Esta bien. — dijo Noah con diversión. Su hijo cumpliría esa "amenaza".

— Oh, ellos son James Hale y Dante Parrish, su hermano esta bajo tus órdenes. Lamento que no te los haya presentado hasta ahora.

— No te preocupes, niño. Llevamos apenas un mes aquí y he estado adaptándome al trabajo. Mucho gusto, chicos. Soy Noah Stilinski.

— Un gusto señor. No tiene que preocuparse cuidamos de su hijo con todo nuestro cariño y amor. ¿Verdad? — dijo James mientras se subía a la espalda del castaño.

— Por supuesto, es nuestro querido amiguito. — dijo Dante con orgullo.

— Voy a asesinarlos. — dijo Stiles entre dientes, pero no había quitado sus manos de las piernas del Hale, no lo iba a tirar.

Los otros dos sabían que el castaño les estaba tomando cariño por el olor a felicidad que tenia cuando estaban a su lado. A ellos no les podía mentir y la verdad disfrutaban de la compañía del humano.

— Muchas gracias. — vio a su hijo — ¿Tu hermana?

— Esta en casa con sus amigos, solo veníamos a entregarte tu almuerzo y ahora tenemos que regresar.

James bajó de la espalda del castaño.

— ¡Nos vemos, Noah! — se despidieron mientras abrían la puerta de la oficina.

— Mica. — se giró antes de seguir a los otros — Me alegra que tengas amigos.

Stiles sonrió con cariño.

— A mi también, pops.

James y Dante sonrieron. Ahora podía ver la razón por la que Erika y Stiles eran tan amables y tenían esa aura de tranquilidad, su padre era de esa forma y solo podían percibir el amor y cariño junto con la felicidad cuando estaban con ellos. 

Los Hijos del SheriffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora