IV.- Un lazo más fuerte

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Stiles miró a los amigos de su hermana, no era tonto, ellos eran buenas personas pero bastante raros. Llevaban ya tres meses en el pueblo y los chicos incluso tenían confianza con él. Como Dante y James ellos eran de mucho contacto, siempre los tocaban: una suave caricia en el brazo, una palmada en la espalda, un leve toque en el hombro. Cosas por el estilo. No entendía, pero era curioso.

Noah también se había reunido con sus amigos y se los había presentado a sus hijos. También ahí los Stilinski conocieron a Laura y Derek Hale. Fue algo único de ver, según los demás.

*

Stiles sonrió con ternura al ver la emoción y los nervios de su padre. Sus amigos vendrían a su casa y estaba como loco preparando todo aunque él ya había hecho lo que se necesitaba. Amaba ver a su padre tan feliz y lleno de vida.

El timbre sonó y Erika se asomó por las escaleras con los demás detrás de ella, ellos estaban ahí por chismosos, incluso James y Dante estaban ahí.

Stiles suspiró y abrió la puerta encontrándose con Thalia, Peter y Jeremy Hale, los hermanos sonreían levemente, detrás de ellos estaban Drake y sus dos hijos Laura y Derek.

— Adelante. Soy Mieczyslaw. — se presentó el castaño de manera cortés mientras se hacia a un lado para que entraran.

Los mayores se presentaron y en cuanto vieron a Noah lo abrazaron con fuerza.

— Esos cuatro siempre fueron así de unidos, a pesar de que Noah tiene la edad de Jeremy siempre se han llevado muy bien. — le dijo Drake mientras revolvía el cabello del castaño.

— Papá es feliz, es todo lo que me importa. — le dijo Stiles sonriendo levemente.

— Ellos son mis hijos Laura y Derek. Cora nos ha hablado mucho acerca de ti y de tu hermana, moríamos por conocerlos.

— Yo también quería conocerlos. Gracias por esperar a mi padre. — miró detrás del hombre — No deberías mirar de esa forma a los demás, grandulón. — le dijo Stiles con el ceño fruncido. No le gustaba nada como Derek miraba a su hermana y los demás, que seguían asomados.

— ¿Qué te importa?

Stiles sonrió molesto.

— Verás... — miró al mayor — Lamento lo que le voy a hacer a tu hijo. — tomó a Derek de la playera y lo estrelló contra la pared, eso sorprendió al alfa — Ella es mi hermana y ellos son sus amigos, lo que los hace mis amigos porque son personas importantes en la vida de mi hermanita y de los dos idiotas que me siguen. No me importa si también esta tu hermana te comportas o te saco de mi casa. — le dijo Stiles molesto.

— Ohhh amo a Stiles. — susurró Dante con diversión.

— Lo amamos.

Derek gruñó levemente. Se calmó al ver el rostro del humano frente a él, tenía que admitir que tenía los cojones para empotrarlo contra la pared.

— ¡Mica! — dijo Noah alarmado, nunca había visto a su hijo molesto.

— Esta bien, Noah. A veces Derek puede ser un poco irritable. — le dijo Thalia con cierto orgullo. Ese niño era valiente.

Derek quería enojarse y matar a los betas, pero no podía porque algo dentro de él se sentía realmente orgulloso ante la fuerza del humano, también ante la determinación de darle una lección. Le agradaba y eso que no era muy fanático de los demás.

*

Stiles miró sus notas de manera distraída. Dante y James estaban a su lado, habían captado un ligero aroma a tristeza viniendo del castaño aunque también estaba presente el aroma a molestia. Algo le pasaba al castaño. En todo ese tiempo que lo conocían jamás habían visto un desplante de emociones como esas, normalmente Stiles se mantenía tranquilo y relajado.

— Bien. ¿Qué sucede? — le preguntó James dejando sus notas de lado.

Habían ido a la casa del castaño a estudiar y repasar algunos temas para los exámenes.

— ¿De qué hablas? — le preguntó Stiles alzando una ceja. Ahí iban otra vez esas actitudes curiosas, ellos siempre parecían saber que le sucedía.

— No somos tontos, algo te esta pasando. — le dijo Dante de manera seria.

— Solo estaba recordando algunas cosas. Hoy es el aniversario de la muerte de mi madre. Es un día que traer recuerdos agridulces a mi cabeza.

— ¿Quieres hablar de eso?

Dante y James se sentaron al lado del castaño y se pegaron lo más que pudieron a él. Sus lobos lloriqueaban al sentir el aroma tan triste y amargo del otro.

— Mi madre era una mujer amable y dulce hasta que se enfermó. Ella tenía demencia y al principio no fue tan malo, pero luego sus síntomas empezaron a empeorar... — suspiro — Llegó un momento donde ella ya no sabía quienes éramos Syl y yo. Comenzó a gritar y luego me enfrenté a ella. — llevó de manera inconsciente su mano a su nuca — Ella dijo que no era su hijo y comenzó a golpearme, muchas veces me atacó y sé que ella no era la misma mujer que había conocido, pero cuando murió me sentí tan aliviado, como si me hubiera quitado un peso de encima. — miró el techo — La verdad estaba feliz de que al fin dejara este mundo. — rio de manera seca — Creo que siempre me ha atormentado el pensar que soy una mala persona por pensar así. — les confesó Stiles mientras jugaba con sus dedos.

— No tiene nada de malo que hayas pesado de esa forma. Mitch ella te estaba haciendo daño, no era tu deber aguantar todo eso, además eras solo un niño pequeño que quería cuidar de su hermanita. Esta bien que te hayas sentido de esa forma. — le dijo Dante mientras dejaba suaves caricias en la mano de Stiles.

A mitad de la historia los lobos había tomado las manos de su amigo y entrelazaron sus dedos con los del humano.

— No eres una mala persona. Créeme, somos bastante buenos en leer a las personas y sí, puedes ser alguien serio y frío, pero tienes un corazón enorme. Eres demasiado amable y cuidas de los tuyos con fiereza, eso no lo haría una buena persona. — miró su mano y la del humano — Yo he conocido a personas realmente malas, horrible y que disfrutan del sufrimiento de los demás. Esas personas son terribles. — suspiró y sonrió — Tu no eres para nada como ellos.

Stiles sonrió.

Él conocía la historia de sus dos amigos. James había perdido a varios familiares en un incendio que hubo en su casa años atrás, mientras que Dante perdió a su padre en acción y poco después su madre fue asesinada. Ellos realmente sabían lo que decían.

— Gracias, idiotas.

Dante rio y James solo suspiró. Ese era su amigo, su Stiles.

Stiles jamás lo admitiría en voz alta, pero esos chicos se habían ganado un lugar en su corazón.

Los chicos ya no estudiaron sino que se quedaron en esa posición. Así fue como los encontró Noah cuando llegó a casa. 

Los Hijos del SheriffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora