Protologo

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-Señor, por favor le pido más tiempo. -Suplico mientras me arrodilló ante mi jefe.

-!Ya te di suficiente tiempo Carmilla!
-Me grita el mafioso molesto mientras saca un habano y me mira con desprecio.

-¡Se lo suplico!, no puedo cuidar a mi hija con este trabajo -Exclamó hasta que se me va el aire, suspiro y alzó la mirada mientras me caen las lágrimas.

-Porfavor señor Laurent, es solo una bebé. -Él hombre de cabello negro aprita la mandíbula al escuchar mis súplicas evitando mirarme, suspira y se voltea prendiendo el habano.

-Agh.. -Laurent suspira nuevamente apretando los puños, luego de unos segundos se relaja y me mira con lástima. -Trae a tú.. -Se detiene por un momento.
-Trae a nuestra hija.

-Yo obedezco y me levanto rápidamente, corro a la habitación de al lado y sacó a mi hija cuidadosamente de la cuna tratando de no despertarla, luego voy hasta Laurent, levanto un poco al bebé para que la vea. -Aquí está señor.

-Bien -Laurent deja el habano a un lado alejando el humo de la pequeña criatura, luego la toma con cuidado y la observa atentamente. -Ella es.. igual a mí, tiene mi mismo gesto.
-Comenta Laurent aparentemente sorprendido e intrigado, para mi incluso parece sentir leve afecto o compasión.

-Ni que lo diga, incluso tiene la misma marca de nacimiento que usted en el cuello, pero ella lo tiene en forma de espiral. -Digo con un poco de emoción, el señor Laurent ve el cuello de la menor para confirmar, y efectivamente tiene la marca de nacimiento, él se toca su marca de nacimiento de forma instintiva.

-Que bella -Dice Laurent con una sonrisa en los labios. -¿Cuál es su nombre? -Pregunta arqueado una ceja.

-Eh.. -Yo me quedo pensando en un nombre, ya que quería preguntarle al padre primero. -Ella se llamará Cailín. -Afirmó con seguridad, Laurent asiente con la cabeza en señal de aprobación.

-Con que Cailín, ¿eh? -Pregunta Laurent antes de reír para sí mismo. -Me gusta, me la llevaré, y así tú podrás seguir con tu vida. -Dijo Laurent dejando un cheque en el estante antes de salir rápidamente por la puerta, sus guardaespaldas cerraron la puerta detrás de él dejándome en shock.

-Pero -Me quedo en silencio.

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CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora