Cena (Cap 5)

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—Vaya, son muy sofisticados al parecer —Digo al ver el platillo que los mozos nos trajeron, cada alimento se veía de fantasía, a mi parecer era demasiado para un simple invitado.

—No es.. ¿demasiado? —Pregunto alzando la ceja derecha, Kaden solo deja salir una pequeña risita antes de romper su postura educada por primera vez apoyándose hacía atrás en la silla.

—Nada es demasiado señorita, créame que podría estar muchísimo mejor.
—Alardea Kaden en un tono que se me hace regularmente engreído, lo miro con el ceño fruncido ya que detesto el orgullo.

—¿Ah sí?, supongo que se refiere a algo que usted cocine, porque de otro modo no cuenta. —Digo comiendo un bocado de un rollito de canela Alemán, apenas lo saboreó me enamoro de su textura y cremosidad.

—Obviamente, ¿por qué abría que presumir de algo que desconozco? —Pregunta Kaden con un tono serio pero confiado, al parecer no parece dudar de sí mismo, pero sí es muy discreto, o aparenta serlo

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—Obviamente, ¿por qué abría que presumir de algo que desconozco?
—Pregunta Kaden con un tono serio pero confiado, al parecer no parece dudar de sí mismo, pero sí es muy discreto, o aparenta serlo.

—¡Ja!, que curioso, no esperaría que un hombre tan refinado supiera cocinar, o al menos que allá siquiera puesto un pie en la cocina. —Me burló con una expresión que parece molestar a Kaden, él sonrie apretando la mandíbula, sus dientes son muy brillantes en especial sus colmillos.

—Pues creíste mal estimada señorita Qudaibergen, yo soy un hombre sin masculinidad frágil —Exclama recuperando su postura recta, pero sin dirigirme la mirada aún, solo admira el jardín.

—En mi opinión la cocina es un conocimiento fundamental y básico de supervivencia, él que no sabe algo tan necesario es un inepto, a mi parecer.
—Aclara Kaden con seriedad al fijar su mirada directamente en mi.

—Hmm.. Bueno, eso no es algo para exaltarse, como dijiste, es algo muy básico y obvio. —Pronunció con un tono bajo, miro de reojo a Kaden quien tiene una expresión algo cabreada, el me sigue mirando pero ahora yo aparte la vista.

—Yo no me estoy exaltando, solo era un comentario, no me malinterpretes señorita. —Enuncia Kaden con un suspiro pesado. Luego de un momento hay un silencio incómodo tan pesado que se puede cortar con un cuchillo.

—Y.. Dígame, ¿cómo esta el aperitivo?
—Pregunta el pelirrojo intentando acabar con el incómodo momento.

—Esta muy exquisito, me gustaría pedirle la receta al chef. —Expresó terminando de devorar mi séptimo rollito de canela.

—No te preocupes, cuando se te antoje un rollito me llamas y con mucho gusto voy a prepararlo para ti —Declara Kaden de forma que parece soberbia o amable, yo lo miro con el ceño fruncido por el raro ofrecimiento.

—No me parece necesario pero gracias —Aclaró con honestidad antes de devorarme otro rollito de canela, pero me sorprendo con un ruido que se aproxima y me atraganto con el rollo de canela.

—La señora Arla Schneider solicitó la presencia de ambos en él salón de la mansión. —Dice un Guardián antes de regresar por su camino, yo lo miro y luego comienzo a toser forzosamente.

—Bebe agua, no quiero presenciar una desgracia tan pronto —Propone Kaden levantándose para darme un vaso con agua fría, yo me bebo él agua de un sorbo y logró bajar él alimentó.

—Oh.. que estorbo.. —Susurro balbuceante al la vez que intentó recuperar el aliento. Kaden espero a que me recuperará para hablar.

—Ven, mi madre nos llama. —Profiere ofreciendo su mano para levantarme, yo lo miro con el ceño fruncido y me levanto por mi misma ignorando su ayuda.

—Vamos. —Pronunció esperando que Kaden de él primer paso para ir a su ritmo, pasamos por el jardín hasta llegar a un camino de piedra pulida, luego nos abren las puertas para pasar, caminamos hasta el gran salón sin comunicar ninguna palabra entre ambos.

—Bienvenidos queridos. —Exclama el señor William Higgins con su gran sonrisa, a su lado está su esposa Arla
mirandonos fijamente.

—Hasta que aparecen —Dice mi padre con los brazos cruzados al verme llegar acompañada de Kaden, mi madre al contrario parece tranquila y feliz de verme con Kaden.

—No te preocupes Dagn, mi hijo solo le estaba dando un tour por el jardín, no es para tanto. —Expresa William acariciando burlonamente la cabeza de mi padre haciéndolo apretar la mandíbula, para mi sorpresa mi padre parece soportarlo.

—No es necesario estresarse, además lo Higgins tiene algo que decirnos. —Enuncia mi madre dirigiendo su mirada de mi padre hasta a mi, Kaden parece fruncir el ceño por ello, parece algo importante.

—Si, efectivamente tenemos algo que decir, así que prepárense. —Advierte el señor William antes de poner una expresión completamente sería, que me causa escalofríos. —Recibimos unas propuestas muy importantes de negocios en el extranjero, nosotros debemos viajar con los Qudaibergen hasta otro país.
—Dice el señor William antes de dar un suspiro. —Pero ustedes deben quedarse aquí, solos.

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