Capítulo 4: La sombra en mi ventana

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Vidrios caen sobre mi cuerpo cortándome ligeramente la piel, empiezo a sangrar y veo como se aleja corriendo la sombra por el patio, no se en que momento logró bajar de mi balcón solo se que tenía la vista nublada.

— ¡OLIVIA! — grita mi madre apenas abre la puerta de mi habitación seguida de Javier y mi padre.

— ¡MAMÁ! — no pude contener el llanto.

— Hija ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

— Si mamá estoy bien tranquila.

— Pero ¿Qué fue lo que pasó Mónica? - pregunta mi padre.

— Escuché un ruido y me asomé por la ventana, al otro lado había una sombra gigante y en el momento en el que grité rompió la ventana y se fue.

Rápidamente salimos de la casa a poner una denuncia en la estación policial, ya no es seguro dormir en una casa con la ventana rota así que pasamos la noche ahí y al día siguiente junto con policías fuimos a empacar nuestras cosas para mudarnos temporalmente a la casa de mi abuela. Mientras estuvieron en la casa los oficiales no encontraron más que rastros de guantes negros, así que no pudimos saber el paradero del asaltante.

A pasado ya una semana y media desde lo sucedido en mi ventana y llegó el Gran día, ya es 16 de agosto y mi hermano cumple 16 años.

— ¡Feliz cumpleaños hermanito! — lo despierto con una sonrisa en mi rostro.

— ¡Gracias Moni! — me responde con un abrazo del que no me puedo soltar por hoy ser su día especial.

— Tres, cuatro, cinco...

— ¿Qué estás contando Mónica? — me pregunta.

— Cuánto tiempo aguanto tu abrazo, ocho, nueve, diez... — suelta una gran carcajada y me libera de la tortura de su amor.

— Vale ya te dejo al menos aguantaste diez segundos antes eran mucho menos jajaja - me dice muy contento.

— ¡Uff! Al fin estoy libre — nos reímos los dos.

El día pasa normal en la casa de mi abuela, al estar aquí he tenido que compartir cuarto con Javier ya que mi abuela no tiene muchos cuartos para ofrecernos, en el transcurso del día llegó mi tía con sus tres hijos y celebramos el cumpleaños de Javi, mi primo mayor tiene dieciocho años, la del Medio tiene quince y la menor apenas diez.
Recuerdo cuando estábamos pequeños y jugábamos al barco de los piratas en la casa de mi abuela, ya que ella tiene una decoración muy similar a un barco en su jardín, siempre cuidabamos que no se dañarán sus flores y pasábamos toda la tarde allí, mi prima menor aún estaba muy pequeña para jugar con nosotros y siempre jugaba con su parque de bebé hasta que creció un poco. Javier tenía una imaginación muy grande y le encanta soñar, un día me confesó que quiere ser doctor para cuarar a muchos enfermos sino quería dedicarse a ser maestro para enseñar a las personas que más lo necesiten. Javi es la persona más hermosa que conozco, casi nunca peleamos porque respeta y valora las cosas que son realmente importantes para mí, además, siempre se hechaba la culpa para salvarme de cualquier lío, me ha enseñado a pelear y también a no caer en las seducciones de los hombres tan fácilmente. Javier es sin duda alguna el mejor hermano que pude tener.

— Moni ven por favor — Javier me llama desde el patio trasero.

— Dime hermanito.

— Se que es mi cumpleaños, pero no alcance a darte esté detalle en el tuyo, sabés Mónica realmente te amo y no sabes cuánto, eres la hermana que cualquiera quisiera tener, siempre has estado allí para enseñarme y sobre todo para aguantar mis abrazos, por eso te mereces todo lo bonito del mundo y se que esto te va a encantar.

Abre una caja con mucho cuidado y saca lo menos que me imaginé que me daría, un libro de medicina.

— ¿Javi es encerio? — digo sin créemelo todavía.

— Se que quieres estudiar enfermería y ésto te servirá mucho en tu universidad, cuando lo habras quiero que te acuerdes de mi y que nunca te voy a dejar sola ¿Ok?

No puedo evitar llorar, jamás pensé que Javier haría eso por mi ni mucho menos el día de su cumpleaños, lo abracé fuertemente y por primera vez no me incómodo para nada el abrazo, estoy sintiendo algo que creo que se llama ¿Amor? No lo sé pero siento que me quita todo el dolor de mi pecho. Siempre siento que me falta algo me supongo que será la perdida de mi padre que afectó tanto a mi mamá mientras yo aún seguia dentro de ella que me transmitió ese dolor directo a mi corazón, pero siento que lo logré, por primera vez le doy un abrazo a alguien y es nada más que mi hermano.

— Muchísimas gracias de verdad jamás pensé recibir ésto de tí, estoy completamente sorprendida, de verdad muchas gracias.

— De nada Moni pero bueno vamos adentro que ya quiero comer torta — me dice y nos vamos a la cocina a buscar torta.

Fue un día muy tranquilo y ya todos estábamos durmiendo en nuestras habitaciones, ya casi hiba a cerrar los ojos cuando ví a Javier abrir la puerta de la habitación para salir.

— ¿A dónde vas? — le pregunto.

— A tomar un vaso de agua — me responde y se va.

Ya han pasado unos minutos y notó que Javier no llega, me dispongo a buscarlo pero antes de abrir la puerta de la habitación escucho un ruido fuerte, avanzó con cuidado hasta que lo ví, era él hombre de la sombra de mi ventana, me asusto y veo que tiene sangre por toda su ropa pero no logro saber quién es porque lleva capucha, se me detiene el corazón al ver el piso. Había un cuerpo boca abajo lleno de sangre, en eso el agresor sale corriendo de la casa y veo como el cuerpo levanta la cabeza.

— ¡¿JAVI?! — fue lo único que alcance a decir.

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