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HEREDERA RENACIDA
Novela Ligera en Español
Recordar es el infierno más tormentoso, para alguien que ha probado la agonía.

Capítulo 2

Su cuerpo tembló como si se estuviera congelando, pero no por frió o miedo, sino por el fervor silencioso de una oportunidad en sus manos. Alexandra había despertado apenas un tiempo atrás, estaba aturdida y confusa, nunca creyó sobrevivir al accidente, pero un estruendo al exterior fue suficiente como para desviar su atención del techo.

Estaba cansada, se sentía débil, caliente, e incluso dolía con el más mínimo movimiento, la incomodidad no se hizo esperar en cuanto adoptó una posición sentada, notando un trapo húmedo caer desde su frente hacia las sábanas que la cubrían. Un sutil temblor en el suelo acompañado de grandes rígidos explosivos.

—¡Alexandra! —Una voz preocupada la llamó, seguido de un par de pasos que se acercaban.

Con dificultad, alzó la cabeza en dirección a la presencia, pero lo que vio hizo que se congelara y abriera los ojos de sobre manera. Ahí, justo frente a ella, se encontraba una de las personas más importantes de su vida. La mujer adulta se miraba demacrada con su aspecto pálido, desnutrido, pronunciadas arrugas acompañadas de un desgastado vestido corroído por el tiempo.

—A-buela Rose —se forzó a pronunciar, sintiendo su garganta seca.

La voz ronca fue lo suficientemente alta como para que la anciana escuchara, pero no se detuvo ante el llamado de la niña. Terminó de empacar los comestibles en una bolsa de tela y se la colgó por los hombros antes de aproximarse a ella, quitando la sábana de un fuerte jalón.

—Mi niña, sé que es difícil, pero debemos irnos lo más rápido posible —dijo con apuro, ayudándola a ponerse un suéter que traía en manos antes de forzarla a salir de la cama.

—Madre, ya vienen —un joven de cabello castaño y uniforme militar entró por la puerta. Descolocando a Alexandra al reconocer otro rostro familiar, unos que no deberían ser capaces de existir, al menos no ahora. El cruel echo la hizo arrugar su frente en confusión, se supone que ambos estaban muertos, les habían sido arrebatados en aquel entonces.

Fue ahí que, como si la escena y explosiones de fondo desencadenaran algo en su mente. Un sinfín de recuerdos invadieron su memoria. Alexandra estaba en shock, sintiendo como era fácilmente cargada por el hombre de no más de 20 años hasta notar por primera vez la presencia de un par de pequeños pies y manos pálidas, unas que deberían tener un sinnúmero de cicatrices, pero ahora eran tiernas e impecables.

Recordó lo que vio tras el accidente de tráfico, pasando entre las memorias de mil vidas antes de comprender que había regresado en el tiempo, pues, ¿si la reencarnación existía, por qué las regresiones no?

—¡Suéltame! —demandó forcejeando, buscando con desespero el rostro de su familiar más cercano— Abuelo, ¡¿dónde está el abuelo?!

Recordaba perfectamente lo que estaba pasando, pero aún espero que todo eso no fuera más que un mal sueño, que ese anciano no hubiese ido al pueblo y estuviera en algún lado del bosque casando algún animal con su rifle.

Una imponente lluvia estaba sobre las colinas, tiñendo el cielo de un negro profundo acompañado de relámpagos. En los recuerdos de Alexandra, ese día marcó el fin del armisticio con el país vecino. Pero en lugar de paz, la guerra rugió con ferocidad en las ciudades fronterizas. Sus fuerzas enemigas aprovecharon la distracción del desfile militar anual, canalizando su ataque hacia los indefensos pueblos fronterizos.

Las autoridades reaccionaron tarde. Tropas fueron enviadas en un desesperado intento de rescate, pero al llegar, encontraron un escenario dantesco. Más de la mitad de los pueblerinos y los valientes soldados que intentaron protegerlos yacerían en el suelo, sus vidas arrebatadas. Los sobrevivientes, traumatizados, se habían refugiado en el bosque, sus ojos reflejando el horror que habían presenciado.

Alexandra perdió a su familia en esas horas fatídicas. Su abuelo, quien había venido al pueblo en busca de medicina para su nieta enferma, fue uno de los caídos. También el hombre que la había criado como a una hermana menor tuvo que regresar para rescatar a otros.

Padres, hermanos, e hijos, todos se desvanecieron en el caos.

Todo por obra de la incompetencia de un político arrogante que dejó las fronteras desprotegidas. El alarde de poderío militar se volvió una tragedia. Alexandra recordaba a su abuela, devastada por la muerte de su único hijo. La anciana se dejó llevar por la enfermedad y murió solo unos meses después.

Pero la vida aún tenía giros inesperados. Un hombre apareció un día, afirmando ser enviado de la familia Castiello. Llevó a Alexandra a un hospital y realizó una prueba de paternidad. Los medios que seguían las secuelas de dicho acontecimiento habían enfocado su rostro ante miles de personas, señalando su parecido con los señores Castiello, quienes habían perdido a su hija hace siete años por una enfermera que la había raptado del seno de su madre, solo para ser encontrada muerta en una zanja días después. Las autoridades la buscaron mucho tiempo, para finalmente ser declarada muerta o desaparecida.

Aquella prueba confirmó que Alexandra era su hija. Una nueva oportunidad de familia se abrió ante ella, pero la cruel ironía del destino la golpeó cuando los Castiello la reemplazaron con una hija adoptiva. Tratando a la misma Alexandra como a una extraña, hasta el punto en que cada cumpleaños Alexandra se sentía sola mientras celebraban el de la hija adoptiva. Habían impuesto la misma fecha de nacimiento como si burlaran de su pasado perdido.

Ella quería correr en busca de su abuelo, pero el hombre le sostenía tan fuerte que apenas podía moverse mientras intentaban calmarla. Alexandra no dudó más y encajó un rodillazo sobre el rostro del mayor, quien cedió ante el impacto para cubrir con sus manos su nariz sangrante.

—¡Alexandra! —les escucho gritar desde fuera de la cabaña, escabulléndose en el bosque para dificultar su búsqueda al tiempo en que corría bajo la fuerte lluvia. Danzando en el estruendo de una lluvia de gritos y lamentos.

HEREDERA RENACIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora