Cachorro & Omega [Cancelix]

[08]

Diego super listo para afrontar la vida social (lo están obligando) y a arruinar momentos de sus padres:

💛🌻

El sol brillaba de manera opaca ese día, pero el calor era perceptible de todas formas. Diego lo miraba con un pucherito en sus labios y al borde del llanto. ¿Por qué? Dijo la temerosa palabra "salir", conocía bien a su pequeño cachorro y sabía que estaba por echarse el llanto de su vida porque no le gustaba salir.

—Dieguito... —Alicia apareció como un pequeño ángel en su rescate, la cachorra obtuvo la inmediata atención de Diego como si fuese de suma importancia.

—Aali... no... no ir. —protestó de manera dulce, abraza su peluche de dinosaurio mientras escondía su rostro en ese mismo peluche.

—Será divertido, además habrá muchos niños. Pero yo te cuidare, también papá y papi. —La pequeña Canceló hablo mientras trataba de que Diego la vea. Su pequeñín miró a través de sus dedos a su hermana.

—Aali... —murmuró, la pequeña Cancelo levantó su dedito meñique. Diego abrió sus ojitos en grande al ver eso, salió de su gran escondite para de manera torpe extender su meñique para tomar la de su hermana mayor. Félix quería llorar por la complicidad que esos dos tenían, los ha visto charlar o bueno, Ali hablándole a Diego y este tratando de imitar sus palabras. La pequeña cachorra volvía de la escuela y se dedica netamente a ayudar a Diego a hablar, se sentía muy enternecido por eso. Siempre trataban de estar con ellos el mayor tiempo posible y lo estaban haciendo funcionar.

Lo suyo con Cancelo también, entre citas improvisadas y las escapadas después de los partidos eran sus momentos a solas, trataban de sobrellevar todo de manera lenta pero al mismo tiempo solamente se daban las cosas, como si estuviese destinado a suceder.

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Diego iba y venía, corriendo mientras se reía con ganas. No parecía que le costó a Félix una mañana y a Alicia cinco minutos el convencerlo de salir. Corría detrás de los otros cachorros con total confianza.

Félix lo estaba observando a la distancia, la reunión que Gavi ha postergado por más de un mes para darles el tiempo suficiente a él y su cachorro de adaptarse a su nueva rutina, por fin se ha dado. Los omegas del club estaban sentados bajo la sombra de un gran árbol que había en el jardín, mientras que los alfas estaban todos juntos jugando al billar.

—Diego se ve feliz... —murmuró Pedri, veía a sus dos terremotos correr detrás de los otros niños y después emprender su huida nuevamente. Los acompañaba el mayor de los Ter Stegen que parecía más absorto en querer que Diego se una al juego.

—Lo es... es la primera vez que está compartiendo con tantos cachorros, me sorprende que sea tan abierto con ellos. —Félix miraba con orgullo a su bebe, Alicia jugaba con las hija de Fermín y Gavi—. La verdad es que todo de él ha cambiado, nosotros hemos cambiado.— Finalizó mientras sonreía. Su atención se desvió nuevamente en el grupo de pares que le rodeaban, eran como una gran familia.

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Diego se sentía ligeramente demasiado contento, por primera vez habían personas de su tamaño y que solamente querían hacer lo mismo que él, jugar. Durante todo el camino escucho a Ali hablar sobre los "niños", no sabe qué son esos en realidad, pero le gustaba estas personitas que no eran más grandes y parecía que le gustaba mucho gritar y correr tras una burbuja, a él también. Lo acaba de descubrir.

—¡Corre! —el chillido de uno de ellos le hizo reír. Obedeció las palabras del agradable mini sujeto y corrió tras suyo, hasta que ambos estuvieron ocultos tras unas planteras grandes que adornaban el enorme jardín en el que jugaban.

—¡Aleix! ¡Niño! ¿Dónde están? —el grito de Aron les hizo reír, eso causó que su ubicación sea descubierta.

—¡Corre! —grito otra vez el mini bichito antes de salir huyendo. Diego tropezó tras suyo pero no se dejó atrapar, no iba a perder en lo que sea que estén haciendo. El solo seguía a ese rubiecito.

En un punto se sintió desprotegido, y no teniendo otra opción para escapar de la personita que lo venía siguiendo, corrió a donde había visto a su papá sentado, con un ojo en Aron y el otro en el camino.

—¡Papi!—. grito al momento de saltar en los brazos de su progenitor, aunque su aroma era un poco distinto y más picoso. Frunció su naricita llevándolo al cuello contrario y, definitivamente, ese no era el aroma de su papi. Sumándole las risas de las personas mayores. Frunció el ceño aún más mientras se atrevía a mirar a quien lo sostenía.

Su pequeña carita enrojeció ante la vergüenza que sintió al notar que, efectivamente, ese no era su papi.

—Estoy aquí, amor. —Diego miró a su papá que estaba sentado al lado de ellos, escucho la risa del omega quien terminó dándole un beso en sus mejillas, aumentando su vergüenza y el color rojo en su cara. Se tiró en brazos de su papi, muerto de la vergüenza escondió su rostro en el cuello del mismo mientras estiraba su remera.

Entonces Félix lo aparto por un momento para levantar la prenda y meterlo debajo de la misma.

Protegido de todos y sin que nadie lo vea, Diego respiro tranquilamente mientras el aroma de su papi lo envolvió con amor. No saldría nunca más donde están estas personas que lo ponen de esa forma, donde su corazoncito late fuerte y su carita tan caliente.

*******

—Espero la hayan pasado bien... —Félix venía saliendo del baño mientras se secaba el pelo cuando escucho a Cancelo hablar. El omega le prestó su total atención mientras se acercaba un poco más a él. Las cosas iban tomando un rumbo más serio él lo sabía, y su deseo de pertenecer al alfa solo crecía cada vez más.

—Ambos lo disfrutamos, ¿no lo ves? está desecho. —Dijo con una suave risa, Diego había caído rendido apenas y toco la cama. Félix se aproximó más, un movimiento peligroso pero que el alfa encantado aceptó.

El omega lo tomó con cuidado del rostro, mientras gotitas de agua caían de su pelo. —Gracias por todo esto, Joao. —el tono bajo que uso y la cercanía a la boca contraria fue una invitación aceptaba.

Cancelo lo estiró del brazo con cuidado y a la par que unía sus labios, lo ayudó a sentarse a horcajadas sobre su pierna. Félix obedeció gustoso.

Disfrutando de la suavidad y de la forma en que el mayor lo besaba. Acariciando su muslo y cintura para darle un plus de disfrute a lo que hacían, todo escaló de un momento a otro unos ciertos grados. El beso dejó de ser tierno, pasó de la suavidad a lo brusco y deseoso. Y cuando el primer gemido salió de la boca de Félix, el luso mayor aprovechó para profundizar aún más en la cavidad bucal contraria.

En un punto todo se volvió desesperante, los suaves roces entre sus cuerpos le añadieron más calor a la situación. Hasta que sintieron el pequeño movimiento.

Félix cayó de espaldas al suelo y Cancelo tuvo que sostener a Diego.

—Papá... —murmuró el infante cuando se recostó sobre su hombro con los ojitos aun cerrados.

Todo rastrojo de calentura a cabo, Gypsy se vio obligado a tomarlo en brazos mientras lanzaba un "lo siento" al aire, sin duda su momento se vio cortado por su pequeño.

Aunque la felicidad lo inundó de inmediato cuando recordó que el "papá" que soltó Diego, fue para él.

Ya después compensaría a Félix por empujarlo de ese modo, pero en su defensa, el se asusto y no quería traumar a su cachorro. Lo estaba protegiendo. 

Continuara....

Efe por Félix y por Cancelo que se quedo sin omega, xd.  

Pato<3