Verdaderas lealtades. Harry Potter (Haphne)

Capítulo 2: Información valiosa y más traición

Harry tenía esperanzas de que las cosas mejoraran cuando todo el mundo se hubiera hecho la idea de que él era un campeón. Esas esperanzas quedaron destrozadas al día siguiente. Una vez reanudadas las clases, no pudo seguir evitando al resto del colegio, y resultaba evidente que todos, excepto los de Slytherin, seguían creyendo que él había metido su nombre en el Cáliz de Fuego.

Los de Hufflepuff, que generalmente se llevaban muy bien con Harry, se mostraban muy antipáticos con él y cualquier otro Gryffindor que lo apoyara. Bastó solamente la clase de Herbología, que era la primera del día, para que le quedara claro que estaba en el lado malo de Hufflepuff. Solo lo hacía peor el hecho de que en Hufflepuff no estaban acostumbrados a la gloria, y justamente fue Diggory el que le dio alguna cuando ganaron a Gryffindor en el partido de quidditch del año anterior. Ernie Macmillan y Justin Finch-Fletchey, que antes lo trataban como a un amigo, no le dirigieron la palabra en toda la clase de Herbología. Harry había estado solo esa clase. Hermione y Ron se estaban esforzando por hacerlo ver mal, especialmente después de como los humilló ayer. Tuvo que trabajar solo con sus bulbos saltadores. Incluso la profesora Sprout lo trataba de manera seca. Y él que pensaba que los profesores le creían.

Sin embargo, a diferencia del primer día tras la noche que el Cáliz de Fuego expulsó su nombre, ya no le importaba tanto. Ahora que sabía que había gente que le creía y estaba dispuesta a ayudarlo, se sentía mucho mejor. Ya no le importaba tanto lo que le decían. Y no era poco lo que le decían. Estuvo toda la clase de Herbología haciendo oídos sordos a insultos que variaban desde llamarlo engreído hasta insultar a sus padres. La profesora Sprout, en lugar de intervenir, hacía caso omiso, y Harry la descubrió riendo en algunas ocasiones.

La próxima clase era Cuidado de Criaturas Mágicas o CDCM en corto.

Era un alivio que la tendría con los de Slytherin. También se alegraba de ver a Hagrid.

En el momento que acabó Herbología los Gryffindor fueron a la cabaña de Hagrid, excepto por Harry quien se dirigió al castillo y se quedó en la entrada esperando a los de Slytherin. Esto era verdaderamente una experiencia nueva.

Cuando por fin llegaron, Harry fue con ellos. Ninguno dijo nada ni hizo nada raro, sino que lo saludaron de manera normal. Al parecer era verdad que todos estaban informados y querían ayudarlo. Daphne sonrió cuando lo vio.

"¡Hola, Harry!" dijo "¿Cómo estás?"

A espaldas de ella Pansy resopló, pero solo Draco se dio cuenta.

"Le gusta Harry desde primer año y no es capaz de disimularlo ni un poco." comentó Pansy a Draco en un susurro.

"Hola." dijo Harry, ignorante del comentario de Pansy "La verdad podría ser peor. Estar una hora atrapado con los de Gryffindor y Hufflepuff fue un asco, pero no hay mucho que pueda hacer al respecto."

Siguieron hablando mientras se encaminaban hacia la cabaña de Hagrid. Cuando llegaron, Ron dijo:

"¡Ah, miren, es el gran campeón de Hogwarts! Pídanle un autógrafo... porque dentro de muy poco hacerlo. De hecho, no podrá hacer nada más que ser enterrado bajo tierra."

"Yo sería enterrado con honores, Weasley." dijo Harry fríamente "Tu no podrías pagar ni para que te caven una tumba."

A su lado, los de Slytherin se rieron y Ron enrojeció de vergüenza. Antes de que pudiera decir algo más, Hagrid llegó. Por su mirada se notaba la sorpresa de ver a Harry con los Slytherin, pero no comentó nada.

Para espanto de la clase, Hagrid les explicó que la razón de que los escregutos se hubieran estado matando unos a otros era un exceso de energía contenida, y la solución sería que cada alumno le pusiera una correa a un escreguto y lo sacara a dar una vuelta.