House of Evergreen | Tom Riddle

Chapter II

CHAPTER TWO
"Chispa de curiosidad"

El tumulto de la estación de tren de Hogsmeade parecía desvanecerse lentamente a medida que Freya se adentraba en los terrenos de Hogwarts. El aire fresco y nítido del otoño envolvía el castillo en una aura de misterio y anticipación, como si cada piedra y cada ventana guardaran secretos esperando ser descubiertos.

Sin embargo, la bienvenida no fue tan cálida como Freya había esperado. A medida que avanzaba por los terrenos, podía sentir las miradas de sus compañeros de Slytherin clavadas en su espalda, llenas de juicio y desprecio. Sabía que su apellido, una vez respetado y reverenciado en la comunidad mágica, ahora era objeto de escarnio y condena por haberse manchado con la unión de su hermano con una muggle.

A pesar de los murmuros y las miradas de desaprobación, Freya se mantuvo erguida, decidida a no dejar que la hostilidad de los demás afectara su determinación. Sabía que tenía un propósito más grande en mente: descubrir la verdad detrás de la muerte de Lily y proteger a su familia de cualquier amenaza que pudiera surgir.

Mientras tanto, en lo más profundo del castillo, Tom Riddle observaba con interés el regreso de Freya a Hogwarts. Sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de curiosidad y calculadora astucia mientras trazaba planes en su mente. Había detectado una chispa de potencial en la joven Ravenclaw, una chispa que podría ser útil para sus propios fines.

Aunque Tom y Freya no compartían muchas clases juntos, ni cruzaban palabras a menudo, ella lo consideraba simplemente como otro estudiante de Hogwarts, quizás algo reservado pero ciertamente no alarmante. En su mente, la verdadera molestia era Abraxas Malfoy, cuya presencia era una constante irritación en la vida de Freya desde su primer año en Hogwarts.

Tom, con su compostura siempre calmada y un aire de misterio a su alrededor, parecía a menudo estar en un mundo aparte, uno que Freya no podía ni quería entender completamente. A diferencia de sus compañeros más ruidosos y ostentosos, Tom no participaba en bromas pesadas ni se inmiscuía en los asuntos de los demás sin una razón clara. Freya lo había visto de lejos, siempre serio, inmerso en sus libros o en conversaciones susurradas que parecían más serias de lo que uno esperaría de un estudiante. Sin embargo, su presencia no le incomodaba; era simplemente otra constante de la vida escolar, como los exámenes sorpresa o las cenas en el Gran Comedor.

Por otro lado, Abraxas era el polo opuesto. Con su sonrisa burlona y su disposición para el caos, disfrutaba visiblemente de cualquier oportunidad para incomodar a Freya. Sus bromas, que a menudo cruzaban el límite del buen gusto, eran una fuente constante de frustración para ella. Abraxas encontraba un placer peculiar en provocarla, quizás porque era tan diferente de él — absorta a su mundo, dedicada a sus estudios, y no interesada en los juegos de poder de la pureza de sangre que tanto fascinaban a muchos de sus compañeros de Slytherin.

Esta dinámica había colocado a Tom en un lugar neutral en la percepción de Freya. No era un aliado, pero tampoco un enemigo declarado. Era simplemente Tom Riddle: reservado, enigmático y, en cierto modo, un rompecabezas que Freya no sentía la necesidad de resolver. Mientras tanto, Abraxas ocupaba el espacio claro del antagonista en su vida escolar, una figura cuya influencia negativa era mucho más directa y fácil de identificar. Esto dejaba a Freya con una visión de Tom que, aunque incompleta, le permitía mantener una distancia emocional que creía segura, sin saber la verdadera naturaleza de la oscuridad que él albergaba.

Mientras el Gran Comedor de Hogwarts se llenaba de risas y el bullicio característico del primer día de término, Freya se acomodó junto a sus amigos, Marcus y Evelyn, en la mesa de Ravenclaw. La luz de las velas flotantes iluminaba su rostro, resaltando la curiosidad genuina en sus ojos verdes y la sonrisa fácil que a menudo animaba a sus compañeros.