House of Evergreen | Tom Riddle

Chapter III

CHAPTER THREE
"Malfoy"

Frey observó a Tom alejarse, desapareciendo gradualmente en las sombras del pasillo. La advertencia final de Riddle había dejado un escalofrío en su columna, una mezcla de preocupación y curiosidad. Respiró hondo, cerrando los ojos un momento antes de decidirse a volver a los dormitorios de Ravenclaw.

Mientras caminaba, el eco de sus propios pasos en los pasillos de piedra le recordaba cuán sola se sentía en Hogwarts desde la muerte de Lily. Aunque estaba rodeada de amigos, había una parte de su mundo que se había ido irremediablemente con su amiga. La nostalgia y la tristeza se entrelazaban, tejiendo una pesada manta sobre sus hombros.

De repente, un sonido sutil le hizo detenerse. No estaba segura de haberlo oído realmente, o si era su imaginación jugándole una mala pasada. Decidió ignorarlo y continuar su camino, pero entonces lo oyó nuevamente: un murmullo apenas perceptible, como si alguien estuviera susurrando desde las sombras.

Intrigada y con una dosis de temor, Frey se acercó lentamente hacia el origen del sonido. A medida que avanzaba, los susurros se hicieron más claros, aunque todavía indescifrables. Giró en una esquina y se encontró frente a una armadura que conocía bien; era un lugar donde ella y Lily solían encontrarse para charlar sobre sus días o compartir secretos.

—¿Lily? —susurró, sabiendo que era imposible, pero la esperanza brotó irracionalmente.

No hubo respuesta, solo el silencio y el frío de los pasillos de piedra. Frey sacudió la cabeza, riéndose ligeramente de su propio deseo irracional. Decidió que era hora de volver a la seguridad y el calor de la torre de Ravenclaw. A medida que se alejaba, un leve crujido la hizo voltear, pero no había nada, solo la oscuridad y los recuerdos de un tiempo más feliz.

Al llegar a su habitación, el alivio de estar en un lugar seguro la calmó un poco. Sin embargo, la conversación con Tom y los sonidos extraños en los pasillos le dejaron una sensación inquietante. Algo le decía que este año en Hogwarts sería diferente, tal vez incluso peligroso. Con esos pensamientos girando en su mente, Frey se deslizó bajo las sábanas de su cama, decidida a estar alerta y preparada para cualquier cosa que pudiera suceder.

A la mañana siguiente, Frey se despertó sintiéndose un poco desorientada por la intensidad de sus sueños, en los que sombras y voces susurrantes se mezclaban con la imagen de Tom Riddle, su rostro tranquilo ocultando los misterios que ella aún no comprendía completamente. Trató de sacudirse el malestar y se preparó para el desayuno, decidida a enfrentar el día con energía renovada.

Al llegar al Gran Comedor, encontró a Marcus y Evelyn ya sentados, conversando animadamente. Frey se unió a ellos, tratando de dejar atrás las sombras de la noche anterior.

—¿Dormiste bien? Pareces un poco... ¿preocupada? —preguntó Evelyn con una mirada perspicaz.

Frey asintió, intentando sonreír de manera convincente.

—Sí, solo tuve algunos sueños extraños, nada importante. ¿Qué hay de nuevo por aquí?

Marcus, siempre el más observador, no pareció completamente convencido, pero decidió cambiar de tema.

—Bueno, parece que vamos a tener unos cambios en el calendario de clases este año. El profesor Dippet anunció esta mañana que habrá más enfoque en la defensa contra las artes oscuras, dado... bueno, los incidentes del año pasado.

El recuerdo de Lily flotó entre ellos por un momento, una presencia no mencionada que aún los afectaba profundamente.

—Eso suena apropiado —dijo Frey, agradecida por el cambio de tema—. Necesitamos estar más preparados, supongo.