Capítulo 3

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Kim Jisoo

Estoy nerviosa.

A pesar de que es miércoles por la noche, todos los lugares de la calle 29 están ocupados. Pero no me importa estacionar a la vuelta de la esquina y caminar una cuadra. La noche de octubre es fresca, con sólo un toque de brisa, y el parloteo de la multitud a la hora de la cena suena ligero y amistoso. Me vendría bien un momento para componerme. Mi estómago está hecho un nudo al pensar en cenar con Rosé.

Bueno, no sólo la cena, si soy sincera. Es su comentario acerca de poner a un bebé dentro de mí a la -manera tradicional- lo que me ha dejado con los nervios de punta durante los últimos dos días.

Respiro hondo y hago clic en el botón de mi llavero para cerrar el coche, y me concentro en el sonido de mis botas de tacón alto haciendo clic a lo largo del pavimento. No estaba segura de qué ponerme para ir al restaurante, es la primera cita que tengo en mucho tiempo. Una simple túnica de color avena con leggings y cabello despeinado era el look que elegí después de probarme la mitad de mi closet en un ataque de ansiedad.

Dejé de buscar a la persona ideal en algún momento el año pasado. Unos amigos bien intencionados me dijeron que el amor me encontraría una vez que dejara de buscar. Ellos mintieron. Cabrones.

Pero nada de eso importa ahora mismo. Me he prometido a mí misma que no importa lo que pase, yo soy la que tiene el control. Si no me gusta Rosé (o las cosas que tiene que decir), puedo llevar mi trasero (y mi útero) de regreso a la clínica.

Esperaba que Rosé esperara dentro del restaurante. En vez de eso, la veo parada en la acera mientras me acerco, sus manos en los bolsillos de su abrigo deportivo gris pizarra, la imagen misma de un gran pez gordo culto y segura de sí misma.

Maldición, es aún más atractiva de lo que recordaba. Esperaba volver a verle con su traje de negocios, pero este look casual de las cinco en punto es igual de atractiva. Más atractiva, tal vez. Sus pantalones oscuros y su polo azul se ajustan lo suficiente como para que no pueda resistirme a una rápida mirada hacia arriba y hacia abajo. Debe haber ido a casa a arreglarse después del trabajo antes de venir aquí, y aprecio el esfuerzo casi tanto como la vista. La mujer es sexy.

Rosé sonríe y mis ojos se levantan para reconocer a los suyos. Oops. Espero que no me haya pillado mirando la mercancía. Estoy aquí para decidir si quiero su muestra de esperma, no para agarrar su trasero. No para llevármela a casa conmigo. No dejar que me quite la luz del día.

Bueno, al menos, aún no.

Se me revuelve el estómago y me desconecto de mi imaginación. -Uh, hola-, le dije, haciéndole un mal saludo.

-Hola, Jisoo-, dice, sonando genuinamente contenta de verme. Siento el peso de su mirada mientras viaja sobre mí, haciéndome entrar en calor. -No llevas pintalabios.

Por un momento, estoy desconcertada, y luego recuerdo nuestra conversación en el ascensor. El color que le dije era mi favorito y que generalmente guardaba para las citas.

-No es una cita real. - ¿Lo es?

-Claro, por supuesto. - Rosé asiente con la cabeza. - ¿Tuviste algún problema para encontrar el lugar?

-No, sólo tuve un poco de tráfico. Siento llegar tarde. - Ha pasado mucho tiempo desde que tuve una cita, y de repente me siento oxidada.

Se encoge de hombros. -Sólo por cinco minutos, no es gran cosa. ¿Quieres sentarte afuera?

-Claro, hace buen tiempo. - Dejé que me acompañara hasta la puerta, a través del bullicioso restaurante y de vuelta al patio. Su mano se sienta en la parte baja de mi espalda todo el camino.

Little help |Chaesoo (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora