Capítulo 16

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Park Rosé

Es el último día completo de nuestro viaje a Nueva York, y estoy destrozada. Por un lado, estoy agradecida de haber terminado con estas estúpidas reuniones, porque estaba harta de ellas unos cinco segundos después de que comenzara la primera. Pero también significa que Jisoo y yo pronto tendremos que separarnos de nuevo.

Trato de no pensar en el momento en que este acuerdo se acabe para siempre. Pero se está acercando cada vez más, pase lo que pase. Cuando finalmente esté embarazada y ya no me necesite... No sé qué voy a hacer.

Las reuniones se alargan hasta que empiezo a preguntarme si alguien saboteó todos los relojes de la sala. Por último, los representantes de la empresa de distribución se ponen de pie y se despiden, y yo salgo de allí como si mi culo estuviera ardiendo.

Regreso al hotel y entro en nuestra habitación con un suspiro de alivio. -Gracias a Dios que se acabó. No tienes idea de lo contenta que estoy de estar...

Jisoo mira hacia arriba desde el espejo de vanidad donde se sienta con su cepillo de pelo en la mano. Me detengo a admirar la vista a la que me ha tratado tan generosamente. Lleva botas de tacón y una falda de gamuza larga en deferencia al clima, pero su mitad superior está adornada sólo con un sostén negro de encaje.

Ella me mira con una ceja arriba, sonriendo muy levemente. -Supongo que te gusta lo que ves.

-Siempre lo hace-. Me apoyo contra la pared y le doy una sonrisa lasciva. -No te detengas por mí. Vamos, sólo disfrutaré del espectáculo.

Termina de cepillarse el pelo y coge uno de los muchos frascos de maquillaje y paletas que tiene delante. -Cómo puedes ver, se me hizo tarde para prepararme para la cena.

Inclino la cabeza. - ¿Te peinas antes de ponerte la camisa?

-Lo dejé para el final para que no se me pusiera maquillaje. - Comienza a cepillarse la cara con polvo beige.

-Hmm. - Tiene sentido. Nunca lo hubiera pensado por mi cuenta. He visto muchas mujeres vistiéndose o desvistiéndose, pero nunca preparándose para una cita. Me doy cuenta de que me gusta ver a Jisoo así. Se siente extrañamente... íntimo. Doméstico.

Después de ver cómo se ponía rubor, sombra de ojos y lápiz labial, le pregunté: - ¿Adónde quieres ir esta noche? Si no te importa, estaba pensando en filete-. Estoy de humor para vaca quemada, y me apetece invitar a Jisoo a un lugar de lujo.

-El filete suena genial. ¿Conoces un buen lugar?- Parpadea mientras se aplica el rímel con cuidado.

-En realidad no, pero podemos preguntar en recepción.

Ella se pone de pie. -Ya está, he terminado. Perdón por la espera. - Se inclina hacia la cama para recoger una blusa roja oscura.

-Espera. - Cruzo la habitación y me acerco para acariciar sus pechos a través de su sostén.

Chupa su aliento casi demasiado bajo para que yo lo oiga. Casi. -H-hey....

Me inclino para besar primero un pecho, luego el otro, y me enderezo para picotearla en la mejilla, con cuidado de no manchar su maquillaje. -Muy bien. Estoy satisfecha... hasta más tarde esta noche.

Se ríe, aunque sus mejillas están un poco más rosadas que antes. -Vale, estoy guardando las tetas ahora. - Se encoge de hombros dentro de la blusa y la abotona.

Después de pedirle al conserje una recomendación, nos subimos a un taxi y nos dirigimos a lo que según él era el mejor restaurante de carnes de la zona. Ambas pedimos medallones de filete mignon envueltos en tocino y nos absorbemos rápidamente con el coqueteo, el debate sobre libros y películas y la narración de anécdotas divertidas de nuestros años de juventud. Me encanta la forma en que su afilada lengua y su ingenio me mantienen alerta. El regreso del camarero apenas nos rompe el paso; seguimos charlando y riendo mientras comemos, completamente cómodas juntas.

Little help |Chaesoo (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora