Kim Jisoo
Sudando, me trago el aire con el olor del sexo. Tiemblo en mis manos y rodillas, arqueando la espalda para ofrecer mi culo, mi cara presionada contra el colchón. El peso caliente y pesado de Rosé me cubre. Una mano agarra con fuerza mi cadera, tirando de mí para encontrarme con ella con cada golpe fuerte, y la otra trabaja entre mis muslos, frotando mi clítoris.
Su placer es despiadado. El ángulo le permite golpear profundamente dentro de mí y sabe exactamente a dónde apuntar, su pene golpeando directamente en mi punto G duro y rápido, entregando sacudida tras sacudida de calor blanco a través de todo mi cuerpo. Es casi demasiado intenso. Ya me he venido dos veces esta noche, pero puedo sentir otro orgasmo en aumento, la tensión gradualmente más tensa, robando mi aliento y llenando mis venas de fuego.
-Sólo una vez más, Jisoo. - Su voz, oscura y áspera por la pasión, gotea pecado en mi oído. -Puedes hacerlo. Vente por mí. Déjame sentirte.
Mi cuerpo ha tomado el control y es desvergonzadamente codicioso de más, tomando todo lo que se me ha negado durante años. Me cuesta hablar.
-No... No te detengas...
-Nunca, cariño-, jadea.
Mis dedos de los pies se rizan y mis manos se revuelven en las sábanas. No me importa el cariño inapropiado. Apenas puedo procesar lo que dice. La aproximación del éxtasis domina mi conciencia completamente.
-Joder-. Rosé maldice detrás de mí, su voz profunda y áspera. -Voy a venirme ahora.
Los músculos de sus muslos se endurecen y su pene se sacude con su liberación potente y caliente chorro tras chorro de semen.
Grito cuando mi tercer orgasmo de la noche se estrella sobre mí como un tsunami. Todos mis músculos se bloquean tan fuerte que tiemblo. La increíble sensación sigue llegando en oleaje después de una ola abrumadora. Me sigue follando a través de ella, dejándome exprimir cada gota de esta dicha, hasta que gimoteo con sobre estimulación. Sólo entonces retira suavemente su miembro y quita los dedos. Me derretí en un charco en el colchón, aun jadeando.
El sexo nunca ha sido así. Incluso en mis fantasías más salvajes.
Acostada de costado, Rosé se apoya en su codo para mirarme. Con una sonrisa de satisfacción, pregunta: -Entonces, ¿dirías que he cumplido?
Asiento lentamente, aún aturdida. Mierda, lo hizo.
Eso podría haber sido literalmente el mejor sexo de mi vida. Estoy tan contenta de haber decidido darle la oportunidad de hacer su magia. Demonios, una pequeña parte de mí espera que su esperma no se lo lleve enseguida, sólo para que podamos seguir intentándolo.
Me empuja sobre ella mientras se da la vuelta suavemente sobre su espalda, con mi mejilla descansando sobre su pecho. Mi instinto es retroceder... pero ella es tan cálida y sorprendentemente cómoda. Casi quiero cerrar los ojos y escuchar los latidos de su corazón, respirar su olor a sudor y sexo y a colonia crujiente. Tal vez hasta me duerma sobre ella.
Pero no podemos abrazarnos, y definitivamente no podemos pasar toda la noche juntas. Confundiría demasiado nuestra relación, no importa cuán tentadora sea la idea del resplandor. Así que me obligo a salirme de ella.
- ¿Hmm?- El colchón se sumerge detrás de mí mientras se sienta.
Agarro mi bata de baño de vellón del gancho de la parte de atrás de la puerta. -Tenías razón. Eso fue muy divertido-, le digo con toda la brisa que puedo, dándole la espalda hasta que me cubra con seguridad. -Gracias por la fertilización.
Se queja de nuevo, esta vez sonando insatisfecha. Me aprieto el cinturón de mi bata y hago un gesto de dolor en el lugar de la inyección.
- ¿Qué pasa?- pregunta Rosé, balanceando sus piernas sobre el costado del colchón.
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Little help |Chaesoo (G!P)
FanfictionNos conocimos en un ascensor atrapado. Rosé iba de camino al trabajo, sofisticada y guapa con su traje femenino y corbata. Yo iba camino al banco de esperma. Incómodo, ¿verdad? A los treinta años, mi vida no había tomado el camino que yo pensaba qu...