Capítulo 13

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Kim Jisoo

Tan pronto como la puerta de la habitación de nuestro hotel se cierra, nos estrellamos juntas en una desesperada fiebre de lujuria. El cuerpo de Rosé, su deseo, es duro contra mi vientre. Hace que mis rodillas se debiliten.

Nos rasgamos la ropa la una a la otra en un frenesí, corriendo por el contacto primario de la piel con la piel. Mi vestido está desabrochado y cae en un charco a mis pies. Luego, me quita el sostén y lo arroja a un lado. Mis dedos rebuscan entre los botones de su camisa y hacen una pausa en la sensual caricia de su boca en mis sensibles senos.

-Rosé...- Gimo, meto mis dedos en su pelo.

Su brazo se envuelve alrededor de mi cintura para jalarme contra ella. Su bulto presiona mi estómago, tan caliente y duro que se siente como si pudiera arder directamente a través de mis bragas hasta donde más lo quiero. Tiemblo y trato de balancearme contra ella, pero su agarre se aprieta, manteniendo mis caderas firmes.

-Aún no. Primero te toca a ti.

He olvidado lo insistente que es sobre mis orgasmos antes que los suyos. Parece una tradición arcaica y anticuada, pero en este momento, estoy totalmente de acuerdo.

Sus dedos se deslizan entre mis piernas, haciendo a un lado mis bragas húmedas. Sus dedos medio e índice se deslizan sobre mi clítoris unas cuantas veces, provocando un ruido de necesidad fuera de mí antes de hundirse y empujar hacia adentro. Se torcieron, justo en mi punto G, y mis rodillas se doblaron.

-Rosé-, le suplico, mi voz irreconocible, ronca y casi dolorida por la necesidad. Las puntas de sus dedos trabajan mi punto G mientras el talón de su mano se muele contra mi clítoris. No puedo manejarlo. Esto es demasiado y quiero más. Nunca antes el sexo había sido así. Nunca antes había sido así, tan displicente. -Dentro de mí... Ahora mismo, carajo.

Hace un gruñido de necesidad, y el sonido me golpea directamente en el pecho.

-Emm... por favor. - Ya estoy apenas coherente, pero ella lo entiende.

- ¿Segura que estás lista? Lo que sea por ti-. Con un gruñido de lujuria y orgullo, me baja las bragas por las piernas y me levanta como si no pesara nada.

Mierda.

Luego, apoyándome contra la pared, se desabrocha los pantalones, finalmente se libera su glande, y empuja hacia adentro. No es un esfuerzo pequeño tampoco. En esta posición, con las piernas casi cerradas, pasa su miembro grueso de un lado a otro a través de mis labios hasta que está cubierto de mis jugos antes de entrar profundamente. Puedo sentirla en todas partes.

Me muerdo el labio tan fuerte que me reprime el grito. Sí, he estado anticipando esto todo el día, desde que llegamos aquí. Rosé me levanta, y yo cruzo mis tobillos por detrás de su espalda y aprieto con entusiasmo, mis músculos vaginales apretando a su alrededor.

Sujetándonos pecho con pecho, sus manos tocándome el culo, se va acercando hasta la empuñadura y se va retirando lentamente hasta que sólo queda la punta de su miembro.

Todo mi ser siente la pérdida de ella. Estoy desesperada por sentir su piel en la mía, llenándome.

-Por favor... por favor... por favor...- Caliente por todas partes, me retuerzo y me muevo, pero no puedo moverme mucho cuando estoy atrapada entre ella y la pared de esta manera. Vamos, clítoris, ya he esperado bastante.

-Joder-. Ella gime. -Te sientes tan perfecta.

Me enfrento a ella de nuevo y Rosé hace un sonido satisfactoriamente necesitado, pero lo más importante es que se mantiene al día con esos ruedos de sus caderas tan suaves y exasperantes. La cabeza de su miembro me roza el punto G y yo gimoteo, rogando.

Little help |Chaesoo (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora