Esta noche ha estado bastante bien. Hacía tiempo que no encontraba una chica tan entregada en el asunto como Valeria. Aunque fuera en los baños, la experiencia ha sido increíblemente apasionante. Me cuesta encontrar mi edificio ya que los efectos del alcohol aun siguen presentes en mí. Cuando meto la llave en la cerradura del portal, alguien susurra algo detrás mía.
- Hola, Taylor.
Una chica que no conozco de absolutamente nada y que no he visto en mi vida me saluda a las seis y pico de la madrugada. Tiene ojeras muy marcadas y su voz suena pesada, arrastrada. No sé si está borracha, pero no parece encontrarse en su mejor momento. Aun así, parece ser una chica guapa.
- Mmmmm..., ¿cómo sabes mi nombre?, ¿quién eres?
- Yo lo sé todo, y ahora no hay tiempo para preguntas. Resolveré todas tus cuestiones en algún otro momento si tengo tiempo.
- Vale, adiós - digo mientras intento entrar en mi domicilio.
- ¡No!, espera. Necesito tu ayuda.
- ¿Para qué?
- Para recuperar a Aarón.
- Vale..., esto es muy extraño. ¿De qué conoces a Aarón y por qué se supone que te tengo que ayudar?
- Eres una chica con curiosidades y eso está bien. Pero antes de pedirte nada, quiero que escuches mi historia.
Ambas nos sentamos en el banco que hay en la acera de en frente y comienza a hablar. Su historia es larga, muy larga y bastante interesante. En algunos momentos se le quiebra la voz y le cae alguna lágrima, suena creíble, pero aun así no termina de encajar en mí.
- Vaya..., estás muy enamorada de él, ¿no?
- No te lo puedo negar.
- Bueno, creo que para este caso ''enamorada'' no es la palabra adecuada, más bien estás ''obsesionada''. Lo siento, pero no pienso ayudarte en esto - me levanto con decisión, pero cuando me dispongo a cruzar la acera, me grita.
- No te conviene no ayudarme.
Doy marcha atrás y me quedo mirándola fijamente a sus ojos, totalmente impactada.
- No me conoces de nada. No sabes nada de mí.
- Como bien has dicho, estoy obsesionada con Aarón... ¡lo sé todo sobre él y lo que le rodea! - dice en un tono de voz muy elevado, que de repente baja - y eso, desgraciadamente, te incluye.
- Sigue ladrando, no te tengo miedo.
- Pues deberías... - se ríe de forma muy dramática para sí misma - definitivamente está muy mal de la cabeza -. ¿Acaso quieres que tus amigas se enteren de que eres prostituta?, ¿o incluso tu madre?
- ¿C...co...como sabes eso? Quiero decir, es falso - mis piernas comienzan a flaquear y me cuesta sostenerme sobre semejantes tacones. Noto como mis mejillas empiezan a sonrojarse y como mis ojos están a punto de estallar en lágrimas.
- Tranquila, querida. Yo no hago acusaciones sin tener pruebas que las demuestren. Pero, yo te voy avisando, no te conviene que esas pruebas salgan a la luz.
El color sonrosado de mis mejillas da paso a un color muy pálido debido al nerviosismo que esta situación me provoca. Mi estómago está tan revuelto que tengo infinitas ganas de vomitar y no puedo parar de llorar. De un momento a otro, me va a dar algo.
- No tienes por qué llorar, solo tienes que ayudarme a recuperarlo - y esboza, lo que parece ser, una sonrisa -. No te garantizo que vaya a ser fácil para ti, porque para mí sí, pero tienes que hacerlo. ¿Aceptas?
- Acepto.
- Genial.
Esta situación comienza a superarme del todo. Esta mujer, la cual no conozco de nada, sabe mi mayor secreto. Ni siquiera lo saben mis mejores amigas, y lo sabe ella. Ni siquiera sé como se llama, es patético. Además su mirada nerviosa e inquietante hace que el bello se me ponga en punta y que me tiemblen las manos. ¿Qué quiere de mí?, ¿de Demi?, ¿de Aarón? Las dudas van aumentando en mi mente de una forma descontrolada. La gracia de este asunto es que llevo viviendo aquí apenas dos días y ya me pasa esto, es de locos.
- ¿Y qué se supone que tengo que hacer? - consigo decir al final.
- Te mantendré informada. Mañana, en cualquier momento, recibirás un mensaje de texto para que nos encontremos. Supongo que a estas alturas no te sorprende que tenga tu número de teléfono. Y antes de despedirnos por hoy, voy a darte unas cuantas advertencias: no le digas nada de esto a nadie, ¿de acuerdo?, tampoco te voy a decir mi nombre por seguridad propia, y la última y más importante, como no hagas absolutamente todo lo que te digo desde este momento, tú sola sufrirás las consecuencias. No eres esencial para mí, puedo encontrar a otra persona en un abrir y cerrar de ojos.
- Ems... - intento decir algo, pero ella me interrumpe al instante.
- No tengo más tiempo para dedicarte, ya está amaneciendo y puede ser peligroso que nos vean juntas. Hasta pronto.
Y abandona mi calle con paso firme y cabeza bien alta. Dobla la esquina y la pierdo de vista.
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Cold Heart.
FanficDemi, dura por fuera pero muy dulce y blanda por dentro. Aarón, el típico ligón y guaperas que se transformará para enamorarla. Parece la típica historia de amor, pero estamos muy lejos de eso.