Son las nueve de la mañana y recibo un extraño mensaje de un número desconocido. Desbloqueo la pantalla de mi teléfono móvil y leo con atención el mensaje:
Hola, ya sabes quien soy así que me voy a ahorrar las formalidades. Tengo tu primer encargo. Necesito que vayas a tirar la basura (obviamente como excusa) y que cuando lo hagas dejes una nota en la puerta de Aarón. En la nota necesito que pongas lo siguiente: ''Tu único comienzo va a ser tu primer final''. Suena sádico, lo sé, pero esa frase representa de una forma muy explícita nuestra misión. Cuando la dejes, le timbras y bajas corriendo las escaleras. Necesito que corras como nunca antes lo has hecho en tu vida, por tu bien. Debes hacerlo antes del mediodía, te llamaré para confirmar que hiciste tu trabajo y para darte nuevas indicaciones. Un saludo, tu confidente y jefa.
Vaya, no hay mejor forma de empezar el día que con un trabajo de este calibre. Aunque viendo de que material está hecha esta mujer seguramente esto no sea nada más que la punta del iceberg pensando en lo que me tendrá guardado para más adelante. Me quedo un par de minutos más en la cama analizando la situación, y decido levantarme. Voy al baño porque de repente unas ganas inmensas de llorar me invaden y necesito descargarme. Creo que Selena y Demi siguen durmiendo, o eso espero. No quiero que me oigan llorar. No quiero contestar a sus preguntas.
Me lavo la cara y los dientes. No soporto el sabor que te deja la boca después de dormir, es muy desagradable. Salgo del baño de puntillas intentando no hacer el más mínimo ruido y me dirijo rápidamente a la cocina. Cojo un papel del bloc de notas que tenemos pegado en la nevera y escribo lo que me ha mandado. Cojo la bolsa de basura y salgo. A pesar de ser tan cuidadosa, me ha parecido ver que alguna de las dos me vio salir de casa, pero bueno, al fin y al cabo es normal que vaya a tirar a basura, ¿no?
Dejo cuidadosamente la nota en su felpudo, y timbro con mucha delicadeza. A continuación huyo despavorida escaleras abajo. No sé como no me precipité por ellas, la velocidad que tenía no la alcanza ni Usain Bolt en sus mejores carreras. Oigo como él abre la puerta y lee la nota en voz alta. Se percibe la incredulidad en su voz. No se molesta en seguirme escaleras abajo. No me ha visto, pero sí que me ha oído. De eso último estoy completamente segura.
Con la basura ya en el contenedor regreso a casa. Nada más entrar, veo a Selena. Noto como su mirada me analiza detenidamente, pero se centra especialmente en mi expresión facial; en mi mirada. Siempre ha sido una persona muy calculadora, fría, muy pensativa. Es su faceta que solo conocemos Demi y yo, pues no se la muestra a todo el mundo. Quiere darse a conocer como esa chica extrovertida que solo le preocupa su pelo y los cotilleos de famosos; pero ella no es así. Es demasiado inteligente, y debo de tener muchísimo cuidado con ella. Un paso en falso y me ha pillado.
- Buenos días, Sel.
- Buenas, Taylor. ¿Por qué llegaste tan tarde anoche? Y con tan tarde me refiero a que llegaste cuando estaba amaneciendo.
- Se estaba muy bien en la discoteca, simplemente.
- No me esperaba otra respuesta.
Un silencio muy incómodo se asienta en la habitación. Creo que Selena ha notado el nerviosismo en mi voz, me temblaba un poco. Aparece Demi, tan agradable como (casi) siempre, ajena a todo lo que le rodea.
- Hey chicas, ¿qué os parece si esta tarde vamos al Manzanares a darnos un chapuzón? Además podemos aprovechar para conocer un poco más la ciudad, y si no os importa, quiero avisar a Aarón...
- Sin fallo, esta tarde vamos - dice Selena mirándome fijamente con mirada felina.
- Por cierto - dice Demi con una sincera sonrisa - hoy he cocinado yo, la comida ya está en la mesa del salón. Espero que os gusten los spaghettis a la carbonara.
Nos sentamos en la mesa cuando de repente mi móvil empieza a sonar. Número oculto. Mierda, me había olvidado, y justo llama en el momento más oportuno.
- Disculpadme chicas, vuelvo ahora. Id comiendo sin mí.
Me voy corriendo al baño y cierro la puerta con pestillo. Me parece escuchar que ellas murmuran algo en mi ausencia pero no le doy importancia (aunque tal vez tendría que dársela). Dudo un par de segundos en si contestar a su llamada o no. Debo hacerlo. De todas formas no tengo otra escapatoria. Descuelgo el teléfono vacilante y arrimo a la oreja.
- Buenos días, Taylor. ¿Has dormido bien?
- He dormido entre poco y nada, gracias.
- De nada, mujer. Lo que a mí de verdad me interesa es si Aarón recibió mi mensaje.
- Sí, lo ha recibido. No me ha pillado, pero sé que me ha escuchado descender las escaleras.
- No nos alarmemos, aún eres una principiante en esto. Cuéntame, ¿tienes planes para esta tarde?
- Sí. Íbamos a ir esta tarde al río Manzanares mis amigas, Aarón y yo.
- Fantástico. Necesito que vayas con ellas. Aarón y Demi aun no han tenido mucho tiempo para intimar entre ellos, y necesito que lo hagan. Así luego la separación será más dolorosa. Tienes que estar atenta a todos y cada uno de los pasos que ellos den, y por si acaso también a los de las personas que os rodean. Todo lo que hago lo hago de una forma impecable y sublime, y esta no va a ser una excepción.
- Intentaré no defraudarte. ¿A qué separación te referías antes?
- Yo soy aquí la que hace las preguntas, no tú. Esta tarde haz tu trabajo y limítate solo a eso. Sabes que te estaré vigilando. Ahora vuelve a comer con tus amigas y aparenta normalidad.
Cuelga. Lo último que me dijo que dejó helada. De piedra. Sin palabras. Desde luego con esta mujer hay que andar con cautela, es muy peligrosa. No me gusta tratar con gente así pero es eso o que desvele mi secreto mejor guardado. Me miro en el espejo y advierto mi imagen descuidada y preocupada. Veo diminutas lágrimas cayendo de mis ojos llenos de ojeras y bolsas muy acentuadas. Me lavo la cara y me acicalo el pelo, lista para volver a comer.
- Hemos esperado por ti para empezar la comida - me dice Demi -. ¿Quién era?
- Era mi madre. Solo quería saber como estábamos y qué tal llevábamos lo de estar en España. No hemos hablado desde que llegamos aquí.
El resto de la comida la pasamos en silencio. Ni siquiera encendimos la televisión, cosa que siempre hacemos. Los spaghettis están buenísimos, Demi tiene muy buena mano para cocinar, siempre la ha tenido. Ella era la que preparaba las tartas de fin de curso y la que siempre engatusaba a los chicos con sus deliciosos postres dignos de una repostería.
- Bueno, como ya he acabado, si no os importa voy a avisar a Aarón sobre lo de esta tarde. Si no os importa, ¿podéis recoger vosotras la mesa? Os quiero - y nos da un beso a cada una en la mejilla.
Selena está atenta a Demi, y cuando ve que sale y cierra la puerta, posa su mirada en mí. Yo bajo la cabeza, puede saber lo que estoy pensando con tan solo mirarme a los ojos. Continúa así al menos un minuto hasta que dice:
- A Demi puede que se la metas doblada, pero a mí no, guapa.
Y acto seguido se levanta de la mesa y se mete en su (nuestra) habitación de un portazo.
**
Siento muchísimo no haber publicado capítulo antes. Se que con esto estoy perdiendo lectores, pero nunca encontraba el momento de escribir porque no estaba en mi ciudad. Si le sumáis eso a que mi mente en verano estaba muy atrofiada... Espero que os haya gustado el capítulo, ahora cogeré ritmo y los subiré más a menudo. Intentaré subir uno o dos cada semana, depende de las visitas y votos que vaya teniendo en los anteriores. Cualquier cosa, comentad, y votad porfi.
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Cold Heart.
Hayran KurguDemi, dura por fuera pero muy dulce y blanda por dentro. Aarón, el típico ligón y guaperas que se transformará para enamorarla. Parece la típica historia de amor, pero estamos muy lejos de eso.