Capítulo 14

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Capitulo Catorce: " Perdonar ... los "

SEBASTIAN HILXMAN

¿Esta usted segura?- se quejo Hatson a la ginecóloga

Pero es imposible, ya son dieciséis semanas... ¿Cómo se da cuenta hasta ahora?- se quejo Lyra aterrada mirando a la doctora

Yo por mi parte estaba en shock mirando la pantalla del ultrasonido del vientre de Lyra...

Lo sé, me sorprende bastante incluso a mi... es... increíble- dijo ella asombrada, moviendo más el aparato por el vientre de Lyra- mire esto.- señaló en la pantalla- ese es el bebé que se ha dejado ver todo este tiempo, ambos están en la misma bolsa, de alguna forma, ha cubierto a su hermano en cada ultrasonido.- explicó ella

Me aferre al borde de la cama de hospital tratando de mantenerme sereno, dos fetos.. ¡dos bebés!

Dios mío...- murmuro Hatson al borde del colapso, le mire, se agacho al suelo y sostuvo su cabeza con ambas manos

Dado el historial de tus parejas, los embarazos múltiples son normales en su familia.- dijo ella, imite a Hatson y me senté en el suelo necesitando estabilizarme

¿Por qué se da cuenta hasta ahora?- se quejo Lyra

Ya tenía dos meses cuando llego al hospital, dado su condición era peligroso exponer al feto a las ondas sonoras de alta frecuencia del ecografo. Su primera ecografia fue cuando usted tenía diez semanas, ya a esas alturas, los fetos se acomodaron de tal forma en que solo uno de ellos se notaba. Pero al momento de los latidos no podía ocultarse más.- explicó, Lyra se miraba ida, con su mirada fija en la pantalla

Pero... es un embarazo de alto riesgo...- me queje, en un hilo de voz, el silencio reino la habitación y solo se escuchaban los pequeños, lentos y tranquilos latidos de sus pequeños y delicados corazoncitos

La forma en la que la doctora lo había notado, ofreció escuchar el latido del bebé al ya estar en la semana dieciséis, ya era posible escucharlo. O al menos intentarlo, al hacerlo, se escucharon dos latidos, con simple diferencia de milisegundo por bombeo. Eso preocupo a la doctora y empezó a untar de todo ese gel frío en todo el vientre de Lyra y movió ese aparato por todos lados hasta que logró dar con un ángulo que mostró dos pequeñas cositas en la pantalla

Lo es, y que sean dos bebés lo hace aún más riesgoso. Tendrá que tomar otras medidas de seguridad para usted y los fetos, señora Kingahan.- dijo la doctora, pase mi mano por mi cabello entre feliz y frustrado

Sus gemelos estarán bien, sus corazones laten perfectamente. Solo tienen que seguir las indicaciones en las comidas y tener mucho más cuidado, también vitaminas, frutas, leche, y verduras. Así no abra riesgo a algún bajón de energía a ella o los fetos al momento del parto.- agregó la doctora al vernos de esta forma

Gemelos...- susurro con una sonrisa tierna Lyra y sus ojos cristalizados

Dios mío, tenemos que comprar otra cuna...- dijo Hatson, los mire, ambos se notaban contentos

¿Ninguno notaba lo que realmente ocurría ahora?, si antes era un embarazo de alto riesgo, ahora eso era mucho peor... Lyra podría morir dando a luz.

Mis ojos se llenaron de lágrimas ante la impotencia, yo no podía hacer nada...

Sebastian...- me llamo Lyra, eleve la mirada a ella, me sonrió apenas con sus ojos llenos de lagrimas, extendió una de sus manos a mi. Me puse en pie y la tomé a como pude- tranquilo mi amor, ¿si?, todo estará bien...- murmuro, acariciando el dorso de mi mano con su pulgar, negué con fuerza asustado

No, no era cierto... nada estaría bien, no quería esto.

Lyra... por favor- rogué en un hilo de voz aferrándome a su mano

Los dejaré solos...- dijo la doctora extendiendole toallitas humedas a Lyra para que se limpiara, momentos después, salió de la habitación. Los latidos de los bebés seguían sonando en el aparato

No quiero perderte, Lyra, no lo soportaría...- solloce mirándola a los ojos

Sebastian...- murmuro de forma baja, mirándome con pesar- ya habíamos hablado de esto.- siguió, negué con fuerza

No, no podría. Lyra, no quiero, con un bebé las probabilidades de que todo saliera bien eran de un 60%, tú y él estarían bien. Pero dos...- mi cuerpo tembló

La idea de elegir entre la vida de ella y los bebés, lo odiaba.

Sebastian, por favor, no me hagas esto...- sollozo mirándome

No, Lyra, no me hagas esto tú a mí... no me obligues a elegir entre tú y ellos, Lyra, no lo haré...- me queje, mis manos temblaban sosteniendo la suya

Son mis hijos, Sebastian, nuestros hijos...- dijo ella, tratando de soltarse de mis manos, negué, aferrandome más a ella sin lastimarla

Y tú eres el amor de mi vida, Lyra, mi vida no tendría sentido sin ti. Los odiaría, con toda mi alma, los odiaría si al tenerlos te vas de mi lado...- dije mirándola a los ojos, su expresión era de dolor total- por favor, no me obligues a elegir entre tu y ellos...- seguí, negó, soltó su otra mano de la mano de Hatson y se reclinó a mi para acariciar mi rostro

No te estoy obligando a elegir, porque yo ya tomé la decisión, Sebastian, no puedes hacer nada con ello. Y si llega a pasar algo, y yo despierto y no tengo a mis bebés, seré yo quien te odie a ti...- su voz quebró, mi corazón dolió demasiado ante sus palabras

Eres cruel...- solloce dolido mirándola

Perdóname mi vida...- dijo ella, abrazándome a como pudo- enserió perdóname...- siguió, negué sin poder dejar de llorar aferrandome a ella sin lastimarla

《 Escuchalos Sebastian- pidió. Acariciando mis cabellos, solloce- Sebastian, escucha a nuestros hijos, por favor...- siguió, la miré- amalos otra vez, como hasta hace unas horas, hablales bonito, diles lo mucho que los esperamos.- acaricio mi mejía limpiandola de las lágrimas- diles que su mami y sus papis los aman demasiado y que están ansiosos por conocerlos.- siguió, mi corazón peso

Aquellos tiernos latidos volvieron a ser identificados por mi cerebro, lentos, tranquilos... uno después de otro... dos pequeños corazoncitos latiendo tan le talmente y en cincronia entre ellos...

Apoye mi frente en su vientre frío porque apenas se había limpiado de el gel, no pude, no pude decir nada de lo que ella me pedía. No pude porque sabía que si ellos venían al mundo, podían arrebatarme a lo único que me hacía feliz en todo el universo. Podían arrebatarme al amor de mi vida, a mi razón de ser.

No puedo, perdóname...- solloce, ella acaricio mi cabello y no dijo nada, lo agradecí demasiado

Rogaba en Dios que realmente saliera todo bien, que ella estuviera bien luego del parto, que nada malo ocurriera... porque realmente los odiaría, me iría y nunca sabría de ellos. Jamás les perdonaría si me arrebataban a la mujer que amaba

Nunca.

Salto de FeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora